Educación
Pequeños grandes reporteros que ponen contra las cuerdas al poder
Un grupo de alumnos de 4º de la ESO de la Escuela Teresiana de Valladolid aprovechan los recreos y su tiempo libre para preparar las preguntas de sus entrevistas a ministros, senadores, actores o escritores dentro de un concurso periodístico
Es un tópico, pero siempre se dice que el periodismo es el cuarto poder del Estado, tras el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, Y no es menos cierto tampoco que muchas informaciones periodísticas han conseguido derribar a presidentes y Gobiernos de todo el mundo a lo largo de la historia, y en el recuerdo está Richard Nixon en los EEUU y el famoso “Caso Watergate”.
Los políticos y, sobre todo, los que más mandan en España y en las Comunidades Autónomas, se enfrentan cada día a preguntas de los periodistas de los numerosos medios de comunicación existentes a lo largo y ancho del país, ya sea en ruedas de prensa, entrevistas en programas radiofónicos, televisiones, periódicos o páginas web, y más ahora con la pandemia del coronavirus que tiene en vilo a todo el país, por lo cambiante de la situación. Informadores que intentan, cada uno con sus habilidades y técnicas, sacar jugo a las entrevistas además de conseguir el titular del día.
Pero a veces los grandes titulares saltan donde menos te lo esperas, sobre todo en encuentros informales con niños o adolescentes de por medio. Le pasó a Pablo Iglesias hace más o menos un año en Telecinco, en el programa de Ana Rosa Quintana, cuando el vicepresidente del Gobierno se sometía a preguntas de un grupo de niños que le pusieron en más de un aprieto. De hecho, uno de ellos le preguntó cuánto dinero tenía, a lo que Iglesias salió del paso como pudo diciendo que en el bolsillo nada porque no lleva la cartera encima, pero que en las cuentas bancarias se puede mirar en Internet porque sus cuentas son públicas, decía.
También puede saltar la liebre, como se dice por estos lares, en una entrevista simpática y divertida que un grupo de alumnos, con buena intención siempre y sin ánimo de ofender, le hacen a un dirigente de relevancia para un concurso o por un actividad escolar.
Es el caso del Colegio Santa Teresa de Jesús de Valladolid, la Escuela Teresiana, y de un grupo de alumnos de 4º de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) de este centro educativo privado-concertado (Juan Alonso Martín, David Febrero Rodríguez, Martín Torices Sarmentero y Jaime Esteban Carpintero), quienes, como hobby, están sacando tiempo de sus ratos libres y en los recreos para juntarse y preparar sus preguntas para las entrevistas que hacen de forma periódica a escritores, actores y actrices y de otros ámbitos de la sociedad, pero especialmente a políticos como ministros, diputados, senadores o consejeros dentro del Concurso “Pequeños periodistas” en el que participan.
El último que ha pasado por este trance, por así decirlo, ha sido el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a quien estos pequeños y valientes alumnos, quizás futuros periodistas, le preguntaban, entre otras cuestiones, si se arrepiente de haber dado el sí al presidente Sánchez cuando le ofreció el cargo sin saber que iba a estar al frente de la pandemia del coronavirus, o el por qué España está sufriendo la feroz incidencia de la covid pese a las medidas restrictivas, qué se está haciendo mal, cuándo estará lista la vacuna o, una que fue directa a la yugular del ministro, cómo afronta liderar el Ministerio de Sanidad siendo un filósofo de profesión e incluso si este departamento era la mejor elección dada su escasa experiencia en la materia.
El ministro, empezando por esta última pregunta, contestaba lo mejor que pudo asegurando que sí, que de joven estudió Filosofía pero que pronto empezó a dedicarse a su pasión que es la política y la gestión pública. Y sobre si se arrepiente de haber aceptado ser ministro de Sanidad con las actuales circunstancias actuales, Illa apuntaba que no, que en ningún momento dudó cuando el presidente se lo ofreció y que desempeña el cargo lo mejor que puede y sabe.
Sobre la vacuna contestó que cuando llegue el momento será por que se podrá vacunar con seguridad y eficacia y que los primeros que se inmunizarán serán los más vulnerables, como son las personas mayores o con patologías respiratorias previas.
El ministro también aprovechaba su presencia ante estudiantes para reivindicar el buen hacer de profesores y directivas de los centros educativos por la seguridad de las aulas.
Los cuatro alumnos de la Escuela Teresiana coinciden en señalar a LA RAZÓN que la experiencia está siendo muy positiva, que les gusta el periodismo aunque de momento lo ven como una afición y como un medio para conocer de cerca a las personas que entrevistan, aunque no descartan dedicarse a ello en el futuro, y destacan también que les está sorprendiendo la actitud y respuesta de los entrevistados.
De hecho, respecto al ministro de Sanidad apuntan los alumnos que pensaban que era una persona casi inaccesible por la dedicación y responsabilidad que tiene en estos momentos, pero que al final todo ha resultado más fácil y ágil de lo esperado, y agradecen a Salvador Illa el tiempo que les dedicó y su talente en las respuestas. Aunque reconocen también que se quedaron algunas preguntas en el tintero que no hicieron por falta de tiempo y que les hubiera gustado que el ministro las contestara, como una sobre la vacuna de Oxford y otra sobre la situación en los hospitales y si hay remedio al colapso sanitario que se viene anunciando para dentro de poco si se sigue al actual ritmo de contagios.
La ministra Celaá, la siguiente en pasar
Nacho Gago, tutor de los cuatro alumnos que participan en esta iniciativa, destaca a este periódico la predisposición, las ganas e ilusión y el trabajo de los chicos a la hora de redactar y prepararse las preguntas que, según apunta, él se encarga después de echar un vistazo para ver sobre todo si están bien redactadas. Y pone en valor también que aunque la gestión de la entrevista llevó su tiempo, finalmente se pudo hacer más pronto que tarde y, además, de forma presencial, debido a que el ministro Illa estuvo en Valladolid el viernes pasado y se pudo aprovechar esta situación.
Algo que no ocurrirá este jueves con la siguiente invitada que pasará por las manos de este grupo de valientes y pequeños periodistas aunque esta vez de forma telemática y no presencial como con Salvador Illa: la ministra de Educación, Isabel Celaá.
Una dirigente que tendrá que enfrentarse a las avezadas preguntas que le harán Jaime, Martín, David y Juan, y que según ha podido saber este periódico versarán sobre temas de rabiosa actualidad, como la futura Ley de Educación que prepara el Gobierno de España en la que ataca a la escuela concertada o que se pueda pasar de curso con suspensos.
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