Enfermedad renal crónica: una patología silenciosa al alza que afecta a 3.200 personas en Castilla y León

Este 9 de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón, una jornada importante para las personas que padecen alguna enfermedad renal, sobre todo la crónica (ERC), porque les sirve para llamar la atención y visibilizar un grave problema de salud pública que existe hoy en día en España, por cuanto esta patología no para de crecer y se ha situado ya entre las diez primeras causas de mortalidad en nuestro país -se estima que en el año 2040 estará entre las cinco primeras-, afectando a entre un 10 y un 15 por ciento de la población.

Una enfermedad, la ERC, que tiene además el hándicap que es muy silenciosa y que cuando el paciente empieza a tener síntomas y problemas esta se encuentra ya en un estado bastante avanzado, de ahí la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz para que la persona pueda salvar su vida. En los últimos tiempos, la mortalidad ha aumentado un 30 por ciento, al igual que la prevalencia, cuya tasa de personas en Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) es de 1.387 por cada millón de habitantes.

En Castilla y León, al igual que en toda España, también ha crecido esta enfermedad y en estos momentos hay un total de 3.200 castellanos y leonesescon enfermedad renal crónica. O lo que es lo mismo, requieren de tratamiento de diálisis o un trasplante para reemplazar la función de sus riñones, con una prevalencia por debajo de la media nacional de 1.351 por millón de habitantes en 2021, por debajo de los 1.387 de media nacional, pero supone el 3 por ciento más que en el 2020.

En España, el número de ciudadanos que necesitan diálisis o trasplante para poder seguir viviendo alcanza ya las 65.740 personas.

Ante esta "preocupante" situación, los profesionales de Nefrología en España y los pacientes renales, junto a otras sociedades científicas y organizaciones, aprovechan esta jornada para insistir en la necesidad de que las autoridades sanitarias y las administraciones públicas realicen un mayor esfuerzo para promover y potenciar la prevención y el diagnóstico precoz de la Enfermedad Renal Crónica (ERC).

Igualmente, demandan el desarrollo de un Plan Nacional sobre la ERC, que actualice la estrategia aprobada en 2015 con el consenso de las comunidades y dé respuesta a los nuevos retos planteados por la preocupante escalada de la incidencia, prevalencia y mortalidad de las renales.

Finalmente, los afectados reclaman otro tipo de medidas que mejoren su calidad de vida, como el fomento de la donación de vivo como opción segura y eficaz para el trasplante renal; y la potenciación de los tratamientos domiciliarios, como la diálisis peritoneal o la hemodiálisis domiciliaria, que permiten una mayor autonomía e independencia del paciente al realizarlo en su casa, facilitando su conciliación laboral y familiar, además de contribuir a la sostenibilidad del sistema sanitario.