Turismo

El impresionante pueblo medieval que seduce a National Geographic en el mes de abril

Destaca por su arquitectura popular y la singularidad de sus calles empedradas

La localidad salmantina de Candelario
La localidad salmantina de CandelarioDavid ArranzIcal

Llega el mes de abril, y con él, uno de los momentos perfectos para disfrutar de escapadas en familia. Son muchos los pueblos que cuentan con una belleza singular repleta de joyas patrimoniales y atractivos medioambientales. Muchas son las propuestas, pero una de ellas ha seducido a la publicación National Geographic.

La revista especializada en viajes recomienda este espectacular pueblo que destaca por su arquitectura popular y la singularidad de sus calles empedradas. Se trata de Candelario, una impresionante localidad que forma parte de la Sierra de Béjar, y que está declarado como bien de interés cultural, en la categoría de conjunto histórico, (anteriormente Conjunto Histórico-Artístico), desde 1975. Está catalogado como Uno de Los Pueblos Más Bonitos de España desde el año 2015.

La publicación destaca que "este municipio de la Sierra de Candelario, o de Béjar, cada cual con su idea, que todas valen, es un encanto con sus calles empedradas y en pendiente, por donde discurre el agua. Son cabañales o regateras -para los nombres también hay gustos-, que lamen las puertas de sus tradicionales viviendas, donde destacan las originales batipuertas, o media puerta que antecede y protege a la propia de la vivienda. Por eso y otras cosas es uno de los pueblos más bonitos de España".

El origen de Candelario se atribuye a una colonia de pastores asturianos y es muy remoto, teniendo ya importancia en tiempo de los romanos. El descubrimiento, en un muro, de una piedra tallada con la cabeza del Dios Jano, es algo que hace más fiable ese posible pasado romano.

A partir de la Reconquista cristiana pasó a formar parte del Concejo de Ávila, siendo repoblado por gentes procedentes del alfoz abulense y del resto de Castilla. En el año 1209, Alfonso VIII de Castilla crea la Comunidad de Villa y Tierra de Béjar en la que entra a formar parte Candelario junto con territorios segregados de Ávila.

Como parte de la comunidad bejarana, tras la pérdida del voto en Cortes de Béjar y su paso a depender de Salamanca en ese aspecto a partir de 1425. Candelario pasó a formar parte del Reino de León, en el que se mantendrá en las divisiones territoriales de Floridablanca en 1785 y finalmente en la de 1833 en que se crean las actuales provincias, quedando integrado Candelario en la misma en la provincia de Salamanca -Wikipedia-.

 

En la actualidad su principal forma de vida es el sector turístico y el gastronómico. La villa de Candelario se escalona en la ladera de la sierra de su mismo nombre, lo que hace inevitable que su entramado callejero sea complicado, con las calles principales en el sentido de la pendiente y las calles y callejas secundarias transversales a las anteriores.

Esta falta de horizontalidad confiere a sus rincones un sabor y una estética especial y, en consecuencia, el paseo por el interior de su casco urbano es cansado, pero siempre relajante y placentero. Sus callejas estrechas y empedradas son recorridas por sus conocidas regaderas (canalillos de agua cristalina recogida de las nieves de su sierra ) con curvas y recovecos que sorprenden al visitante que se adentra en ellas.

Atractivos turísticos

- Ayuntamiento: Entre los espacios públicos de la villa cabe destacar el edificio del Ayuntamiento por su esbeltez y generosidad. Es éste de tres plantas y buena presencia con un jardín cerrado por una verja. La Casa Consistorial es una bella muestra de la arquitectura civil del siglo XIX. En su interior conserva una hermosa escalinata, con muros y sillería labrada, así como un amplio salón de reuniones.

- Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: Es el edificio más sobresaliente de la villa de Candelario. De grandes proporciones, en él se mezclan diferentes estilos arquitectónicos ( mudéjar, barroco, románico y gótico). Su interior lo componen tres naves, separadas por grandes arcos semicirculares.

En la nave central se encuentran el altar mayor, cubierto por un artesonado mudéjar en cuyo retablo hay una alegoría de la Asunción de la Virgen María. En las naves laterales encontramos ricos altares el de los Sagrados Corazones; Santa Ana, patrona del pueblo, o el del Cristo de la Misericordia. Entre los retablos sobresale el dedicado a los Mártires, obra de talla y pincel sobre tabla del siglo XVI

La fachada está decorada con un rosetón de complicada tracería gótica y en lado norte destaca una sencilla portada con arquivoltas y las armas de los Zúñiga, duques de Béjar y señores de la villa de Candelario.

La primera piedra se colocó en 1329 aunque su construcción debió ser deficiente, ya que en el siglo XVII se hundió parte de su fábrica, procediéndose a la edificación de otra por iniciativa del duque de Béjar, que contribuyó con fondos propios a la reconstrucción de la misma, de ahí que en la portada del lado norte figure el escudo de la casa ducal.

En la torre del templo, de 28 metros y entrada exterior, se instaló el reloj que marcaba el tiempo de la villa. Al igual que la iglesia, la torre primitiva era mucho más esbelta, pero en 1929, durante una tormenta, parte de ella se hundió y al reconstruirse ya no se remato.

- Ermita del Humilladero: Está situada en la entrada del pueblo, es una recoleta obra del siglo XVIII y estilo similar a la parroquia, dotada de un porche en la entrada sostenido por cuatro columnas. Lo más destacable es un retablo de madera (acomodación de restos de una iglesia desaparecida en Béjar) con la imagen del Cristo, por el que sienten una gran devoción los candelarienses, así como el artesonado de su interior. Entre el legado artístico que encierran sus muros se encuentran obras como la imagen del flagelado, del escultor bejarano González Macías, así como una extraordinaria talla de San Vicente.

 

- Fuentes: Además de las casas, las plazas y las calles que constituyen la fisonomía de la arquitectura popular, no faltan en los más diversos rincones las numerosas fuentes que otorgan personalidad a esta villa. En Candelario, los ríos Cuerpo de Hombre, Chico y Barquillo hacen que el agua sea un elemento de vida y fertilidad. El visitante se irá encontrando con numerosas fuentes manando sus caños de continuo y en las que sus aguas fluyen limpias y transparentes desde el corazón de las montañas, confiriendo un rumor y un sonido característico a la villa.

Candelario tenía tres entradas (por el Camino Viejo, por los Puentes y por Navacarros) y en cada una de ellas se construyó una fuente romana (de pilón pequeño). Estas tres fuentes todavía existen y son la de las Ánimas, la de los Puentes y la de Lapachares. Dentro del propio pueblo son numerosas las fuentes que salpican cada rincón; así tenemos, la de La Hormiga, la de la Carretera, la del Parque, la del Arrabal, la del Barranco, la de la Ánimas, la de la Corredera, y un largo etcétera hasta llegar a contabilizar once.

Pero el atractivo de Candelario no está solo en el interior de su casco urbano, sino también en esos alrededores rebosantes de naturaleza. La localidad, es ya de por sí un agraciado balcón natural, se mire por donde se mire, encontramos terreno agreste y accidentado, verdes pinares y apretados bosques de castaños entre los que sobresale algún risco de granito.

Y entre todo esto : manantiales, regatos y arroyos que unas veces se ven y otras solo se oyen. Agua, mucha agua que baja del deshielo y que con prisa busca el cauce no más tranquilo de su río por excelencia, el Cuerpo de Hombre. Río que nace aquí, en Hoya Moros, y tras recorrer su primer tramo en dirección norte, al llegar a Béjar, gira al oeste y sus aguas que parecían destinadas a la cuenca del Duero, acaban en las del Tajo tras pasar por el Alagón.

- Las Batipuertas: Uno de los elementos más curiosos y fácilmente reconocibles de la casa, que llega a singularizarla, es la batipuerta que protege su acceso desde el exterior. Se trata de la media puerta que antecede y protege a la propia de la vivienda. De madera y con un remate superior variable en su diseño parece reunir diferentes funciones, referidas a este interesado, por los más mayores del lugar, en el trabajo de campo llevado a cabo a lo largo de los años.

Para unos defendía la casa de los rigores climáticos fundamentados en forma de las frecuentes nevadas que se acumulaban en calles y accesos. Para otros permitían el airear la vivienda sin temor a que entraran algunas ganaderías de las que merodeaban frecuentemente por las calles de la localidad.

Por último, para muchos, formaban parte del quehacer cotidiano de la casa, permitiendo que desde el interior de la misma, desde el portal, el matarife, pudiera asestar a las reses el golpe definitivo que pusiera fin a su vida e iniciara el proceso de la matanza. De hecho, en algunas de ellas podrá ver una curiosa anilla de hierro y algún gancho, del mismo material por el que se hacía pasar la cuerda que sujetaba a la res, para tirar desde su interior y acercarla hasta la batipuerta, facilitando así el trabajo del sacrificio sin temor a golpes, cornadas o dentelladas.

-Las Regaderas: Son un elemento singular de este pueblo. Se trata de una especie de pequeños canales que cruzan toda la localidad desde lo alto de la villa hasta su parte más baja. Estas regaderas que adornan las callejas de la localidad sirven para el riego de las huertas cercanas y tuvieron la utilidad de arrastrar los despojos y la sangre del gorrino en época de matanza.

Las aguas proceden de los manantiales y del deshielo de la sierra próxima. Las regaderas reflejan un estilo de vida de unos habitantes sujetos a las hostilidades del medio y que con imaginación construyeron elementos domésticos y populares que han dado estilo y carácter al pueblo.

Fiestas y tradiciones

Si Candelario fue nombrado en 1975 localidad Conjunto Historico Artistico, fue entre otras cosas por nuestra implicación en el mantenimiento de las tradiciones y constumbres que nuestros antepasados nos dejaron como legado. Somos todos los vecinos de Candelario responsables del mantenimiento de estas costumbres, de pontenciarlas y difundirlas.

- Boda Típica: La Asociación Cultural “Cuesta de la Romana”, de la localidad salmantina de Candelario, organiza cada segundo domingo de agosto la celebración de la Boda Típica, fiesta de carácter tradicional que recrea todo el ritual de la boda a la antigua usanza. Dicha celebración cuenta con el apoyo y el patrocinio del Excelentísimo Ayuntamiento de Candelario, y con la generosa participación de numerosos vecinos de la localidad.

 

- Representación del Viacrucis: La Semana Santa en Candelario se vive con gran deboción y pasión, prueba de ellos es la representación del viacrucis de Candelario que tiene lugar en la Cuesta de la Romana. Esta actividad está promovida por la Asociación de la Cuesta de la Romana y reune a multiples vecinos de Candelario que representan el viacrucis de la Pasión de Cristo.

Además, el paisaje que el entorno de Candelario nos ofrece nos asciende a cotas realmente altas, presididas por el Calvitero, a más de 2.400 metros de altura, con bosques que ascienden por las laderas de la sierra mostrando su más bella diversidad.

Por este motivo cuenta con una serie de rutas senderistas de primer nivel:

- Hoya de Moros: Al este de Candelario y junto a las piscinas municipales encontramos un cruce donde comienza la carretera de La Garganta. Siguiendo esta carretera en unos 4 kilómetros llegaremos al puente de los Avellanes que cruza el río Cuerpo de Hombre. Junto a él parte a la izquierda una pista que en aproximadamente 1 kilómetro nos acercará hasta el área recreativa de La Dehesa de Candelario, donde existe un refugio de piedra y una fuente rodeados de un gran robledal.

Una explanada permitirá dejar el coche para continuar a pie por una buena pista que, atravesando primero el robledal y desechando todas las bifurcaciones que parten a la izquierda, nos llevará en dura ascensión hasta una senda marcada con hitos que conduce al valle glaciar de Hoya Moros , donde una extensa pradera rodeada de altos paredones sirve de nacimiento al río Cuerpo de Hombre.

Es este uno de los parajes más bellos de toda la sierra y de gran valor ambiental, al igual que toda la ruta descrita.

- Las Lagunas del Trampal: Desde Candelario se toma la carretera de la Sierra, enseguida se deja a la derecha el complejo turístico Cinco Castaños y , unos dos kilómetros más adelante, una fábrica de embutidos. A partir de este punto, la carretera, sin dejar su ángulo ascendente, entra en una zona de amplio horizonte, llegando hasta la primera plataforma en unos siete kilometros, donde existe un aparcamiento y un hostal-refugio. Si el tiempo y la nieve lo permiten, podremos subir en coche otros tres kilómetros hasta la segunda plataforma. Antes se ha pasado el Mirador de la Sierra, balcón privilegiado desde el que podremos contemplar una panorámica excepcional.

La segunda plataforma supone irremediablemente el final del viaje en coche, a pertir de este punto es obligado seguir a pie a través de un sendero marcado por hitos de piedra. En algo más de una hora de marcha llegaremos hasta un gran hito que indica el final de la ascensión, cruzando el llano encontramos en la otra vertientes las lagunas de El Trampal, ya en la provincia de Ávila, de origen glaciar se presentan escalonadas y casi siempre cubiertas de nieve. Esta ruta, que solo puede hacerse andando, presenta una dificultad media alta.

- Paseo por la Cruz del Herrerito: Al suroeste y a poca distancia de Candelario, un cerro cubierto de un denso pinar preside y vigila la vida en la Villa. En él se encuentra el área de recreo de la Cruz del Herrerito, donde podremos encontrar mesas, barbacoas de piedra y una fuente.

Desde este lugar las vistas son muy interesantes, al frente se puede ver la presa de Navamuño con la sierra al fondo y si remontamos un poco el cerro, llegaremos en unos minutos a la cima desde la que tendremos una vista del pueblo en primer plano, algo más allá se asoma la ciudad de Béjar y al fondo la sierra de Cabeza Gorda y el puerto de Vallejera.

Para llegar hasta este lugar dos opciones: la más cómoda es subir en coche por la carretera de la sierra, para en unos 2,5 kilómetros, poco antes de llegar a la fábrica de embutidos, tomar un camino de tierra, indicado por un monolito de piedra de la Junta, que acercará en unos 400 metros hasta el área de recreo.

La gastronomía también es muy importante en esta villa, y su relación con la matanza del cerdo hace que cuente con su “Museo Casa Chacinera”, que muestra el modo de vida básico en Candelario a finales del siglo XIX y principios del XX. La ambientación de esta casa chacinera se consigue empleando mobiliario y enseres originales cedidos por los vecinos y que han sido utilizados en la vida cotidiana de esta villa.

 

La musealización contempla además una actuación teatralizada que facilita al visitante dar el salto preciso en el tiempo y sumergirse en el ambiente de la matanza en Candelario en torno a 1920, de modo que comprenda mucho mejor los diferentes objetos que le rodean y, en definitiva, el propio museo.