Argüello asegura que la convivencia en España está en riesgo y llama a abrir conciencias y romper prejuicios

La Iglesia en Valladolid no esconde su preocupación por la situación por la que está atravesando España, ante los pactos que Pedro Sánchez está alcanzando para ser investido con formaciones que quieren romper España y las consecuencias sociales que están están empezando a tener en las calles.

En este sentido, el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, a preguntas de los periodistas tras presentar el Día de la Iglesia Diocesana, advertía de que los pilares de la convivencia en nuestro país se encuentran en este momento en riesgo.

"La libertad, la igualdad, la solidaridad y la seguridad jurídica se encuentran en estos momentos en entredicho", decía el prelado, para quien la "preocupante" situación política actual es la expresión de una serie de corrientes culturales que se han venido alimentando en las últimas décadas.

"Lo que está pasando hoy en España es consecuencia de un tejido asociativo débil", decía, al tiempo que reprochaba a los partidos políticos la "falta de debate interno" y que se hayan convertido en “máquinas de poder al servicio del líder” en los que los afiliados apenas participan.

A su vez, apuntaba que la polarización, el elogio a la autonomía a todos los niveles o la imposición del positivismo jurídico al pensar que una vez alcanzado el poder, cualquier decisión que se tome siguiendo los procedimientos democráticos termina siendo ética y moral, es otra de las raíces del problema actual en nuestro país.

"Ahora más que nunca es vital que los ciudadanos tomen conciencia de su responsabilidad democrática y expresen con firmeza y verdad sus opiniones pero sin dejarse llevar por emociones que dan pie en el río revuelto a ganancias de los pescadores a los que el caos y la violencia les interesa”, afirma el religioso de Meneses de Campos, para quien, en el fondo, España está inmersa en una "profunda crisis espiritual" en la que muchos nacionalismo se viven como una especie de nueva religión.

Finalmente, recordaba que España es una nación asentada durante siglos y que se constituye desde la agrupación de distintos reinos y apelaba a la búsqueda del bien común como solución. Y pese a todo esto, Argüello se mostraba optimista ante el futuro de la nación y de los españoles, pero siempre y cuando se “abran las conciencias y se rompen prejuicios", y de esta forma, proseguía, los ciudadanos de este país llamado España dejen de comportarse en política como "forofos futbolísticos”.