Sociedad
Los refugiados llegados a Villaquilambre (León) se integran a la espera de poder trabajar
Ocupan las instalaciones del antiguo hotel Chalé del Pozo y todos comparten habitaciones de tres o cuatro plazas.
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Villaquilambre (León) ha comprobado este martes la buena integración de los 180 refugiados procedentes en su mayoría de Malí y Senegal que viven desde hace casi un mes en el centro humanitario del Chalé del Pozo, en la localidad de Villarrodrigo de las Regueras, a la espera de sus permisos de trabajo, que llegarán en agosto.
Según han informado hoy fuentes municipales, en este encuentro la Fundación San Juan de Dios, que gestiona la atención a los refugiados, ha querido dar a conocer el día a día del centro y su buena integración.
En estos momentos todos ellos tienen documentación, son solicitantes de protección internacional y a partir de finales de agosto comenzarán a recibir sus permisos de trabajo, ya que antes de llegar a León estuvieron en un centro de Alcalá de Henares procedentes de Canarias. En Villaquilambre ocupan las instalaciones del antiguo hotel Chalé del Pozo y todos comparten habitaciones de tres o cuatro plazas.
En centro cuenta con un comedor, salas de usos múltiples, un gimnasio y varias estancias habilitadas como aulas y está previsto que en los próximos días se adecue el jardín exterior trasero del hotel.
El Ayuntamiento valora que la solidaridad de los vecinos de Villaquilambre ha hecho que ya hayan puesto en marcha un ropero propio en el que se organizan las prendas por tallas y colores. Lo más necesario, según han indicado desde el equipo gestor, son zapatos y smartphones para que los refugiados puedan hablar con sus familias.
Sus actividades favoritas son las deportivas, y musicales y pasan el tiempo jugando al fútbol en los exteriores del edificio, además de acudir a clases colectivas de crossfit organizadas por la Fundación San Juan de Dios, a rutas por el entorno o a juegos con música. Durante los días de la Eurocopa también disfrutaron de los partidos de la selección española de fútbol.
En el centro trabajan 35 personas de San Juan de Dios que ejercen como orientadores, integradores, psicólogos, abogados y asistentes sociales, que se organizan en dos turnos de lunes a domingo y envían reportes diarios al Ministerio.
Diariamente se imparten clases de español y dentro de dos semanas comenzarán los talleres de empleo, los primeros del sector de la construcción. Los refugiados se esfuerzan por hablar español como es el caso de Salim Yabará, que tiene claro que su destino está en Barcelona.
Huyó de Mali por la situación de guerra y tras atravesar Mauritania pasó 5 días en el mar hasta llegar a las costas de El Hierro. En su país era profesor de francés, habla además portugués, inglés y algo de español y sueña con ser traductor para tener un buen trabajo y traer así a su mujer y sus dos hijas.
La llegada de estos refugiados el 22 de junio se vio rodeada de polémica al oponerse un grupo de vecinos que constituyó una plataforma ciudadana contra el acogimiento, si bien el paso del tiempo y la ausencia total de incidentes ha hecho que la situación se normalice.
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