Prevención

Avispas y abejas, los insectos del verano. Cuidado con sus picaduras

Avispas y abejas, los insectos del verano. Cuidado con sus picaduras
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En esta época del año aumenta el riesgo de sufrir una picadura de abeja y/o avispa, que se mantienen más activos durante los meses de verano. El problema cada vez es más preocupante, un reciente informe de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) alerta de que en los tres últimos años han aumentado las muertes en España por picaduras debidas a ambos insectos voladores. Además, en los últimos años crece la preocupación por la llamada avispa velutina, una especie procedente de Asia que parece ser que ha entrado a la península por Galicia, probablemente a través del transporte marítimo, pero que ya se ha extendido por toda la cornisa cantábrica y por otros puntos del país.

Por lo general, tanto avispas como abejas se encuentran cerca de los botes de basura, alrededor de la comida y en las zonas húmedas como las escaleras de las piscinas. Con excepción de algunas especies, se mantienen inactivas durante la noche porque no ven bien en la oscuridad. El problema, apuntan las doctoras Mar Fernández Nieto y Lourdes Arochena, del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, es que entre el 15-25% de la población presenta sensibilización al veneno de avispas o abejas, y en el caso de los apicultores dada la exposición continua puede alcanzar hasta el 36 por ciento. “La alergia a los insectos no se hereda, sino que se adquiere con el paso del tiempo, en relación con sufrir picaduras; es decir, si nunca les pica una abeja/avispa, nunca serán alérgicos. Es más, se necesita una picadura para hacerse alérgico, por lo que la reacción nunca será con la primera que se sufra. Se puede ser alérgico a ambos insectos, pero no es lo habitual”, apuntan estas expertas.

Cuando se produce la picadura se origina una reacción local por liberación de sustancias pro-inflamatorias, independientemente de si uno es alérgico o no. En ocasiones, esta reacción puede ser exageradamente grande, o afectar a una zona más alejada de la picadura (por ejemplo, toda la mano tras picadura en un dedo), y suelen llamarse reacciones locales exacerbadas. “Son incómodas, molestas, en ocasiones dolorosas, pero no suponen un riesgo para la vida y no son reacciones alérgicas reales”, añade la Dra. Mar Fernández Nieto. En estos casos se recomienda iniciar tratamiento antihistamínico y aplicación de hielo local en la zona en tandas de 20 minutos, unas 3-4 veces al día.

Sin embargo, puede que tras sufrir una picadura se desarrolle una reacción alérgica real, en la que aparezca, por ejemplo, inflamación de los ojos o los labios tras picadura en una pierna (inflamación en una zona distinta de donde hemos sufrido la picadura), ronchas o granos generalizados, dificultad para tragar, dificultad para respirar, tos, pitos, cambios en la voz, mareos, sensación de náuseas... “Estas reacciones suelen aparecer minutos después de la picadura, y pueden llegar a ser graves por lo que es importante acudir enseguida a Urgencias o llamar a una ambulancia”, apuntan ambas doctoras.

Tras diagnosticar la alergia, hay varias medidas fundamentales que debemos tomar: primero, la evitación de la exposición en la medida de lo posible, es decir, evitar las zonas donde es más probable encontrar estos insectos; segundo, precisa la Dra. Arochena, “si ha habido una reacción grave es importante llevar un auto-inyector de Adrenalina como tratamiento de posibles nuevas picaduras”; y tercero, es necesario valorar la indicación de tratamiento con una vacuna (inmunoterapia).

“Existen tratamientos eficaces para este tipo de alergia mediante vacunas que se administran en inyección subcutánea en el brazo, durante 3 a 5 años de forma mensual, de forma que se acaba consiguiendo tolerancia del veneno del insecto y la reacción a una picadura será la ‘normal’ que puede tener cualquier persona que no sea alérgica)”, según la Dra. Fernández Nieto. Eso sí, este tratamiento solo lo puede indicar el alergólogo, y no en todos los casos, por lo que es importante la valoración por el especialista.

Evita la ocasión, evitarás el peligro

En cuanto a la prevención y la evitación de las picaduras, ambas doctoras insisten en la necesidad de extremar las precauciones al realizar actividades al aire libre y nos ofrecen una serie de consejos para salir indemnes:

- Utilizar calzado cerrado y ropas no excesivamente amplias.

- Usar vestimenta de colores discretos preferiblemente blanco, beige, marrón o verde, ya que les atraen los colores llamativos.

- Evitar el uso de colonias, lociones o jabones perfumados.

- Evitar comer o cocinar en exteriores.

- Evitar aproximarse a basureros, papeleras u otros lugares donde pueda haber restos de comida.

- Al viajar en automóvil mantener cerradas las ventanillas. Antes de entrar en el vehículo comprobar que no hay insectos en su interior.

- Evitar movimientos bruscos y violentos al tener alguno de estos insectos cerca. No intentar eliminarlos personalmente.

- La permetrina es un insecticida eficaz que se puede utilizar para impregnar la ropa y las mosquiteras. Una solución de permetrina al 25 % empleada a razón de 10 ml/litro de agua permite impregnar la mosquitera y la ropa que se deba usar en las zonas expuestas. La duración es de 6 meses, y una simple pulverización sin lavado permite 1 mes de acción repelente.