Palencia da el último adiós a su obispo emérito

La Catedral de Palencia se ha quedado pequeña esta tarde para acoger el funeral de despedida del obispo emérito de la ciudad, Nicolás Castellanos. El obispo Mikel Garciandía presidía los actos en los que se ha despedido a un hombre clave en la historia de la Diócesis palentina, en la que estuvo en ejercicio entre el 27 de julio de 1978 y el 4 de septiembre de 1991, cuando lo dejó todo para dedicarse a las misiones en Bolivia.

Al acto acudió una nutrida representación de la Iglesia, entre los que destacan el cardenal arzobispo emérito de Valladolid y sucesor de Castellanos como obispo de Palencia, Ricardo Blázquez, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar o el obispo emérito de Tarija (Bolivia), Javier del Río Sendino, además de la alcaldesa, Miriam Andrés y la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén.

Garciandía destacaba en su homilía la importancia de la figura de Castellanos para los palentinos y en honrar su legado. “Nos toca escuchar a Jesús, sentados en torno a Él, y pedir al Espíritu Santo que nos haga desear ser los últimos. Eso no quiere decir encogernos, o apartarnos de donde está el frente de lucha. Significa simplemente acercarnos al Señor, a quien nadie arrebatará el último sitio en la Iglesia”, señalaba durante su discurso, informa Ical.

De esta manera, el actual obispo de Palencia hacía alusión a que la sociedad ha de estar unida y no desmembrada. “Tenemos que luchar contra las situaciones que humillan la dignidad de las hijas y los hijos de Dios, en Bolivia, Perú o España. Cada uno hoy, hemos de pensar a qué nos urge Dios en lo más concreto, explicaba.

”Descansa en paz, querido Nicolás. Que la Virgen de la Calle y San Agustín te conduzcan hacia la casa del Buen Padre Dios", concluyó el obispo.

Durante la celebración estuvo colocado a los pies del presbiterio un retrato de Nicolás Castellanos, que habitualmente está en una de las galerías del Obispado, obra del pintor palentino Antonio Guzmán ‘Capel’.

Finalmente, durante la ceremonia de despedida, se realizaba una doble semblanza del obispo emérito a cargo de Donaciano Martínez, sacerdote diocesano y de Arancha Delgado, vicepresidenta de la Fundación ‘Hombres Nuevos’, que Nicolás Castellanos creó en 1992 para combatir la pobreza en Bolivia. En el tramo final de la homilía, el hermano del obispo emérito, Demetrio Castellanos, tomó la palabra durante el acto de Acción de Gracias.