Medio ambiente

Greenpeace despliega una gran pancarta en Palacios de Jamuz (León) para que las zonas afectadas por el fuego "no caigan en el olvido"

La organización ecologista reclama que este 2025 sea un punto de inflexión ante los grandes incendios forestales ocurridos en España

Greenpeace despliega una pancarta gigante en Palacios de Jamuz (León) reclamar que 2025 sea un punto de inflexión ante los grandes incendios forestales
Greenpeace despliega una pancarta gigante en Palacios de Jamuz (León) reclamar que 2025 sea un punto de inflexión ante los grandes incendios forestalesGreenpeaceLa Razón

Greenpeace ha desplegado una pancarta gigante en la localidad leonesa de Palacios de Jamuz, uno de los pueblos afectados por los incendios este verano, para reclamar que este 2025 sea un punto de inflexión en la lucha contra los fuegos.

La pancarta, de más de un kilómetro cuadrado, tiene como lema ‘Cero prevención + crisis climática = destrucción’.

La actuación se llevó a cabo en una de las zonas más castigadas por el incendio de Molezuelas de la Carballeda, el más grande de 2025, que comenzó en el municipio zamorano y pasó a otros de León, como Palacios o Nogarejas.

La organización recordó con “dolor” que en este incendio ya histórico fallecieron dos voluntarios: Abel Ramos y Jaime Aparicio.

Además, el pueblo de Palacios de Jamuz forma parte de la comarca del Bierzo, muy cerca de Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, que también ha sido afectada por el fuego.

Con esta imagen, Greenpeace reclama la necesidad de que las zonas afectadas no caigan en el olvido y que 2025 marque un verdadero punto de inflexión en la puesta en marcha de políticas eficaces de prevención frente a incendios de alta intensidad.

“Estamos en una de las zonas más devastadas a todos los niveles y queremos que no caiga en el olvido", señala la portavoz de Greenpeace, Mónica Parrilla de Diego.

Los recientes incendios han arrasado casi 400.000 hectáreas y más de 160.000 hectáreas de espacios naturales protegidos en España. Además, ocho personas han fallecido y más de 35.000 fueron evacuadas.

El fuego provocó la pérdida de patrimonio natural y cultural, afecciones a la fauna (incluidas especies emblemáticas como oso pardo, desmán ibérico, urogallo, lobo), además de cortes de carreteras y daños en vías ferroviarias e infraestructuras.

El último informe del World Weather Attribution (WWA) concluye que las condiciones meteorológicas extremas –calor, sequía y viento– que alimentaron los incendios fueron 40 veces más probables por el efecto del cambio climático, y hasta un 30 por ciento más intensas.

A ello se suman la falta de actividades agro-forestales en amplios territorios debido al abandono del medio rural, lo que contribuye a generar paisajes más vulnerables a los incendios de alta intensidad, que hacen más difícil la recuperación de los ecosistemas, así como la pervivencia del uso del fuego, con una alta intencionalidad en el origen de los incendios forestales.

En 2025 se sobrepasó la media de hectáreas afectadas en cada gran incendio forestal (según las estadísticas son 500 hectáreas): en los últimos años, la media ascendía a 1.500 hectáreas por cada incendio.

Además, muchos de los incendios de este año según la organización, han sido mucho más intensos y, por tanto, con impactos más grandes, como confirman los estudios de la severidad del fuego, un indicador que describe el grado de impacto que un incendio tiene sobre la vegetación, el suelo y otros componentes del ecosistema, información clave para evaluar la regeneración natural y las medidas de intervención post-incendio .

En este contexto, el Plan Nacional de Restauración de la Naturaleza –que debe presentarse en agosto de 2026– representa una oportunidad histórica para revertir la degradación de los ecosistemas forestales, en línea con los objetivos de la Unión Europea: recuperar el 20 por ciento de los ecosistemas terrestres para 2030 y alcanzar la restauración total en 2050.

Asimismo, recuerda que el 73 por ciento de los hábitats de interés comunitario en España se encuentran en un estado de conservación desfavorable. La restauración de espacios degradados por el fuego es clave. En muchos casos, la naturaleza se abrirá paso de nuevo y se producirá una regeneración natural, pero otros, especialmente aquellos que han sufrido incendios de más severidad, necesitarán ayuda. Su abandono puede conducir a masas forestales homogéneas, que son más vulnerables a plagas e incendios recurrentes.

“No hay tiempo que perder, las soluciones están sobre la mesa: es urgente apostar por la prevención, el fortalecimiento de la gestión del territorio y la adopción de políticas contundentes contra la crisis climática para evitar que se repita esta tragedia”, concluye la portavoz.