Sociedad

Nuestra Señora de las Vacas 'baila' un pasodoble ante la muralla y miles de abulenses

Las iglesias, ermitas y monasterios de Ávila son testigos de la procesión

La venerada imagen de Nuestra Señora de las Vacas ha vuelto a 'bailar' al ritmo del conocido pasodoble "El gato montés", a su paso por el lienzo norte de la muralla de Ávila, entre el fervor de los 'vaqueros' y de las miles de personas que la han acompañado
La venerada imagen de Nuestra Señora de las Vacas ha vuelto a 'bailar' al ritmo del conocido pasodoble "El gato montés", a su paso por el lienzo norte de la muralla de Ávila, entre el fervor de los 'vaqueros' y de las miles de personas que la han acompañadoRAÚL SANCHIDRIÁNAgencia EFE

La imagen de Nuestra Señora de las Vacas ha vuelto a despertar la pasión, el fervor y la emoción de miles de abulenses y visitantes que la han acompañado ante el lienzo norte de la muralla de Ávila, donde cuatro mozos 'vaqueros' la han hecho 'bailar' el pasodoble "El gato montés".

Todo ello después de un recorrido que ha comenzado a primera hora de la mañana de este domingo 12 de mayo, cuando ha arrancado una procesión que ha pasado por las iglesias, ermitas y monasterios de la capital abulense, cuyas campanas han sonado al paso de una numerosa comitiva, en el día grande del populoso barrio de Las Vacas de Ávila.

Así, como cada segundo domingo del mes de mayo, los vecinos y abulenses que, aún residiendo fuera, reservan este fin de semana para no perderse esta fiesta, se han sumado a una celebración que va más allá de lo religioso y entronca con la tradición y los sentimientos de los 'vaqueros', como se llama a quienes viven en la zona.

Como cada año, cientos de personas guardaban su sitio junto al lienzo norte de la muralla, para no perderse el paso de la imagen de Nuestra Señora de las Vacas, portada en un tramo de unos 250 metros por cuatro mozos de este barrio, cumpliendo así con una tradición que se inició hace unos años.

Una tradición que busca ser Fiesta de Interés Turístico Regional

Lo que comenzó como algo casual, se ha consolidado como un atractivo para miles de abulenses y visitantes que se agolpan a ambos lados de la avenida de Madrid, con el objetivo de completar algo que se ha convertido en un llamativo espectáculo.

De hecho, el Ilustre Patronato de la Santísima Trinidad, Santísimo Cristo de la Ilusión y Nuestra Señora de las Vacas presentó hace un mes en el registro del Ayuntamiento de Ávila el expediente con la documentación para solicitar la declaración de esta procesión como Fiesta de Interés Turístico Regional.

Una procesión que transita por una veintena de templos religiosos y que hace notar su paso con el sonido de decenas de cohetes que, desde primera hora de la mañana, han despertado a buena parte de los abulenses de la capital.

Los 250 metros que separan el principio y el final de este pequeño trayecto, dentro de una larga procesión que arranca a primera hora y concluye por la tarde, se han completado en unos 20 minutos, al ritmo del pasodoble "El gato montés", coreado al unísono y con "¡olés!" por el público que rodeaba la imagen y la comitiva.

También se han escuchado constantes "¡vivas!" a la Virgen de las Vacas, que por primera vez en 35 años ha vuelto a coincidir con la imagen de la Virgen de la Misericordia, con la que ha realizado una pequeña parte del recorrido, hasta que se han vuelto a separar para proseguir, cada una por su parte, con el trayecto procesional.

Al incorporarse la procesión a la avenida de Madrid se ha producido el momento culminante, cuando los anderos que portaban la imagen se la han pasado a los cuatro mozos que la han llevado en andas y al ritmo de "El gato montés" hasta el puente Adaja, donde se encuentra la glorieta que lleva el nombre de la virgen.

Emoción y lágrimas

Héctor Mangas y Ángel Martín, que se casan este año y ya han portado a Nuestra Señora de las Vacas con anterioridad, han portado nuevamente esta imagen, junto a los hermanos Francisco y Sergio Serrano.

Con la emoción del momento, los cuatro mozos de Las Vacas, acompañados por familiares y amigos, han completado el recorrido entre la locura colectiva que se ha producido en su entorno, y que ha culminado entre abrazos y llantos, derivados de la emoción del momento.

Así lo ha acreditado Ángel Martín, que se casa con su novia 'vaquera' Marta el próximo 31 de agosto, lo que ha sumado un grado de emoción más a esta celebración que deja en los vecinos de este populoso barrio de la capital abulense una "sensación muy bonita" y "emocionante".

La llegada al puente Adaja ha tenido lugar en torno a las 13.00 horas, después de que la comitiva se haya detenido a las puertas del convento de La Encarnación, donde Santa Teresa pasó muchos años, llegando a ser priora del mismo.

Posteriormente, la imagen ha accedido a los templos de San Martín y Santa María de la Cabeza, antes de desembocar en la avenida de Madrid, donde se ha iniciado la parte más llamativa de un recorrido en el que ha participado, entre otros, el alcalde de la ciudad, Jesús Manuel Sánchez Cabrera.

Un 'baile' moderno indisoluble a la fiesta

Esa parte del largo recorrido reúne la mayor cantidad de público, debido a una tradición que lleva cumpliéndose desde hace ya décadas y que solo ha dejado de celebrarse durante los dos últimos años como consecuencia de la pandemia.

Esta llamativa costumbre de 'bailar' a Nuestra Señora de las Vacas aparece vinculada a la falta de público que hace años se producía en ese punto del trayecto por toda la ciudad, al tratarse de una zona con pocos vecinos, ya que discurre por una amplia avenida.

Otros apuntan a que los cofrades tenían que acelerar el ritmo en esa zona, para que la procesión llegara a tiempo a la misa que se celebraba en la cercana iglesia de San Juan.

Uno de esos años se dio la casualidad de que la banda de música que acompañaba la imagen interpretó el pasodoble de "El gato montés" y, desde entonces, este tema no ha dejado de sonar en este punto de la procesión, con motivo de la fiesta grande del barrio de Las Vacas.

Una vez finalizado el trayecto de 250 metros, la procesión ha continuado su recorrido habitual hacia el sur de la ciudad, entre el repique de campanas que ha saludado el paso de Nuestra Señora de las Vacas.