Economía

Animan a una formación más especializada para potenciar la agroalimentación en Castilla y León

El director de EcovaEstudios, Juan Carlos de Margarida, recomienda políticas ágiles y valientes para lograr revertir la despoblación en las zonas rurales

Juan Carlos de Margarida durante la rueda de prensa
Juan Carlos de Margarida durante la rueda de prensaLa Razón

El Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios) ha presentado las conclusiones resultantes del Observatorio Agroalimentario 2023 de la región, donde se ha puesto de manifiesto que “la innovación y la internacionalización del sector están en entredicho”.

Con este punto de partida, Juan Carlos De Margarida, director de ECOVAEstudios, ha alertado sobre la incertidumbre en el sector agroalimentario regional provocada, principalmente, “por la volatilidad de los precios, la insuficiente subida de la renta agraria y una PAC que, aunque ayuda a mantenerse, no proyecta hacia el futuro”. Todo ello, en suma, con “la subida de los costes de las explotaciones debido a las medidas que impone Bruselas en materia medioambiental, junto con las elecciones europeas del próximo mes de junio, está provocando un aumento de la incertidumbre y la paralización de acciones”.

En este sentido, De Margarida ha recogido cuáles son las principales amenazas de este sector, donde destacan “el cambio climático, el relevo generacional, la despoblación en determinadas zonas rurales o la creciente burocracia que provoca una rigidez en la actividad industrial, una mayor carga administrativa, así como un desincentivo a la hora de crear nuevas empresas”.

Además, hay que añadir que “la tensión existente entre los actores de la cadena alimentaria, ya que nos encontramos ante una falta de consenso en el cumplimiento de la ley que debe garantizar unos precios mínimos para cubrir los costes de las explotaciones, así como la obtención de unos márgenes coherentes para su subsistencia”.

Desde ECOVAEstudios señalan que “estamos hablando de un sector que es estratégico para Castilla y León, siendo determinante para fijar población y crear riqueza dada su contribución al PIB regional y a la aportación al saldo comercial regional”. Sin embargo, “la estructura productiva se caracteriza por el predominio de las microempresas familiares, por lo que resulta primordial disponer de un sector resiliente, competitivo y sostenible, que pueda afrontar los retos de un futuro que ya es presente”.

Las conclusiones del Observatorio han permitido conocer que “estamos ante una legislación cada vez más intervencionista, donde las exigencias medioambientales están provocando una competencia desleal de otros países externos a la UE”. En este sentido, De Margarida ha manifestado que “el pacto verde europeo tiene consecuencias económicas no previstas, como son la reducción de fitosanitarios y medios de producción que inexorablemente conlleva a una menor disponibilidad de alimentos”.

En cuanto a los retos a los que el sector debe hacer frente, “es clave apostar por la formación especializada para salir al mercado correctamente, lo que permitirá aumentar la digitalización e innovación para conseguir una mayor presencia del sector en el resto del mundo. Algo que es determinante para hacer un sector atractivo para las nuevas generaciones y que vean una posibilidad de crecimiento profesional, así como de estabilidad y calidad de vida”, ha concluido Juan Carlos De Margarida.