
Sociedad
Radio Gurugú: La voz que rompe barreras
Eva Varona lidera un proyecto radiofónico inclusivo que da visibilidad a las personas con problemas de salud mental, transformando vidas y desafiando estigmas

En un mundo donde la radio ha demostrado ser más compañera que nunca, especialmente tras sucesos como el apagón que dejó a tantos buscando consuelo en sus ondas, Radio Gurugú emerge como un faro de humanidad y conexión desde Palencia. Esta emisora, nacida en 2012 en el Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias, es mucho más que un taller terapéutico, es un espacio donde las personas con problemas de salud mental alzan sus voces, comparten sus historias y desafían estigmas con valentía y creatividad. Al frente de este proyecto está Eva Varona, una enfermera especialista en salud mental cuya pasión por la radio ha transformado vidas, tejiendo una comunidad que celebra la diversidad y la resiliencia a través de más de 500 programas.
Radio Gurugú nació de una idea sencilla pero poderosa, crear una actividad que motivara a los usuarios del Área de Salud Mental del centro y que perdurara en el tiempo. “Los pacientes con enfermedad mental suelen apuntarse a actividades con mucha ilusión, pero con el tiempo pierden interés”, explica Eva Varona, coordinadora del proyecto. En 2012 con un entusiasmo contagioso, Eva propuso un taller de radio que fue acogido con entusiasmo por el Consejo de Dirección del centro. Sin guías ni manuales, el equipo se lanzó a la aventura con un ordenador, una mesa de mezclas y algunos micrófonos. Así, en un canal interno conectado a las televisiones de las unidades del centro, Radio Gurugú comenzó a emitir sus primeras notas. Eva trasladó sus conocimientos radiofónicos a este proyecto, ya que durante su juventud esta palentina participó del proyecto de la veterana Onda Judía, de Frómista, la localidad donde residía.
En sus inicios, los programas replicaban el formato de las emisoras tradicionales: noticias, deportes, el tiempo, pero pronto, el equipo se dio cuenta de que su verdadera fuerza residía en lo que los hacía únicos. “No somos periodistas, así que decidimos centrarnos en lo nuestro, las historias del centro, las actividades, las entrevistas a trabajadores y usuarios”, cuenta Eva. Este giro marcó el alma de Radio Gurugú, que se convirtió en un altavoz para visibilizar la vida cotidiana de las personas con problemas de salud mental, desafiando los estigmas que aún persisten en la sociedad.
El año 2014 fue un punto de inflexión. Gracias a la colaboración con Radio Palencia de la Cadena SER y el presentador Juan Francisco Rojo, Radio Gurugú dio el salto a las ondas públicas. Cada viernes, de 13.15 a 13.45 horas, el magazine Hoy por Hoy abre un espacio para que los locutores de Gurugú compartan sus entrevistas, reportajes y reflexiones con toda la ciudad. Con más de 400 programas emitidos en la SER, la emisora ha logrado que Palencia escuche, comprenda y celebre la humanidad de quienes viven en el centro.
El equipo actual de Radio Gurugú está compuesto por cinco locutores residentes, quienes, con el apoyo de Eva y su compañera Ana, auxiliar de enfermería, preparan cada programa con dedicación. Desde entrevistas a figuras como la alcaldesa de Palencia o el obispo hasta charlas con trabajadores del centro, los temas abarcan actualidad, ocio, cultura y deporte, siempre con un enfoque inclusivo. “Lo que más les gusta es entrevistar, ya sea a alguien del centro o a personas de fuera. Para ellos, que vengan a nuestra emisora es algo muy importante”, destaca Eva. La espontaneidad de los locutores, su falta de filtros y su capacidad para improvisar preguntas inesperadas hacen que cada programa sea único, fresco y profundamente humano.
Para Eva Varona, Radio Gurugú es mucho más que un proyecto profesional. Es una fuente de aprendizaje y crecimiento personal. “Me encanta trabajar con personas con enfermedad mental. Ellos nos enseñan a diario, tanto a mí como a Ana. Aprendemos de su sinceridad, de su forma de ver el mundo”, confiesa. Su experiencia previa en la radio de Frómista le dio las bases, pero ha sido la conexión con los usuarios y el apoyo de una emisora profesional lo que ha permitido que Gurugú evolucione hasta convertirse en un referente de comunicación inclusiva.
Coordinar Radio Gurugú no está exento de desafíos. Eva y Ana deben equilibrar el protagonismo entre los locutores para evitar tensiones, adaptarse a los cambios en el equipo —algunos usuarios han fallecido, otros se han incorporado— y motivar a nuevas generaciones de pacientes, especialmente a los más jóvenes. A pesar de las dificultades, su compromiso es inquebrantable. “A veces tenemos que dedicar tiempo fuera de nuestro horario laboral, pero lo hacemos con gusto. Nos encanta”, asegura Eva. Este amor por la radio se refleja en cada detalle, desde la preparación meticulosa de las entrevistas hasta los momentos de coloquio que surgen tras las grabaciones, donde las conversaciones fluyen con naturalidad.
Un impacto que trasciende las ondas
El impacto de Radio Gurugú va más allá de los micrófonos. En el centro, los viernes son días especiales: en el comedor, donde se reúnen unas 50 personas, reina un silencio reverente mientras todos escuchan la emisión en la radio. “Es un momento de unión, de orgullo”, describe Eva. El programa ha creado un ambiente de comunidad, no solo entre los locutores, sino también entre los demás residentes y trabajadores, que se sienten parte de esta iniciativa.
Fuera del centro, Radio Gurugú ha abierto una ventana al mundo, cambiando percepciones. “La gente nos reconoce en la calle. Una vez, uno de los locutores fue a una farmacia y le dijeron: ‘¡Tú eres el de Radio Gurugú!’ No cabía por la puerta de la emoción”, relata Eva con una sonrisa. Esta visibilidad ha ayudado a desmontar prejuicios sobre los centros sociosanitarios, mostrando que sus residentes son personas con sueños, talentos y una enorme capacidad para comunicarse. “Queremos que se vea que son iguales que tú y que yo, que hacen las mismas cosas que nosotros, solo que de una manera diferente”, subraya.
Los datos respaldan el impacto terapéutico del proyecto. Estudios internos han demostrado mejoras significativas en las habilidades sociales, la motivación y la expresión de los participantes desde 2012. “Están deseando que llegue el día de la radio. Disfrutan, se sienten valorados”, explica Eva. Además, iniciativas como la sección De tú a tú, donde entrevistan a trabajadores del centro, han fortalecido los lazos entre el personal y los usuarios, creando una red de apoyo más sólida.
Radio Gurugú no se detiene. Entre sus planes está incorporar a pacientes más jóvenes para rejuvenecer el equipo y seguir atrayendo a figuras relevantes que visiten la emisora. La colaboración con otras radios inclusivas, como las de Hermanas Hospitalarias en Santander y Zaragoza, también es una prioridad. “Hemos hecho programas conjuntos, y es una experiencia maravillosa”, cuenta Eva. Además, eventos como el maratón de radio del Día Mundial de la Radio, en colaboración con Fundación Personas y Fundación San Cebrián, refuerzan la red de medios comunitarios que trabajan por la inclusión.
Para Eva, el mayor sueño es que Radio Gurugú siga siendo un faro de visibilidad y esperanza. “Aunque hemos avanzado mucho, el estigma sigue existiendo. Proyectos como este son esenciales para construir una sociedad más inclusiva”, reflexiona. Su mensaje es claro: los medios de comunicación, desde los más pequeños hasta los más grandes, tienen un papel crucial en apoyar estas iniciativas y amplificar sus voces.
Radio Gurugú es mucho más que una emisora; es un testimonio de lo que se puede lograr cuando se combina creatividad, empatía y compromiso. Bajo el liderazgo de Eva Varona, este proyecto ha dado a las personas con problemas de salud mental un espacio para ser escuchadas, para brillar y para enseñar al mundo que las diferencias no dividen, sino que enriquecen. Cada programa, cada entrevista, cada risa compartida en el estudio es un paso hacia una sociedad más justa y cohesionada. En Palencia, las ondas de Radio Gurugú resuenan con un mensaje universal: todos tenemos una voz, y todas merecen ser escuchadas. Como dice Eva, “ellos nos enseñan a diario”. Y nosotros, al escuchar, aprendemos a ser más humanos.
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