En agradecimiento a la División San Marcial

Es hora de responsabilidad, de amor a las cosas importantes y de entre ello, a lo precisamente más importante, que son las personas y su dignidad. La responsabilidad que ejercen donde toque a cada una y su sacrificio.He asistido a los premios Coraza de la División San Marcial de nuestra Ejército de Tierra, junto a toda mi familia.Nunca hemos aprendido tanto y precisamente en esta hora que vive España.

Nuestro Ejército, al igual que el resto nuestras Fuerzas Armadas y por extensión nuestros cuerpos de seguridad, Guardia Civil , Policía Nacional y resto de policías autonómicas y locales, nos dan un ejemplo diario que no tiene precio. Un ejemplo de abnegación, de solidaridad, de honor, de dignidad, de unión de esfuerzos a cambio de nada, de responsabilidad, de respeto, de nobleza, de sacrificio.

Un auténtico ejemplo de los más importantes y profundos valores de nuestra sociedad, que ellos todos los días protegen y amparan .Mientras escuchábamos todos las profundas y sabias palabras del General Pardo de Santayana, que nos presidía y del General Ruiz Olmos, Jefe de la División, en distintos momentos del acto, o escuchábamos nuestro himno, o el homenaje a los caídos de todos los tiempos, recordaba las lecciones que nuestros padres y nuestros abuelos nos enseñaron a todos. Recordaba el homenaje y agradecimiento permanente que les debemos, por haber sabido traernos La Paz y la democracia, el perdón, el abrazo y la ilusión compartida por todos los españoles, para trabajar siempre unidos en bien de España . Recordaba nuestra responsabilidad, como la más antigua nación de Europa, junto a Portugal, para dar ejemplo allí donde nuestra herencia más nos lo demanda como es Hispanoamérica, y otros puntos de la Tierra.

Escuchando las solemnes palabras de quienes nos presidían, nos llamaban a lo mejor de nuestras conciencias, a las virtudes que el Ejército, como parte constitutiva de nuestra sociedad, ejerce todos los días para salvaguardar nuestra paz, nuestra libertad, nuestra constitución y nuestra democracia.

Justo en las horas que estamos de grave situación pandemica, donde así mismo hemos agradecido de forma muy especial por todas las virtudes y valores antes descritos, a todos los médicos y personas de toda la sanidad española; en sus palabras, los militares nos han llamado a la unión de esfuerzos, al ánimo y a la tranquilidad, sabedores de su permanente disposición a actuar en cuanto los máximos responsables se lo pidan. Nos han llamado al esfuerzo que todos los españoles unidos hemos de hacer, en cualquier circunstancia, ante lo que podamos tener delante por muy difícil que sea . Nos han llamado a la alegría de compartir todos las ilusiones de nuestra gran nación, sin que nada nos turbe. Nos han llamado , en fin, a la seguridad en nosotros mismos, a la lealtad, al bien y al camino de la rectitud.

Es con todos estos principios y valores, y precisamente en estos momentos, cuando las personas hemos de darnos cuenta y aprender de nuestra debilidad por mucho que nos creamos que podemos dominarlo todo, en este siglo de tantos avances. Olvidar nuestra soberbia y pedir a Dios Su ayuda.

Lo que hemos vivido en la División San Marcial en Burgos, es una lección de siglos, la esencia de los profundos valores de nuestra patria. Los que han de presidir siempre nuestra sociedad como baluarte esencial del progreso de nuestro siglo. Muchas gracias a la División San Marcial y a su General Jefe, por habernos dado la oportunidad de empaparnos del ejercicio diario de sus valores y transmitirnoslos, con motivo de sus premios.

Muchas gracias a nuestro Ejército, y a su Jefe de Estado Mayor, General Varela, por ser una columna esencial de nuestra patria, por custodiar los imperecederos valores de nuestra nación y por guiarnos con tanta sencillez, eficacia, compromiso, abnegación y honor, en bien de La Paz, la libertad, la constitución y la democracia; así como en el camino firme que construyen todos los días, en bien de las presentes y futuras generaciones, y del conjunto de España.