Curiosidades

El pequeño pueblo segoviano que se reivindica como la cuna del emperador Trajano

Un lugar mágico repleto de leyendas y joyas patromoniales que se ubica en un valle a 1.100 metros de altitud ideal para desconectar del mundanal ruido

Imagen del municipio de Orejana, en Segovia
Imagen del municipio de Orejana, en SegoviaSegovia un buen planLa Razón

Castilla y León es una comunidad milenaria y con mucha historia a sus espaldas. Un territorio que puede presumir de contar con un patrimonio cultural, monumental y medioambiental incomparable, al que se suma un legado antropológico sin igual, además de un mundo mágico repleto de pueblos abandonados, también de brujas, pasadizos secretos, castillos encantados y leyendas y mitos que han pasado de padres a hijos a lo largo de los siglos, y que aún hoy sobreviven y se han convertido, además, en foco de atracción turística.

Historias la mayoría sorprendentes e incluso espeluznantes que están bajo nuestros tejados o en cualquier rincón de este extensa región formada por 2.248 municipios, que casi siempre surgieron a partir de un hecho real, pero que a lo largo del tiempo han ido adaptándose a otras situaciones para dar respuesta a las necesidades de quienes las transmitían, bien para obtener una moraleja, bien para explicar algún hecho curioso.

En la provincia de Soria, por ejemplo, hay varias leyendas como la que afecta a la iglesia de San Bartolomé, una bella iglesia románica, fechada en el siglo XIII, que es testimonio de la presencia de los caballeros templarios en el Cañón del Río Lobos. La simbología de esta pequeña iglesia, la vincula a la mítica Orden del Temple, creada en 1118 con el objetivo de defender los lugares santos y a los peregrinos y que se extendió por toda la cristiandad, llegando a contar con más de 30.000 caballeros.

Pues según cuenta la leyenda, el Apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde el alto de uno de los farallones del cañón. Los cascos dejaron sus huellas sobre la piedra, en las proximidades del camino hoy utilizado mientras que su espada se cayó al suelo y donde se clavó quedó revelado que ese sería el lugar donde se edificaría la actual Ermita de San Bartolomé. Otras teorías cuentan que esta iglesia fue además sede templaria de San Juan de Otero, dentro del obispado de Osma.

Y en Segovia son conocidas popularmente las leyendas de la mujer muerta. De hecho, visto desde la llanura segoviana esta cadena montañosa toma la aparente forma de una mujer tumbada, dormida o muerta, cubierta por un velo y con los brazos entrecruzados. Una cadena formada por varios picos que dan forma a la mujer y a cuya formación atribuyen varias leyendas. Una de ellas habla de cómo se esculpió sobre las montañas la figura femenina y tiene entre sus protagonistas a Hércules, nombre romano del héroe griego Heracles, que en uno de sus viajes por Iberia con el objetivo de fundar la ciudad de Segovia en compañía de un apuesto caballero, este último, en un descanso del viaje cerca de Navas de Riofrío, se enamoró de una mujer que estaba bañándose en el río Peces, con otras amigas, y que casualmente era una bella princesa.

El caballero pidió a su padre la mano de su hija, pero el monarca no podía hacerse a la idea de perder a la hija que tanto amaba y prefirió matarla que verla con ese hombre. Después, arrepentido, el rey se encerró en sus aposentos y a los tres días murió de pena. El enamorado pidió a Hércules que esculpiese sobre la sierra de Guadarrama la figura de la princesa fallecida para que nadie pudiera olvidarla.

Pero en estas líneas de hoy en LA RAZÓN queremos destacar otra leyenda que tiene que ver con un pequeño pueblo de la provincia de Segovia de apenas 60 habitantes situado en la vertiente oriental de la provincia, cerca de la preciosa villa medieval de Pedraza y que forma parte del partido judicial de Sepúlveda, la villa de las siete puertas y los mil miradores. Nos estamos refiriendo a Orejana, un municipio situado a una altitud de 1.100 metros sobre el nivel del mar que originariamnete fue un concejo medieval llamado Oreiana -así se menciona en algunos documentos de 1247-, y que consta de cinco núcleos urbanos: Sanchopedro, Revilla, El Arenal, Orejanilla y La Alameda. Poblacions que, como curiosidad, mantienen una unidad jurídica y territorial que se constata al menos desde el siglo XIV en los textos conservados en el archivo de Pedraza.

Orejana fue reivindicada como tierra de emperadores e incluso atribuyeron a esta fecunda relación su propio topónimo.

El nombre de Orejana proviene de “Aureliana”, nombre derivado de Aurelia, madre de Trajano. La zona se llamó Aureliana, luego pasó a Oreliana, Orellana y, terminó siendo Orejana. Además, en Orejanilla, se encontraron diversos restos romanos que se atribuyeron a la casa en la que Aurelia, dio a luz a su hijo Trajano, aunque no está del todo claro que así fuera, aunque el municipio así lo reivindica.

De hecho, el origen romano de la localidad se ha confirmado por el hallazgo de una "domus" o casa romana, entre las ruinas de la iglesia del Santo Espíritu y las de la ermita de San Nicolás, que tradicionalmente se ha atribuído a la madre del emperador Trajano, Aureliana, y a su topónimo, que según Luis Mínguez en "Orejana. Historia de un pueblo" (1992), deriva de su nombre: Aureliana – Orellana – Orexana – Orejana.

Aunque otros historiadores como José María Martín Mesa, en su publicación "Segovia y sus mil pueblos. Toponimia mayor de la provincia de Segovia", señala que Orejana sería una heredad fundada por una mujer llamada Aureliana, pero que esta fuera la madre de Trajano, lo considera "dentro del mundo de la fantasía".

Orejana, que está enclavada en el denominado Valle de las Virtudes, escondida entre tesos y sabinas, donde el piedemonte del Guadarrama va dando paso a la planicie, es también tierra de lobos, de ovejas y de otras leyendas, como la que se cuenta de la muerte de Poncio Pilatos, el que se lavó las manos con la muerte de Jesucritso, en estas tierras a las que llegó arrepentido por su histórico error.

Y una leyenda más de este pueblo es la de "La Muñeca": una estela funeraria discoidal con cruces en ambas caras que se encuentra enclavada en el suelo, en el cruce de caminos entre Revilla, La Matilla y Sanchopedro, que nos recuerda los peligros que acechaban a los pueblos ganaderos en el pasado.

Cuenta la leyenda que una niña, tras perder su muñeca de camino a casa, decidió ir sola a buscarla. Como no regresaba, sus padres alarmados salieron en su búsqueda. Cuando la encontraron, ya era tarde, pues había sido atacada por los lobos, y junto a su cuerpo sin vida, estaba la muñeca.

Iglesia de San Juan Bautista de Orejana
Iglesia de San Juan Bautista de OrejanaComunidad y Villa de PedrazaLa razón

Joya románica

Orejana puede presumir de contar con alguna joya patrimonial, como es el caso de la iglesia de San Juan Bautista de Revilla de esta localidad. Construida entre los siglos XII y XIII es un edificio de estilo románico cuya planta se distribuye en dos naves con sus correspondientes capillas absidales.

Lo más característico de este templo y que lo convierte en un tesoro patrimonial que asombra al mundo entero es su preciosa galería porticada realizada en piedra caliza labrada, que forma uno de los conjuntos escultóricos del románico más rico de España. En su lado sur, tiene una serie de ocho arcos de medio punto y los capiteles son una serie iconográfica muy interesante en la provincia, mientras que en su tramo occidental, el pórtico presenta una sucesión de cuatro grandes arcos formados por arquivoltas de medio punto.

La galería se completa con capiteles que representan motivos vegetales, zoomorfos e incluso escenas del nuevo testamento y del apocalipsis.

También sobresale el exterior y más en concreto su fachada de poniente, con tres ventanales y una puerta que en su arquivolta central muestra once enigmáticas cabezas que algunos interpretan como representación del “Apostolado Manco”, es decir, los apóstoles sin Judas.

Finalmente, quien se acerque hasta encantador rincón de la provincia de Segovia, ha de conocer también las ruinas de la antigua iglesia románica del despoblado Espíritu Santo y las ermitas de San Ramón Nonato, que hace las veces de iglesia de El Arenal, así como la iglesia de San Gregorio, que conserva algunos restos románicos de la iglesia de San Nicolás (la Iglesia de Orejanilla) y, para finalizar, las ermitas de María Magdalena, en Revilla y la de La Concepción, en Sanchopedro.