Turismo
Estos son los cinco pueblos de Salamanca que no te debes perder este otoño
Arte, patrimonio, naturaleza y gastronomía invitan a sumergirse en estas localidades con mucha historia y encanto
Ya estamos en pleno otoño. Y es, como cualquier época del año, un buen momento para viajar y conocer nuevos lugares. Pueblos con encanto, patrimonio, arte, naturaleza y una gastronomía, en ocasiones única, que nos dejan un buen sabor de boda y nos animar a repetir la experiencia en un futuro. Nos acercamos a la provincia de Salamanca. Aparte de la capital, de obligada parada con el inmenso capital patrimonial que derrocha, vamos a sumergirnos por cinco de sus localidades más emblemáticas, que merece, y mucho, la pena descubrir y dejarnos caer por allí.
La Alberca
Empezamos nuestro recorrido por el pueblo más bonito de la Sierra de Francia y también, el que congrega más turismo, Aunque no cuenta con edificios relevantes solo el hecho de pasear por el laberinto de sus calles estrechas y sinuosas con sus construcciones típicas y tradiciones que se conservan desde su construcción, sumergen al viajero en un espacio de otra época. Tanto es así que nos hallamos en el primer pueblo de España que fue declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1940. La estructura de las juderías recuerda a la herencia de los arrabales de las ciudades musulmanas.
Y, ¿qué podemos visitar en esta pueblo monumental?. Pues la primera parada nos lleva hasta la iglesia parroquial del siglo XVIII, una gran torre de 212 metros, que fue costeada por los Duques de Alba. También llaman la atención un buen número de ermitas, entre las cuales se encuentran las de Nuestra Señora de Majadas Viejas, la de San Marcos, la del Cristo del Humilladero o la de San Antonio.
Entre sus fiestas destaca es la del Cerdo de San Antón, el 13 de junio en la que se bendice un pequeño cerdo que se mueve por el municipio alimentado gracias a la voluntad de los vecinos. Y el 17 de enero es subastado entre todos ellos. Para los amantes del senderismo o la bicicleta de montaña, existen varias rutas para disfrutar solos o con amigos y en familia, como la Ruta La Alberca-Portilla La Bejarana-La Alberca o la Ruta Camino de las Raíces.
Ciudad Rodrigo
Nuestro periplo nos lleva al oeste de la provincia salmantina. Allí, a orillas de la frontera portuguesa, nos encontramos con Ciudad Rodrigo, que cuenta con un patrimonio histórico envidiable que se remonta hasta la prehistoria. Cuentan con una muralla centenaria, y uno descubre en su interior un auténtico tesoro como es la catedral de Santa María, que cuenta con seis capillas, tres sepulcros y dos altares la contemplan.
También cuenta con el ayuntamiento, la capilla de Cerralbo, el palacio de los Castro, el palacio de los Águila, el palacio de la Marquesa de Cartago o la casa de los Vázquez.
Pero que mejor ocasión que conocer esta localidad con dos momentos únicos a lo largo del año como son el Carnaval del Toro y la Feria de Teatro de Castilla y León que tiene lugar cada verano.
El plato autóctono por excelencia en la comarca de Ciudad Rodrigo es el farinato. Se trata de un original embutido hecho de manteca de cerdo, pan migado, pimentón y especias, y que tradiconalmente se combina con un par de huevos fritos. Aunque los embutidos y las carnes, no hay que dejar de probarlas.
Candelario
Integrado dentro de la comarca de la Sierra de Béjar, Candelario se encuentra declarado como Bien de Interés Cultural, en la categoría de conjunto histórico desde 1975, y en 2006 como Reserva de la Biosfera por la Unesco.
En la parte alta del pueblo se alza el Ayuntamiento, majestuoso edificio de finales del siglo XIX, coronado por un reloj-campanario y rodeado por una verja de metal. Llama la atención en toda la localidad su arquitectura popular, con calles principales, donde predominan las casas chacinera, y uno de los elementos más característicos de las viviendas son las batipuertas. Son una especie de media puerta, situadas en el exterior de las puertas de acceso a las viviendas. Servían para ayudar al sacrificio de las reses y para evitar que entrase el ganado que circulaba por las calles; en inverno servía para que no entrase la nieve acumulada en el exterior.
Y existen hasta quince fuentes hay repartidas por las calles del pueblo, de las que brota un agua cristalina y muy fría. Entre los edificios más representativos se encuentran la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción y la Ermita del Humilladero: Justo a la entrada de Candelario, la Ermita del Humilladero está dedicada al Cristo del Refugio.
Y para matar el hambre, en la gastronomía de Candelario no debe faltar el embutido o las sabrosas patatas meneás con tocino, el calamar de huerta, que consiste en rebozar un pimiento, y la popular probadura de chichas, que se degustan todos los 2 de febrero, día de la Candelaria.
Mogarraz
Se halla en pleno corazón de la Sierra de Francia salmantina, dentro del Parque Natural de las Batuecas. Mogarraz se ha convertido en un polo de atracción de turistas, que buscan estos rostros alegres, la mayor parte de ellos, y que a veces inquietan, e incluso vigilan nuestros pasos.
El proyecto contó con el apoyo del Ayuntamiento y de la Diputación, y que representa a la perfección lo que significa la despoblación, pero a través de la repoblación de las miradas de sus vecinos, y que son un elemento más del pueblo que fue repoblado en el siglo XII por grupos de franceses. La villa es una de las pocas juderías conversas al cristianismo que se conservan.
Ya en el año 1656 obtenía el rango de villa y en los siglos XVII y XVIII es cuando alcanza su mayor esplendor y cuando se empiezan a construir gran parte de los edificios según el estilo serrano tradicional; piedra para las clases altas y de adobe y barro para las más humildes.
En el año 1986 se le concedía el título de Conjunto Histórico-Artístico y en 1998 Bien de Interés Cultural con categoría de conjunto histórico y pertenece por derecho propio al club de los Pueblos Más Bonitos de España. Mogarraz cuenta con un trazado urbano muy característico e influenciado del mundo árabe y judío. Allí nos espera la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de las Nieves, con una planta de cruz latina y altar barroco. Su Plaza Mayor, donde se celebraban los festejos taurinos antaño, tiene forma ovalada. Y merece la pena detenerse en el Museo Etnográfico Casa de las Artesanías, donde se rinde homenajes a tres oficios tradicionales.
San Martín del Castañar
Localidad de poco más de 200 habitantes declarada Conjunto Histórico en el año 1982 por la belleza de su arquitectura popular con sus casas tradicionales típicas.
Villa de aire señorial, en ella se encuentra una atalaya entre dos arroyos. Entre su patrimonio, destacan sus murallas y la Torre del Homenaje del que fue en su momento el castillo de la población, así como su museo Etnográfico, con una muestra de antiguos enseres y herramientas. También destaca la iglesia parroquial está dedicada a San Martín de Tours, que pone de relieve la influencia francesa en toda la comarca. A los pies se levanta una bella espadaña de finales del siglo XVI. En 1981 fue declarada Bien de Interés Cultural.
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