Patrimonio

El impresionante castillo que sorprende por su color rosa

Se trata de una fortaleza medieval que cuenta con el reconocimiento de Monumento Nacional desde 1931

Castillo de la localidad segoviana de Turégano
Castillo de la localidad segoviana de TuréganoJcylJcyl

El patrimonimo monumental de España sorprende por su belleza y esplendor. Son muchos los edificios que existen en nuestro país, y que se han convertido en un referente turístico. Catedrales, iglesias, puentes, acueductos, palacios, inundan de arte y riqueza todo el territorio nacional. Pero si hay algunos que sobresalen por encima de todos, por su situación geográfica, son los castillos. El buen hacer de las administraciones y de los vecinos de los municipios han hecho que las fortalezas han llegado en un gran estado de mantenimiento, lo que les ha permitido convertirse en un atractivo.

Son muchas las fortalezas de gran belleza que existen en España, sobre todo de la época medieval. Castillo es, según la definición del iccionario de la RAE, un «lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones». Existe todo un conjunto de edificaciones militares que guardan analogías con el castillo, como el alcázar, la torre, el torreón, la atalaya, el fuerte, el palacio fortificado, la ciudadela o la alcazaba, lo que el castillo encierra es un patio de armas, en torno del cual se sitúan una serie de dependencias y que dispone por lo menos de una torre habitable.

Los primeros castillos datan del siglo IX -simples torres de madera-, su origen es más antiguo y tienen precedentes en la arquitectura militar de la Grecia clásica. En la Alta Edad Media, se utilizaba como cerco defensivo una mera empalizada de madera, pero la evolución del armamento y de las técnicas militares hicieron inservible este procedimiento; más adelante, se confió en la solidez de las construcciones en piedra y en la altura de los muros que con este material podía alcanzarse.

Aunque los castillos feudales proliferaron durante la Edad Media, el castillo no solo cumplía funciones puramente castrenses, sino que servía también de residencia a los señores de la nobleza y a los propios reyes, llegando con el tiempo a ser un auténtico palacio fortificado. Si bien podía estar enclavado en los núcleos urbanos, lo común es que se situase en lugares estratégicos, normalmente en puntos elevados y próximos a un curso de agua para su abastecimiento, desde donde pudiera organizarse la propia defensa y la de las villas que de él dependían, según señala Wikipedia.

A partir del siglo XVI, con el ocaso del feudalismo y la consolidación de las monarquías absolutistas, la nobleza propietaria de los castillos los fue abandonando a cambio de mansiones palaciegas en la corte. Por este motivo, y porque quedaron obsoletos en su función militar, los castillos perdieron todo interés y decayeron hasta quedarse en estado de ruinas en su mayoría.

Pero en esta ocasión no nos vamos a centrar en la espectacularidad de estos monumentos, sino en el color. Y es que lo normal, dependiendo de la luz, es que las fortalezas sean blancas, según el estado de limpieza, marrón, dependiendo de la piedra que se utiliza, o incluso gris. Pero el castillo en cuestión sorprende por su color, ya que es rosa.

Castillo de Turégano

La impresionante fortaleza que se ha hecho viral por su color, es la de la localidad segoviana de Turégano, en la que se sitúa el “Castillo Rosa”. Se cree que se trata de un monumento del siglo XII levantada en el lugar donde existió una fortificación de origen árabe, y que se asentó sobre un castro celtibérico, ya que aún quedan restos de las murallas.

En su interior alberga la iglesia románica de San Miguel Arcángel. Ambas construcciones tienen mucho que ver con la estancia del obispo de Segovia por estas tierras. Ya en 1123, la reina doña Urraca de Castilla dona el señorío de Turégano a Pedro de Agen, primer obispo de Segovia, lo cual fue ratificado cuatro años después por Alfonso VII, quedando en perpetuidad.

La iglesia se construiría en la segunda mitad del siglo XII, presentando una planta basilical de tres ábsides y tres naves, toda ella abovedada en piedra, lo que le aporta una monumentalidad excepcional en el románico segoviano, a lo que hay que añadir la ubicación de la torre campanario en la zona del crucero.

Su encastillamiento se iniciaría en 1471 por encargo del obispo Juan Arias Dávila que residió en Turégano de manera más habitual al exiliarse de Segovia tras retomar el poder Enrique IV después de la Guerra Civil que asoló Castilla entre 1464 y 1468. Es en ese momento cuando se realiza la cerca interior, los tres grandes torreones sobre la cabecera del tempo y se inicia el encastillamiento de la iglesia, que finalizará ya en época del obispo Diego Rivera.

Entre sus paredes se han hospedado personajes tan ilustres como Fernando de Aragón, Fernando el Católico, quien permaneció aquí unos días, en 1474, antes de llegar a Segovia para encontrarse con su esposa, Isabel la Católica.

El castillo también llegó a utilizarse como prisión de Estado y en él estuvieron encerrados algunas figuras históricas como Antonio Pérez, primer ministro de Felipe II, o el hijo del Duque de Osuna.

Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931 y está incluido en la Ruta de los Castillos de Castilla y León. Su conservación e historia le hacen ser de los más interesantes de España, pudiendo visitarse durante todo el año. En la actualidad, en su interior se siguen celebrando cultos cristianos, además de diversos eventos como conciertos de música clásica.

Localizador de Turégano
Localizador de TuréganoTania NietoLA RAZÓN

Otros atractivos de Turégano

El "Castillo Rosa" no es el único atractivo turístico de esta villa segoviana. La localidad cuenta con numerosos monumentos destacables como:

La Plaza de España

Todos los acontecimientos de Turégano giran en torno a este espacio, que a principios del siglo XX se llamó Plaza de Alfonso XIII, más tarde de la República y ahora de España.

También denominada "De los Cien postes" por el Cronista oficial de la villa, Victoriano Borreguero, según explica la web terranostrum.es. Con usos diversos, desde antiguamente, la Plaza España ha servido de escenario para la celebración de ferias y mercados que tanta importancia adquirieron en la villa; igualmente y desde finales del mes de agosto se puede contemplar, ya montado, su coso taurino listo para festejar las célebres corridas medievales del municipio.

Palacio Episcopal

Fue mandado construir por el prelado D. Manuel Murillo Argaiz para residencia de los obispos durante sus estancias en la villa. Se encuentra situado en el lado sur de la Plaza España y actualmente tiene su entrada principal por la carretera general, frente al ábside románico de la iglesia de Santiago.

La Iglesia de Santiago Apóstol

Parroquia de la villa y monumento nacional, es una verdadera joya artística, no sólo por su ábside románico del siglo XII, sus retablos barrocos y el primitivo retablo románico en piedra, sino por el increíble tesoro escultórico, de orfebrería y de elementos religiosos acumulados en ella como consecuencia de haber heredado algunas piezas únicas.

Gastronomía

Para que la visita sea completa, uno no puede dejar de visitar Turégano sin disfrutar de su variada y rica gastronomía. La gastronomía local se caracteriza por la elaboracíon de asados, especialmente de cordero y cochinillo, que en el caso de Turégano cuenta con cerca de un siglo de tradición en sus hornos. Así como en los restaurantes de la villa se puede encontrar otro suculento manjar: el bacalao al ajo arriero, elaborado desde mediados del siglo XX por las mujeres del pueblo para la Feria de San Andrés.

Por último, en las bollerías y panaderías se pueden encontrar suspiros, bollos blancos, rosquillas de yema, rosquillas fritas, periquillos, torta de chicharrones, bollos de coco, magdalenas y un amplio abanico de dulces típicos tureganenses.