Sociedad

Redes de asistencia en el medio rural

Tayma ‘Te Ayudo y Me Ayudas’ es un proyecto piloto puesto en marcha en Campolara y Lara de los Infantes (Burgos) para prestar atención inmediata a personas que viven en pueblos y requieran de asistencia

Proyecto piloto Tayma "Te Ayudo y Me Ayudas" puesto en marcha en Campolara y Lara de los Infantes para dar asistencia en el medio rural
Proyecto piloto Tayma "Te Ayudo y Me Ayudas" puesto en marcha en Campolara y Lara de los Infantes para dar asistencia en el medio ruralRicardo OrdóñezAgencia ICAL

“Trabajar de forma proactiva en la mejora de las condiciones de vida de aquellos que viven en los pueblos”, con ese objetivo nació Tayma ‘Te Ayudo y Me Ayudas’ un proyecto piloto puesto en marcha en la provincia burgalesa que busca prestar asistencia sociosanitaria en el mundo rural y fomentar que la gente se pueda quedar en los pueblos. Una aplicación y un geolocalizador, así como una veintena de voluntarios ayudarían a esta tarea, en un proyecto que desde noviembre hasta febrero se está poniendo a prueba en los municipios burgaleses de Lara de los Infantes y Campolara.

El promotor de esta idea y durante ocho años presidente de la Asociación Tierra de Lara, Borja Rosales, explica que el medio rural burgalés cuenta con una población muy envejecida, especialmente durante los meses de invierno, y en muchos casos se trata de gente que vive sola. Esto lleva a que en algunas ocasiones estas personas hayan podido sufrir un accidente o necesitasen algún tipo de ayuda, y debido que a no había forma de transmitir esa información, no se les ha podido socorrer.

Rosales afirma que este tipo de situaciones lleva a veces a sus familiares a llevarlos a las ciudades a vivir con ellos o incluso a residencias, pese a que esas personas quieren permanecer en sus pueblos. Con el objetivo de permitir a las personas estar en el pueblo “el tiempo máximo que quieran, en las mejores condiciones”, y ayudar así a evitar la despoblación en el medio rural, nació Tayma.

“Tiene un trasfondo de cuidado entre iguales pero va mucho más allá”, explica, dado que no solo permitiría notificar a una persona si le ha pasado algo y recibir ayuda, sino que se puede usar para otro tipo de necesidades (paquetería, transporte...etcétera). “Es un proyecto que tiene calado sanitario pero también social. La idea es crear redes humanas, lazos entre personas de los pueblos para cuidarse los unos a los otros”, afirma su promotor.

Con este proyecto en mente, Rosales se puso en contacto con el grupo de acción local Agalsa Sierra de la Demanda, que entendió que esta era una “problemática global” y se hicieron cargo del proyecto, buscando la financiación necesaria para llevar a cabo una prueba piloto del proyecto. Esta financiación llegó de la mano de la Sociedad para el Desarrollo de la Provincia de Burgos (Sodebur) , y el proyecto cuenta además con el apoyo de Fundación Caja de Burgos.

Con un presupuesto de 14.500 euros se puso en marcha el pasado mes de noviembre, y durante cuatro meses este proyecto piloto se estará probando en las localidades burgalesas de Lara de los Infantes y Campolara. Esta financiación permitirá distribuir geolocalizadores a los usuarios, que les permitirán enviar su ubicación en caso de necesitar ayuda. Se decidió llevar a cabo en municipios pequeños porque Tayma cuenta con un “ADN del medio rural y está pensado para pueblos que carecen de recursos sanitarios u están a una distancia lejana”, indica Borja Rosales

Funcionamiento de Tayma

Una de las aspectos que tenían más claros sobre Tayma es que debía ser una aplicación fácil para las personas mayores, ya que eran ellos las que iban a utilizarlas. Tal y como señala Rosales el funcionamiento de la aplicación es “muy sencillo”. Todo comienza con el usuario pulsando la alarma de ayuda, que envía inmediatamente un mensaje a todos los voluntarios activos. Es entonces cuando estos acudirán a la llamada de socorro. Además, en el caso de que no haya respuesta por parte de ningún usuario en ese momento, la alarma volverá a enviarse cada dos minutos durante una hora.

De esta forma, desde que dio comienzo el proyecto piloto, se están estableciendo diferentes simulacros de incidencia, de forma que se pueda probar la efectividad de esta iniciativa y el tiempo de actuación. Rosales señala que ya se han realizado diferentes pruebas en distintas zonas y con varias personas, y una de las últimas marcó un tiempo de reacción de tres minutos desde que se pulsó el dispositivo hasta que una persona acudió en su ayuda. Explica así que los tiempos de reacción registrados hasta el momento oscilan entre los 3 y los 10 minutos, dependiendo de la ubicación de la persona.

“Estamos súper contentos”, asegura Rosales, porque incluso están logrando una reacción de gente que no vive en los pueblos. “Hay gente que tiene la aplicación y viven en Bilbao, pero recibe la alarma y llama para avisar. Aún estando fuera del municipio puede ser muy útil. Lo más importante de todo es ser conocedor de que ocurre algo”, agrega.

Para poder hacerlo, Tayma cuenta con cinco usuarios y una red de entre 25 y 30 voluntarios de los pueblos, dispuestos a ayudar a quien lo necesite. Una de ellas es Isabel Jaramillo, vecina de Campolara que afirma estar muy de acuerdo con este proyecto. “Hay que cuidarnos los unos a los otros”, afirma, señalando la importancia de esta idea y lo “buena” que puede ser para los pueblos y para la gente que vive sola en ellos.

La aplicación cuenta así con voluntarios fijos, aquellos que viven siempre en el pueblo y otros que son “temporales”, que son aquellas personas que van al pueblo un fin de semana o unas semanas por vacaciones, pero que durante el tiempo que están allí tienen activa la aplicación y pueden prestar ayudar. De hecho, Rosales explica que los propios usuarios pueden ser también voluntarios y ayudar a otros.

Rosales explica que están trabajando en los dispositivos, porque su intención es que el producto final permita no solo enviar una señal en caso de emergencia, sino también si se produce una caída o si las pulsaciones del usuario se salen de los “parámetros establecidos”. En este punto recuerda que en los pueblos hay que tener en cuenta la falta de cobertura telefónica, y por ello están trabajando con otro tipo de tecnologías como la radiofrecuencia que permita ofrecer este servicio también en aquellas zonas que no cuentan con cobertura.

“Es importante buscar todas las herramientas que mejoran la calidad de vida de las personas que quieren seguir en su pueblo. Dotarlos de esos servicios para que vivan aquí, con una calidad de vida digna”, concluye Rosales, que recuerda cómo ha evolucionado el proyecto a lo largo del tiempo y es “probable” que se convierta en un servicio “que se pueda dar a los municipios”.