Escapadas en familia
Otoño en el Valle de Iruelas: naturaleza en su esplendor, setas y aves rapaces
Esta Reserva Natural situada en la zona oriental de Gredos ofrece al turista una visita repleta de sensaciones
En el límite más oriental de la abulense Sierra de Gredos, regado varios arroyos de montaña, se abre y se descubre al mundo un enclave natural espectacular, repleto de laderas cubiertas de un frondoso bosque compuesta por una amplia variedad de especies, con el pino negral, resinero o laricio, además del pino albar y el silvestre además del castaño como protagonistas, sin olvidar el endémico cambrión (Echinospartum barnadessi) que se entremezcla con piornos (Cytisus oromediterraneus) y alguna que otra manzanilla de Gredos (Santolina oblongifolia).
Un hermoso paisaje donde se observan también variedades geomorfológicas como torrentes, gargantas, valles. Hablamos del Valle de Iruelas. Un lugar que se caracteriza por lo intrincado de su orografía, que está también declarado como Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) y Zona de Especial Conservación (ZEC), que cuenta con una variada y singular fauna también en la que sobrevuela, y nunca mejor dicho, el buitre negro, con más de 120 parejas censadas. El otro protagonista destacado es el Águila imperial, especie en peligro de extinción, que suele nidificar todos los años en el Valle, aunque en ambientes forestales encontramos especies de aves como el picogordo, piquituerto, el águila real, azor, reyezuelo listado, arrendajo, trepador azul, pico picapinos o la oropéndola, y en zonas arbustivas de menor altitud es fácil de ver el carbonero común, el herrerillo, el verdecillo, la curruca capirotada, el mito, el rabilargo e incluso la tarabilla común.
Por la tierra camina el lagarto verdinegro, la rana patilarga o el tritón ibérico, y reptan otros reptiles como la culebra bastarda, la culebra de herradura, la culebra viperina y la culebra de escalera y reptiles como el lagarto ocelado y la lagartija colilarga.
Un espacio mágico, también Reserva Natural que se extiende desde los 1.959 metros de la cumbre del Cerro de la Escusa hasta los 730 metros de altitud en las orillas del embalse de El Burguillo, ideal para desconectar unos días del mundanal ruido, y especialmente en este otoño casi veraniego que invita a disfrutarse al máximo.
El Valle de Iruelas cuenta con algunos puntos que el turista debe visitar para disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión, como es el caso del mirador natural del Puerto de Casillas.
El otoño es un buen momento para visitar esta zona, y especialmente para familias con niños. La caída de la hoja de castaños, robles, nogales, chopos y demás árboles caducos es todo un espectáculo en esta época. Y la luz del atardecer en los primeros días cortos de la temporada, inigualable.
Y un buen momento también para recoger uno de los productos estrella de esta estación: las setas, que en esta zona de Gredos abundan. Una época que tiñe de rojo y caoba las hojas de sus robledales, son también los encargados de hacer brotar con fuerza todo tipo de hongos y setas, convirtiendo el paraje en un auténtico vergel micológico.
El Pozo de la Nieve del Valle de Iruelas, en el término municipal de El Tiemblo, es uno de los reclamos más interesantes para hacer una excursión en familia, y además cuenta con un excelente refugio donde se puede pasar la noche con la compañía de una buena lumbre. Combina una ruta sencilla y accesible para hacer con los niños, vistas geniales y un gran ‘premio final’, que en este caso consiste en llegar a una construcción popular que nos permitirá conocer un poco más de la historia de esta zona. Por ejemplo, de cómo nuestros antepasados fabricaban "neveras" para proteger la comida y disponer de hielo cuando la electricidad ni siquiera podía soñarse.
También en este municipio se encuentra el popular Castañar del Tiemblo, en el qu euno al visitarlo y pasear por él se imagina duendes y hadas paseando por sus senderos y escondiéndose entre sus centenarios y enormes castaños. Entre ellos, el conocido como "El Abuelo", al que le calculan más de 500 años de vida. La Senda del Castañar de el Tiemblo comienza y termina en el área recreativa de ‘El Regajo’ y es una muy buena opción para hacer turismo de naturaleza en familia.
Otro recorrido estupendo para hacer con niños es la Senda de la Lancha de las Víboras, un recorrido circular de algo menos de cuatro kilómetros que comienza y acaba junto al camping del valle de Iruelas. Una ruta sin igual en el que se puede disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor y contemplar el colorido de los helechos, las jaras o las peonías que llena la senda y en la que se encuentra un observatorio de aves, desde donde es fácil contemplar el vuelo del buitre negro y de los águilas imperiales.
El Valle de Iruelas, además, es también un enclave natural referente dentro del mundo del astroturismo y la astrofotografía, con proyectos como ‘Cielos Oscuros’ del que forman partes hasta 19 miradores estelares en diferentes municipios. Lugares desde donde se puede observar el cielo de una manera privilegiada y disfrutar al mismo tiempo de la naturaleza del entorno.
Otro lugar de obligada visita, cerca del embalse del Burguillo, es el antiguo poblado llamado Las Cruceras. Allí está la Casa del Parque del valle de Iruelas donde se pueden conocer todos los datos importantes del valle y donde ayudan a organizar la visita por sus parajes. También es digno de ver la Garganta de Iruelas, los arroyos Castañarejo, Helechadores y Candeleda que forman el río Iruelas que desemboca en el embalse del Burguillo; y los hornos de pez, un horno tradicional en el que se introducían unos tarros resinosos para obtener la pez, un tipo de brea o resina que procede de los pinos.
También se encuentran en el Valle de Iruelas, los archiconocidos "Toros de Guisando", uno de los mayores atractivos de la provincia de Ávila dentro del término municipal de El Tiemblo. De origen vetón, se encuentran en el cerro de Guisando que le da nombre, junto a la Cañada Real Leonesa Oriental. Un conjunto escultórico que ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos tales como el Tratado de los Toros de Guisando firmado por Enrique IV de Castilla y su hermana, la que después sería Isabel la Católica, y que la nombraba heredera al trono de Castilla.
Además, de El Tiemblo, otro pintoresco pueblo que ver en el valle de Iruelas es San Juan de la Nava, que destaca por su entorno natural y por la tranquilidad que se respira en sus austeras calles.
Muy cerca está Navaluenga, con sus famosas piscinas naturales en la vega del Alberche, y El Barraco, con un espectacular casco histórico con interesantes monumentos como la ermita de la Piedad y diferentes muestras de arte rupestre como El Piedro Co’Gordo.
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