Felipe VI, seducido por "Hospitalitas", una exposición de "primer nivel"

Y por fin llegó el día más esperado para los vecinos de la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo, donde este miércoles se ha dado el pistoletazo de salida a una nueva edición, la número 27, de Las Edades del Hombre, la exposición de arte sacro más importante del mundo, que han visitado más de 12 millones de personas desde su primera edición en Valladolid en 1988, con el objetivo de mostrar al mundo y poner en valor el rico e ingente patrimonio de la Iglesia.

Un muestra que este año lleva por título "Hospitalitas", como reconocimiento a esa tradición hospitalaria que los peregrinos se encuentran en su camino hacia Santiago para abrazar al apóstol, y que es seña de identidad de la Ruta Jacobea desde hace siglos y que, como novedad, se celebra en dos regiones: Castilla y León y Galicia.

Por tercer año consecutivo tras las ediciones de 2022 en Plasencia (Cáceres) y de 2023 en Burgos, Carrión de los Condes y Sahagún, Su Majestad el Rey Felipe VI volvía a inaugurar esta muestra en Villafranca del Bierzo entre el cariño de los bercianos que se acercaron para arropar y saludar al monarca con gritos de "¡Viva España! y ¡Viva el Rey!, hasta las dos sedes de la exposición en la localidad: la iglesia románica de Santiago y la imponente Colegiata de Santa María. Lo hacía acompañado por autoridades civiles y religiosas, donde recibía con atención las explicaciones del comisario, Miguel Ángel González, sobre las más de cien piezas de arte sacro reunidas en ambos lugares.

En concreto, 110 piezas que llegan de toda España de pintores y escultores como El Greco, La Roldana, Luis Salvador Carmona, Juan de Juni y Luis Salvador Carmona, junto a otros artistas contemporáneos como Venancio Blanco y José Vela Zanetti, con las que se recorren hasta una veintena de siglos de historia que podrán verse en estos dos templos, al menos hasta noviembre. Obras de arte a las que habrá que sumar otras tantas en las dos sedes gallegas que abrirán sus puertas el miércoles que viene: la Catedral de Santiago y el Monasterio santiagués de San Martín Pinario.

El monarca se ha ido encantado de esta visita a Villafranca del Bierzo, primero por el caluroso recibimiento que ha tenido por parte de los vecinos, y en segundo lugar por la calidad de las obras expuestas en "Hospitalitas", según desvelaba el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien revelaba también que al Rey le ha sorprendido lo variado de la piezas presentes así como el contraste entre algunas más tradicionales del siglo XIV o XV con otras de artistas contemporáneos.

Mañueco, además, aprovechaba para animar a todos a realizar el Camino de Santiago y, de paso, a que se acerquen hasta Villafranca para disfrutar de esta muestra "de primer nivel".

Felipe VI comenzaba la visita en la iglesia de Santiago y se acercaba hasta s lugar más emblemático: la Puerta del Perdón, a la que acuden los peregrinos que no pueden seguir hasta Santiago por enfermedad para conseguir el Jubileo. En este templo, el monarca se empapaba de la primera parte de ‘Hospitalitas’ a través de un audiovisual de quince minutos centrado en la hospitalidad.

Se trata de un cortometraje animado, con muy poco texto, muchas imágenes y un lenguaje eminente gráfico donde el propio visitante se convierte en un actor más de esta proyección, que se basa en pasajes de la Biblia y repasa la historia de la acogida en sus vertientes religiosa y humanística.

Posteriormente el Rey se desplazaba hasta la Colegiata de Santa María, cuya alameda estaba abarrotada de gente esperando al monarca, quien saludaba a y daba la mano a multitud de vecinos, especialmente a varios ancianos de la Residencia de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca, "muy contentos", decían, por ver al rey y porque Villafranca acoja esta exposición”.

La visita a la Colegiata se prolongó durante algo más de una hora en la que el rey pudo conocer de forma detallada algunas de las piezas que se exponen en las cuatro estancias habilitadas, que proponen un recorrido por la historia de la hospitalidad, a través de imágenes, cuadros o textos.

Entre las piezas expuestas destacan ‘La visión de San Francisco’ de El Greco, que llega desde la Diócesis de Cádiz, o estatuas del prestigioso escultor Luis Salvador Carmona. También una pieza pieza de alabastro chino-filipino que se guarda en la localidad orensana de Celanova.

También piezas bercianas, que se exponen habitualmente fuera de la comarca, como un ara-estela votiva de granito, dedicada a Júpiter, que proviene de San Andrés de Montejos (León) y está datada en el siglo II d.C., o el capitel románico de Montealegre, fechado a comienzos del siglo XIII, junto con su pareja también expuesta en el Museo de los Caminos de Astorga, procedentes del desaparecido Monasterio de San Juan de Montealegre en Villagatón, en el límite del Bierzo y la Maragatería.

Villafranca también acoge piezas llegadas desde Valladolid, como 'El Juicio Final' (Manuel Peti, hacia 1703), un óleo sobre lienzo de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos o el 'Cristo del Perdón' (Luis Salvador Carmona, 1755), una talla en madera policromada del Convento de los Sagrados Corazones de las Madres Capuchinas de Nava del Rey. También seis obras procedentes de la Diócesis de León, como como un pastor con ovejas en bronce fundido que custodian los Padres Dominicos de La Virgen del Camino o ‘La creación’, un óleo sobre lienzo, anónimo y realizado en el siglo XVIII, del que es titular la Colegiata de Toro de Zamora.

El obispo de Astorga, Jesús Fernández, intervenía en este acto inaugural destacando el nexo de unión entre territorios que tiene esta exposición , así como la importancia del arte sacro a la hora de "explicar" el misterio de Dios y "llevar el mensaje del Evangelio a los corazones de todos los pueblos".

"El arte cristiano se revela como un lenguaje universal que trasciende barreras culturales y lingüísticas para ofrecer un atisbo de la gloria de Dios", señalaba el religioso, para quien el arte sacro permite ver el mundo "con los ojos de la fe".

También destacaba que el Camino de Santiago ha sido durante siglos el eje vertebrador del viejo continente, como puntal en la defensa de la espiritualidad, la verdad, la justicia y el bien común, y confiaba en que esta edición de Las Edades sirva para "avanzar" por esa senda de entendimiento.

Tras la intervención del obispo, el rey regresaba a Madrid a bordo del helicóptero en el que aterrizó en la localidad sobre las 11.20 horas.