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Sanidad

José Luis Morencia: “En el tratamiento del dolor crónico, lo mejor está por venir y tenemos herramientas que aún pueden desplegarse"

El presidente del Colegio de Fisioterapeutas de Castilla y León destaca la importancia de estrategias activas, multidisciplinares y centradas en el paciente para mejorar su calidad de vida

José Luis Morencia, presidente del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León Miriam ChacónIcal

El tratamiento del dolor crónico asiste a un cambio de paradigma. Cada vez hay más evidencia de que un abordaje activo, centrado en el paciente y apoyado en estrategias multidisciplinares es más eficaz que los modelos tradicionales basados únicamente en medicación. Este enfoque permite a los pacientes comprender lo que ocurre en su cerebro, gestionar emociones, moverse sin miedo, dormir mejor y mejorar su calidad de vida. Lo explica a Ical el presidente del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León, José Luis Morencia, que defiende el sistema público de salud autonómico como referente en la implantación de unidades de afrontamiento activo del dolor, con más de 6.000 pacientes atendidos en la red de Sacyl, y que demuestran que la innovación sanitaria puede lograrse con recursos moderados y con resultados tangibles tanto para la salud de las personas como para la sostenibilidad del sistema. Morencia resalta la incorporación de nuevas tecnologías, como la realidad virtual y la inteligencia artificial, que amplían las posibilidades del tratamiento y abren caminos para un futuro más humano y efectivo en la atención al dolor crónico. Todo ello se abordará en el II Congreso Internacional de Afrontamiento Activo del Dolor Crónico que acogerá Valladolid la próxima semana, los días 17, 18 y 19 de octubre, que organizan el Colegio y el Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León (ICSCyL).

Sufrir dolor crónico condiciona la vida de millones de personas. Qué busca este segundo congreso Internacional y qué supone que se celebre aquí en Castilla y León.

El Congreso en su segunda edición, tras el éxito de 2022 con más de 1.300 asistentes, busca consolidarse como un punto de encuentro internacional para compartir avances en neurociencia del dolor y en disciplinas como fisioterapia, psicología, medicina y enfermería. Su celebración en Valladolid tiene un valor simbólico, pues en esta ciudad es donde nació la primera unidad pública y gratuita de afrontamiento activo del dolor, pionera en España y referente mundial. Este evento proyecta la innovación sanitaria de la Comunidad hacia el ámbito global.

El lema habla de transformar la atención al dolor, ¿se asiste a un cambio de paradigma?

El dolor crónico es aquel que persiste más de tres meses, incluso sin una lesión activa. No siempre se debe a un daño físico, ya que también influyen factores neurológicos, emocionales y sociales. Por eso, los analgésicos, aunque pueden ser útiles de manera puntual, no solucionan la raíz del problema y, además, conllevan riesgos importantes como la dependencia o la aparición de efectos secundarios. En cambio, los enfoques interdisciplinarios, que consideran al paciente de forma integral, resultan más eficaces porque promueven su bienestar y calidad de vida sin depender únicamente de la medicación.

Esta cita sirve para dar visibilidad también a la realidad de estos pacientes, a su día a día.

El objetivo del afrontamiento activo es empoderar a las personas con dolor, brindándoles conocimientos, estrategias y confianza para moverse, dormir mejor, gestionar sus emociones y comprender lo que sucede en su cerebro. Se trata de romper con el modelo pasivo tradicional, muy arraigado en España, en el que el paciente acude al médico y espera que un medicamento solucione el problema. En cambio, este enfoque promueve que el paciente asuma un papel protagonista en su recuperación, tomando conciencia de que su implicación es clave. No se trata de rechazar el uso de fármacos, ya que en muchos casos pueden ser útiles, sino de entender que no constituyen la única solución. El tratamiento del dolor crónico requiere un abordaje más amplio, en el que la medicación puede ser un complemento, pero no el centro del proceso. Lo que se busca es que el paciente deje de depender únicamente de las pastillas y pase a ser el eje activo de su recuperación, ganando autonomía y mejorando su calidad de vida.

Castilla y León ha sido pionera en la creación de las unidades de afrontamiento activo del dolor. ¿Qué ha supuesto este modelo para el conjunto del Sistema Nacional de Salud?

Los fisioterapeutas defendemos que el futuro de la sanidad pasa por las microinnovaciones: cambios sencillos, de bajo coste y gran impacto, que no dependen de tecnologías carísimas ni de intervenciones millonarias. Escuchar al paciente, explicarle qué ocurre en su cerebro, enseñarle a moverse sin miedo o a dormir mejor son ejemplos de estas estrategias que generan beneficios inmediatos y evitan la dependencia excesiva de los fármacos. Este enfoque no solo mejora la calidad de vida, sino que también reduce las visitas a urgencias, favorece la reincorporación laboral y contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario. En Castilla y León se ha demostrado su eficacia: con una inversión mínima, se han atendido ya más de 6.000 casos de una manera distinta a la tradicional, obteniendo resultados tangibles. Esto resulta especialmente relevante en una Comunidad con retos añadidos como el envejecimiento de la población y la dispersión geográfica, donde administrar los recursos de forma eficiente es clave para garantizar la viabilidad del sistema.

Habla de pequeñas microinnovaciones, ¿nos puede poner un ejemplo?

En sanidad se habla de los AVACS, los años de vida ajustados por calidad, que invitan a priorizar intervenciones que mejoren realmente la vida de los pacientes. A menudo se destinan grandes recursos a tecnología costosa sin valorar su impacto real, cuando medidas más simples, como un buen abordaje del dolor crónico en Atención Primaria, logran beneficios inmediatos: menos dependencia de fármacos, reducción de visitas médicas, recuperación laboral y mejora del estado del paciente. Esto alivia al sistema y, sobre todo, aporta vida con calidad, que es más importante que solo vivir más años. Una de cada cuatro personas sufrirá dolor crónico, lo que refuerza la necesidad de estas estrategias, basadas en investigación, neurociencia y modelos pioneros. El congreso va a reunir a expertos de distintas áreas con un fin común: tratar el dolor crónico de forma activa y colaborativa. La fisioterapia es clave para combatir la kinesiofobia y devolver confianza en el movimiento, pero el enfoque requiere la participación conjunta de médicos, psicólogos, enfermeras y otros profesionales, porque el dolor crónico exige respuestas integradas.

Llegarán figuras de la talla de Peter O'Sullivan, de Ann Meulders, ¿qué supone contar con estos profesionales en Castilla León?

Australia es referente mundial en el abordaje del dolor crónico, y contar en el congreso con expertos como Peter O’Sullivan, o con la neerlandesa Anne Menders, sitúa a Castilla y León en el mapa internacional de la innovación en este ámbito. Para los profesionales supone una oportunidad única de aprendizaje, y para los pacientes un mensaje claro: los mismos avances que se aplican en lugares como Harvard, Australia o Bélgica también están disponibles en el sistema sanitario público de Castilla y León. De hecho, nuestro modelo ya despertó interés en instituciones de prestigio como el Spaulding Rehabilitation Hospital, centro vinculado a la Universidad de Harvard, especialmente en un país como Estados Unidos donde el problema de los opiáceos es crítico. Incluso hubo propuestas para trasladar el proyecto allí, pero sus impulsores -Miguel Ángel Galán y Federico Montero-Cuadrado- decidieron quedarse en Castilla y León, garantizando que los beneficios lleguen a los usuarios del sistema público de salud de la Comunidad, y eso hay que decirlo.

Acaba de citar a Miguel Ángel Galán, pionero en este campo. El Congreso también rende un homenaje a este profesional. ¿Qué legado ha dejado su figura en Castilla y León?

Miguel Ángel Galán fue pionero al crear la primera unidad de afrontamiento activo del dolor crónico en España. Su trabajo se centró en educar a los pacientes sobre el dolor, promover el movimiento como herramienta terapéutica y destacar la importancia de la fisioterapia en el tratamiento. Gracias a su visión, su modelo innovador ya se está replicando en otras comunidades autónomas y ha despertado interés internacional, incluyendo instituciones de prestigio como Harvard y el Karolinska Institute. El Congreso rinde homenaje a su figura, reconociendo su talento y la enorme contribución que ha hecho al avance del abordaje del dolor crónico. Además, busca continuar y difundir el legado que él inició, fortaleciendo el enfoque multidisciplinar y activo que transformó la manera de tratar a los pacientes en Castilla y León.

En el congreso, como en todo, también se va a abordar la inteligencia artificial, la medicina gráfica aplicada al dolor, ¿cómo conecta con la práctica clínica?

Las innovaciones médicas actuales incluyen el uso de inteligencia artificial y realidad virtual, aplicadas también en fisioterapia. Los entornos virtuales pueden ‘engañar’ al cerebro y ayudar a pacientes con dolor crónico a superar bloqueos físicos y recuperar movilidad, incluso en casos de dolor intenso. Estas herramientas permiten comprobar progresos de forma visual y mejorar la eficacia de los tratamientos. El Congreso actúa como plataforma para presentar estas tecnologías y promover su aplicación práctica en el abordaje activo del dolor crónico.

¿Es un congreso abierto al público en general?

El Congreso está dirigido principalmente a profesionales sanitarios, aunque se está estudiando la posibilidad de abrir parte del aforo a pacientes, especialmente aquellos implicados en el dolor crónico a través de asociaciones. En Valladolid, tenemos la limitación de que es muy complicado organizar un congreso de más de 1.000 personas. Contamos con el Miguel Delibes, con el apoyo de la Consejería de Sanidad, que ha sido vital, y el Colegio que presido. La idea es que los pacientes puedan conocer de primera mano las últimas innovaciones aplicadas en la práctica clínica diaria.

¿Qué redes de colaboración pueden surgir de esta cita?

Al ser un evento multidisciplinar, cada participante aporta una pieza del puzzle del dolor, lo que permite identificar sinergias y establecer conexiones que facilitan la derivación adecuada de pacientes cuando requieren atención de otros especialistas. Por ejemplo, muchos casos de dolor tienen un componente psicológico significativo que debe ser abordado por profesionales de la psicología, mientras que el personal de enfermería, gracias a su proximidad en las consultas y triajes, puede detectar pacientes con dolor crónico y derivarlos correctamente. Este tipo de colaboración también visibiliza y refuerza la figura del fisioterapeuta, que hoy, gracias a décadas de esfuerzo profesional, ha ganado autonomía y reconocimiento. Generar estos contactos y redes de colaboración no solo mejora la práctica clínica diaria, sino que también permite descubrir nuevas posibilidades de cooperación entre disciplinas que, en muchos casos, pueden sorprender por su eficacia.

Para terminar, mirando a largo plazo, ¿cómo imaginas el tratamiento del dolor crónico dentro de diez o quince años?

El dolor crónico a menudo se percibe como una especie de condena, pero escuchar los avances y enfoques actuales abre una ventana de esperanza para muchas personas. Espero que en diez o quince años el tratamiento del dolor crónico sea completamente diferente al modelo tradicional que conocemos en la práctica clínica habitual. Será mucho más multidisciplinar, integrará distintas áreas de la salud para ofrecer un abordaje más completo y eficaz y, dentro de esta multidisciplinariedad, el fisioterapeuta tendrá un papel mucho más protagonista del que hemos tenido hasta ahora en sanidad. Es una forma de avisar de que en el abordaje del dolor crónico lo mejor está por venir y los fisioterapeutas todavía tenemos herramientas que aún pueden desplegarse en toda su amplitud.