
Servicios sociales
Pemcyl: Diez años de apoyo y esperanza para lasa mujeres vulnerables
El Programa de Empleo y Mujer llega a 2.442 beneficiarias, de las que casi un millar son víctimas de violencia machista

El Programa Empleo y Mujer Castilla y León, más conocido como Pemcyl, ha cumplido diez años de vida. Una iniciativa que tiene como objetivo lograr que las mujeres más vulnerables de la comunidad, ya sean paradas de larga duración, víctimas de violencia machista, inmigrantes, mujeres rurales o que trabajan en precario e incluso aquellas que dejaron su empleo para cuidar de sus familiares, vuelvan a integrarse en e mercado laboral.
En esta década el programa ha llegado a 2.442 beneficiarias, de las cuales un 57 por ciento han mejorado su situación laboral, según desvelaba ayer la vicepresidenta de la Junta, Isabel Blanco, tras hacer un balance satisfactorio de esta iniciativa desarrollada en colaboración con la Fundación Santa María la Real.
Blanco destacaba que 1.108 de estas mujeres lograron un empleo por cuenta ajena; otras 16 emprendieron su propio negocio y 266 obtuvieron certificados de profesionalidad. Además, casi un millar del total de beneficiarias son víctimas de violencia de género, de las que 425 se integraron en el mercado de trabajo, cinco montaron su propio negocio y 87 consiguieron ampliar su formación de manera oficial, según desvelaba ayer en Ávila la vicepresidenta de la Junta, Isabel Blanco, quien hacía un balance satisfactorio del funcionamiento de esta iniciativa que la Consejería de Familia e Igualdad desarrolla junto a la Fundación Santa María la Real.
«Apuesta por las mujeres vulnerables y por ayudarlas a conseguir un empleo con el que recuperar su vida», destacaba Blanco, acompañada por el presidente de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, Ignacio Fernández. Asimismo, ponía en valor que esta iniciativa no solo ayuda a las mujeres de las ciudades sino también y sobre todo a quienes viven en el medio rural. En este sentido, apuntaba que el 48 por ciento de las beneficiarias del programa vive en un pueblo.
Implicación empresarial
La también consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades destacaba también la implicación de 194 empresas. «No sólo es importante la participación de las mujeres, sino que en estos programas se hace un seguimiento personalizado de cada una de ellas, vinculándolas al mercado laboral, precisamente en el territorio a través de las distintas empresas», decía Blanco, mientras avanzaba que lo último en lo que se está trabajando, son unos itinerarios de una duración aproximada de 50 horas, es en las nuevas tecnologías, en Inteligencia Artificial.
El Pemcyl se estructura en tres pilares:
- Atención y el seguimiento personalizado, de los que hablaba la vicepresidenta, con el fin de facilitar la formación y realizar un acompañamiento para la búsqueda de un trabajo. En este punto, son los profesionales de la Fundación Santa María la Real los que analizan de manera individual a las participantes en sesiones personales y grupales de capacitación y orientación laboral.
- Apoyo en las 194 empresas sumadas a la iniciativa, entre ellas, las pertenecientes a la ‘Red de empresas comprometidas con la igualdad’ de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades. En función de las necesidades profesionales de estas compañías, las mujeres participantes tienen la posibilidad de integrarse en sus plantillas.
- Intermediación laboral con las empresas colaboradoras para lograr la contratación final.
Durante todo este proceso, además de sesiones formativas tanto presenciales como online, pensadas sobre todo para las mujeres del mundo rural, se asignan mentoras para acompañar a las participantes durante las primeras fases de su inserción laboral.
Por otra parte, el Pemcyl se lleva a cabo en dos fases de intervención geográfica para trabajar con mayor profundidad en las zonas rurales de cada provincia.
De esta manera, entre mayo y agosto de este año se trabajó en León, Palencia, Burgos, Valladolid,Segovia y Ávila. Y de septiembre a fin de año se está haciendo lo propio en Salamanca, Soria y Zamora.
En la primera fase tomaron parte 86 mujeres (once de ellas, víctimas de violencia machista) y se suscribieron 58 contratos laborales, de los cuales, seis, fueron para víctimas de esa violencia. Cada mujer recibe al terminar el curso una acreditación de las competencias adquiridas.
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