
Sociedad
Afirman que la mejora económica no evita que 352.000 personas estén en exclusión social en Castilla y León
El Informe FOESSA revela la cronificación de la exclusión social en la comunidad, donde el 44,8% de la población continúa fuera de los márgenes de la integración plena

A pesar de que los efectos más duros de la crisis sociosanitaria de la COVID-19 quedaron atrás, en Castilla y León la recuperación no ha sido suficiente para revertir el retroceso provocado por la pandemia en los niveles de integración social. El Informe FOESSA confirma que, pese a cierta mejora en los últimos años, la comunidad mantiene en 2024 una situación global menos favorable que la registrada en 2018: la integración plena ha descendido hasta el 55,2%, mientras la integración precaria ha aumentado al 29,9% y la exclusión social afecta ya al 14,8% de la población, lo que equivale a 352.000 personas que continúan fuera de los márgenes de la plena participación social.
Así lo reflejan los datos del Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en Castilla y León, presentado esta mañana en el Consejo Económico y Social de Castilla y León (CESCYL). La presentación tuvo lugar en una rueda de prensa en la que intervinieron Enrique Cabero, presidente del CESCYL; Guenther E. Boelhoff, presidente de Cáritas Autonómica de Castilla y León; y Pedro Fuentes, miembro del Comité Técnico de la Fundación FOESSA.
Tras la rueda de prensa, se celebró una jornada de análisis en la que, además de los tres ponentes anteriores, participaron también Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, y Óscar Carpintero, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid.
Este estudio forma parte de los 22 informes territoriales elaborados por la Fundación FOESSA dentro del proceso de investigación del IX Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España. Sus resultados se basan en la sexta edición de la Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales (EINSFOESSA 2024), realizada en el primer semestre del año a 12.289 hogares en todo el país, con muestra representativa en cada comunidad y ciudad autónoma. En el caso de Castilla y León, el trabajo de campo ha permitido disponer de datos detallados y comparables que muestran con claridad la evolución social del territorio.
Dicho informe confirma que la situación de Castilla y León es, en términos globales, más positiva que la del conjunto del Estado. La Comunidad presenta un mayor porcentaje de población integrada (85,1%, frente al 80,7% de España) y, en consecuencia, menores niveles de exclusión social (14,8% frente al 19,3% estatal). Sin embargo, esta posición ventajosa no ha impedido que la recuperación posterior a la pandemia haya sido más limitada que en el resto del país. Entre 2021 y 2024, el espacio de la exclusión social solo retrocede 3,2 puntos en Castilla y León, frente a los 4,1 puntos observados a nivel estatal. En ambos territorios se registra, eso sí, una mejora similar en la exclusión severa, que desciende 3,9 puntos, mientras que las situaciones de exclusión moderada permanecen prácticamente estables.
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