Sanidad
Los problemas oculares crecen un 25% en verano: Consejos para evitarlos
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León ofrece medidas idóneas para la protección más adecuada
Los problemas oculares pueden aumentar hasta un 25 por ciento debido, principalmente, a la mayor exposición a las radiaciones solares y a la realización de actividades en mayor contacto con la naturaleza. Así lo alerta el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (Coocyl), que muestra una serie de recomendaciones para contar con la protección más adecuada
Radiación ultravioleta del sol; el agua de las piscinas, el mar o los ríos, que puede producir irritaciones o infecciones oculares; y el calor, ya que las altas temperaturas hacen que aumente el uso de aires acondicionados, climatizadores y ventiladores, que incrementan el riesgo de padecer el síndrome de ojo seco, son algunos de estos problemas como destaca la vicedecana del Colegio, Ana Belén Cisnero.
Pero antes de hacer frente a estas potenciales amenazas una vez instalados en nuestro lugar de veraneo, es muy importante ponerse al volante en condiciones visuales óptimas, porque la realidad indica que todavía estamos lejos de conseguirlo. De hecho, uno de cada cuatro conductores presenta una deficiencia visual, pero casi la mitad no se revisa la visión al menos una vez al año y un 45 por ciento no utiliza gafas de protección solar homologadas. Por este motivo, desde COOCYL se recomienda acudir a un establecimiento sanitario de óptica para evaluar y controlar la visión antes de iniciar un viaje en vehículo propio por carretera durante las vacaciones de verano.
Además, a principios de este año entró en vigor una nueva normativa para todos los conductores que usan gafas o lentes de contacto, quienes están obligados a contar con la corrección óptica correspondiente para compensar su defecto refractivo. No hay que olvidar que, según datos de la Dirección General de Tráfico, entre el 1 y el 5% de los accidentes en la carretera cuyas causas son médicas podrían tener su origen en trastornos de la visión. “Una buena visión es esencial para la conducción, al igual que una adecuada protección para evitar el deslumbramiento y los molestos reflejos producidos por la radiación solar en la carretera”, añade Ana Belén Cisneros.
Radiación solar
La radiación solar tiene una relación directa con distintos problemas oculares, como cataratas, queratitis o conjuntivitis, por lo que el uso de gafas de sol es indispensable. Tienen que estar convenientemente homologadas y con cristales y filtros de calidad, y deben ser adquiridas en establecimientos sanitarios de óptica, donde el profesional óptico-optometrista elegirá el modelo que más se ajuste a nuestras necesidades y garantizará que las lentes elegidas proporcionan una adecuada protección.
Deben disponer de un filtro tipo 3, o incluso tipo 4 en zonas de alta montaña o para la práctica de deportes acuáticos, las monturas tienen que cubrir los laterales del ojo y han de estar adaptadas a las características de cada usuario, prestando especial atención a grupos vulnerables como bebés, niños y adolescentes, personas mayores, mujeres embarazadas y personas que recientemente se hayan sometido a operaciones de cataratas o cirugía refractiva, que pueden ser más sensibles a la luz ultravioleta. Y, por supuesto, deben ser graduadas para las personas que tengan problemas refractivos.
Respecto a los apetecibles baños en el mar o en las piscinas, hay que tener en cuenta que tanto la sal como el cloro pueden irritar nuestros ojos, por lo que lo más conveniente es evitar, en la medida de lo posible, el contacto directo con el agua utilizando gafas de natación.
Para hacer frente a la sensación de ojo seco, que se produce tanto por los cambios bruscos de temperatura entre la calle y los espacios interiores acondicionados como por la sequedad propia del verano en ambientes alejados del mar, los ópticos-optometristas pueden recomendar el uso de lágrimas artificiales.
Además de la irritación o la sequedad, en casos más graves, tanto el calor —por la proliferación de patógenos— como las sustancias químicas para el tratamiento de agua pueden causar conjuntivitis irritativas, víricas o bacterianas, que provocan síntomas muy molestos, como ojos rojos, escozor, quemazón, hipersensibilidad a la luz, sensación de cuerpo extraño y lagrimeo. Una vez más, el uso correcto de las gafas adecuadas, tanto para el agua como para el sol, es el sistema de prevención más recomendable.
Lentes de contacto
Los usuarios de lentes de contacto —más de 2,5 millones de personas en España— deben prestar atención especial a la salud de sus ojos. Aunque este sistema de corrección visual es muy oportuno para esta época del año por su comodidad y su seguridad, es fundamental extremar la higiene para evitar infecciones oculares.
Lo más conveniente es no bañarse con las lentillas puestas, pero, en caso de hacerlo, se deben utilizar gafas acuáticas y, posteriormente, enjuagar las lentes con la solución para asegurarse de eliminar posibles gérmenes.
En este tema, los profesionales de COOCYL recuerdan que las lentes de contacto son un producto sanitario que debe ser adaptado y controlado por un óptico-optometrista, ya que un uso incorrecto de las mismas puede causar numerosas alteraciones visuales.
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