Castilla - La Mancha

Arquitectura única y naturaleza impresionante: Los encantadores "Pueblos Negros" de Guadalajara

Los Pueblos Negros se localizan principalmente en la sierra de Ayllón y en la sierra del Alto Rey

Las calles de Patones, tapizadas con lascas de pizarra, son el mejor ejemplo de la arquitectura negra
Las calles de Patones, tapizadas con lascas de pizarra, son el mejor ejemplo de la arquitectura negralarazon

Guadalajara, una provincia rica en historia y cultura, es también hogar de algunos de los más bellos y característicos pueblos de España. Esos son los Pueblos Negros, que se destacan por su singular arquitectura. Esta arquitectura es única debido al uso predominante de la pizarra negra en sus construcciones, tanto en los tejados como en las paredes de las casas y edificios. Este uso de la pizarra negra otorga a estos pueblos su color característico, de ahí el apelativo de "Pueblos Negros".

Una ruta por los pueblos negros:

La pizarra es una roca metamórfica de grano fino que se divide fácilmente en placas delgadas, lo que la hace ideal para su uso en la construcción. En los Pueblos Negros, la pizarra no solo se utiliza en los tejados, sino también en las fachadas de las casas, lo que da a los pueblos su aspecto distintivo.

Los Pueblos Negros se pueden encontrar principalmente en dos áreas: la sierra de Ayllón, que se extiende por las provincias de Guadalajara, Madrid y Segovia, y la sierra del Alto Rey, también en Guadalajara. Estos lugares montañosos proporcionan la pizarra necesaria para las construcciones y también ofrecen un hermoso telón de fondo natural para los pueblos.

Daniel, natural de Majaelrayo, en Guadalajara, repara el tejado de su casa la cual forma parte de la arquitectura negra de la zona, realizada a base de pizarra
Daniel, natural de Majaelrayo, en Guadalajara, repara el tejado de su casa la cual forma parte de la arquitectura negra de la zona, realizada a base de pizarralarazon

Además de su arquitectura única, los Pueblos Negros también son conocidos por su belleza natural y su rica historia. Muchos de ellos se encuentran en áreas de gran belleza natural, con montañas, bosques y ríos cercanos. Además, muchos de los pueblos tienen iglesias, castillos y otros edificios históricos que datan de la Edad Media.

Los Pueblos Negros son una atracción turística popular en la región de Guadalajara y son un destino ideal para aquellos que buscan una experiencia de viaje única en España. Los visitantes pueden explorar la arquitectura única de los pueblos, disfrutar de la belleza natural de la zona y aprender sobre la historia de estos fascinantes pueblos.

Tamajón:

Los edificios negros de Tamajón forman un conjunto arquitectónico de gran belleza que se integra perfectamente en el paisaje natural que lo rodea. Pero Tamajón no es solo un lugar de belleza estética. La historia se encuentra en cada esquina, en las calles adoquinadas y en los edificios antiguos. El Palacio de los Mendoza, de estilo plateresco y del siglo XVI, alberga el Ayuntamiento del pueblo y es un testimonio de la rica historia de Tamajón. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, también del siglo XVI, es otro monumento imprescindible para cualquier visitante.

Tamajón también es especial por su entorno natural. Rodeado de bosques y montañas, el pueblo ofrece vistas impresionantes y la oportunidad de explorar la naturaleza de la zona. Y no muy lejos de allí, se encuentra la Ciudad Encantada, donde grandes formaciones de piedras calizas labradas a lo largo del tiempo por el agua y el viento forman estructuras bellas y multiformes.

Valverde de los arroyos:

Valverde de los Arroyos es una localidad que destaca porque su arquitectura, construidas también con pizarra, adquieren una tonalidad dorada gracias a los armazones de madera y al uso de cuarcita en las cubiertas. Este contraste genera destellos de luz que resaltan sobre el predominante tono oscuro de las construcciones.

Valverde de los Arroyos, Guadalajara
Valverde de los Arroyos, GuadalajaraCivitatisShutterstock

La plaza de la localidad es un espacio significativo donde se desarrollan diversos juegos tradicionales. En dicha plaza, se encuentra la iglesia parroquial de San Ildefonso, un verdadero emblema de los pueblos negros. Además, en una casa típica de la calle Escuelas, se encuentra el Museo Etnológico, que rinde homenaje a la actividad textil de la zona.

Antes de abandonar el pueblo, es importante hacer una parada en la ermita de la Virgen de Gracia. Esta es una construcción del siglo XIX que fue promovida por dos misioneros que regresaron de Filipinas. Un punto de visita obligada es la Catarata de la Chorrera, una cascada que fluye sobre escalones de piedra, descendiendo más de 120 metros.

Majaelrayo:

Majaelrayo, un pintoresco pueblo, se sitúa majestuosamente a orillas del río Jaramilla, enmarcado por imponentes picos como Ocejón, Atalaya, Campachuelo, Las Cabañuelas, Collado de San Pedro y Cabeza del Rocín. Uno de los emblemas del área es la Iglesia de San Juan Bautista. A pesar de los daños sufridos durante la Guerra Civil, este monumento sigue siendo un núcleo de congregación para los lugareños, al igual que los portalillos y el famoso Olmo de la Plaza del Cementerio.

En la época de su apogeo, los Baños de Robledo, famosos por sus propiedades curativas, gozaban de gran prestigio. Esta reputación también se extendía a sus tres fuentes: la Fuente del Caño, que data del siglo XVIII, la Fuente Buena y la Fuente de las Cabezadas. Estas fuentes siguen siendo cruciales, proporcionando agua tanto a los habitantes como a los huertos de la zona.

Casas de pizarra en Majaelrayo
Casas de pizarra en MajaelrayoTurismo Castilla-La ManchaLa Razón

Majaelrayo es también el punto de partida de una de las rutas más populares hacia el Pico Ocejón. Este recorrido, que abarca aproximadamente 13 kilómetros y presenta un desnivel de 864 metros, tiene una dificultad media en condiciones sin nieve, pero esta dificultad aumenta considerablemente en invierno.

Campillo de ranas:

Este pintoresco enclave ubicado en el corazón del Valle del Jaramilla, descansa bajo la imponente silueta del Pico Ocejón. La plaza mayor, centro neurálgico del pueblo, alberga la iglesia de Santa María Magdalena, un edificio de singular arquitectura construido con pizarra y piedras calizas de variados colores. Sin embargo, uno de los elementos más destacados de la plaza es un antiguo reloj de sol, situado en una de las casas, que ha sido cuidadosamente restaurado por el Ayuntamiento.

El pueblo, en sí mismo, es un mosaico de casas construidas con madera y pizarra, que se funden de forma armónica con las piedras, los arbustos y el paisaje del valle. La pizarra, omnipresente, es visible tanto en las paredes como en los tejados de las viviendas. Además, el pueblo cuenta con una fuente con lavadero de gran antigüedad, que añade un indiscutible encanto a este pintoresco rincón de Guadalajara.

El Espinar:

Ubicado en las alturas de una colina y rodeado por barrancos repletos de exuberante vegetación, El Espinar ofrece vistas panorámicas del valle del río Jarama. A la entrada del pueblo, un pintoresco lavadero saluda a los visitantes, mientras que un espacio dedicado a los juegos tradicionales de bolos evoca el espíritu lúdico de los habitantes. Su iglesia, dotada de un hueco reservado para una campana, se distingue por su construcción en piedra de pizarra. Las casas, con sus techos de pizarra y entradas resguardadas por coloridos porches, dan vida al paisaje. Sus muros de piedra, adornados con pequeñas aberturas y cruces de pedernal, añaden un toque de encanto rústico que cautiva a quienes visitan El Espinar.

Los pueblos negros de Guadalajara reciben ese nombre debido a las tejas que se utilizan en su construcción.
Los pueblos negros de Guadalajara reciben ese nombre debido a las tejas que se utilizan en su construcción.Diego CueCreative Commons

La opción ideal para visitar los pueblos negros de Guadalajara es diseñar una ruta que pase por estos pueblos, pero que también esté complementada con otros lugares conocidos por su “arquitectura negra”, como el monasterio de Santa María de Bonaval en Retiendas, los edificios de pizarra de Robleluengo, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Almiruete y las calles de Palancares.