Sociedad

Ni Santillana del Mar ni San Felices de los Gallegos. Este es el pueblo más curioso de España

No vive nadie y cuenta con la escultura más grande del mundo

Territorio Artlanza
Territorio ArtlanzaRicardo OrdóñezIcal

España destaca por el gran número de curiosidades con las que cuenta. Uno de ellos, como no podía ser de otra manera, llega de la mano de sus municipios. Siempre existen esas luchas internas de cual es el más bonito de todos, o el más espectacular, o cual cuenta con las principales riquezas o incluso cual tiene el nombre más largo. Vamos a dejar un poco de lado todos esos asuntos y vamos a centrarnos en cual es el más curioso. Los españoles somos tan especiales que contamos con municipios a los que nosotros mismos los denominamos como de las tres mentiras, algo que seguro sorprende en el resto del mundo.

Lo más probable es que no se hiciera a posta, pero cientos de años después algunos nombres suenan raros. Hay algo que falla en ellos. Y no sabemos dónde empezó todo, pero lo cierto es que hay varios pueblos en España que han adoptado un mote: pueblo de las tres mentiras.

Quizás el caso más conocido sea el de Santillana del Mar. ¿Por qué? Porque sus habitantes aseguran que de santa no tiene nada, no es precisamente llana y encima no tiene mar. De todas formas, no parece que tanta mentira haya disuadido a nadie de visitar este precioso pueblo y sus conocidísimas cuevas de Altamira.

Pero hay más pueblos mentirosos. Aldeanueva del Camino, muy cerquita del Valle del Jerte. No es aldea y no es nueva (aunque, claro, en algún momento tuvo que serlo). La que más dudas nos crea es la última: ¿no hay caminos? Otro pueblo que no es aldea ni es nueva por mucho que insistan en su nombre: Aldeanueva del Ebro. Pero lo más sangrante es que el río está a unos cuantos kilómetros. A pesar de todo, merece la pena pasarse por la zona y disfrutar de los viñedos y de sus frutos: el vino riojano.

Villanueva de las Manzanas: otra villa que no es villa, que no es nueva y cuentan que tampoco hay muchas manzanas en este pueblo de León. Y qué decir de San Felices de los Gallegos, que no son santos ni gallegos porque el pueblo está en Segovia Salamanca. Si son felices o no, no nos atrevemos a asegurarlo.

Más mentiras. En la provincia de Jaén está Villanueva del Arzobispo. En este caso, sí hubo un arzobispo, que fue quien pidió la construcción de la villa, aunque ya hace tiempo que murió. Como curiosidad, dicen que Cervantes vivió en esta ciudad recaudando impuestos del trigo.

La última de las villas nuevas, Villanueva del Conde. Sus mentiras están claras: hace tiempo que dejó de ser nueva, no es villa y no pertenece a ningún conde. Sin embargo, sólo por sus paisajes de robles y castaños, y por la cercanía de Las Batuecas este pueblo merece una visita.

Hay más pueblos mentirosos, algunos incluso hacen trampas. Por ejemplo, en Islallana aseguran que no es isla ni es llana. Vallehondo algo parecido: no está en un valle y no es hondo. ¿Cuál es la tercera mentira de estos pueblos? Que no son pueblos.

Cualquiera de ellos podría ser el pueblo más curioso de España, pero solo sería por el nombre, por eso el estrambótico “reconocimiento” va a recaer en otra localidad, que es curioso por otras circunstancias, como es que no vive nadie, que lo ha construido una sola persona y que cuenta con el monumento más grande del mundo.

Se trata del "Territorio Artlanza" situado en localidad burgalesa de Quintanilla del Agua, y que tiene una dimensión superior a los 30.000 metros cuadrados, y aún no está terminada. Su creador, Félix Yáñez, recrea a escala real, y con materiales reciclados, un pueblo castellano de la Edad Media. La iniciativa dio sus primeros pasos en 2008 cuando la crisis financiera cambió los hábitos de compra de la ciudadanía y la artesanía, profesión a la que se dedicaba Yáñez, fue de las primeras en verse afectada. La primera pieza de esta gigantesca escultura fue la recreación de una plaza castellana de 200 metros cuadrados, que ya empezó a llamar la atención de la gente.

La madera de enebro, el adobe y el canto rodado son los protagonistas. La mayoría de las construcciones se componen únicamente de fachada, pero algunas contienen en su interior pequeños museos temáticos; museo etnográfico, taberna, bodega, ermita, botica, horno, o una escuela. También hay dos corrales de comedias, donde tienen lugar las actividades de los veranos culturales (un certamen de teatro de cámara, noches de flamenco, cine...). Y por último, una zona más colorida dedicada a los más pequeños, donde los azulejos de colores revisten las casitas, animales, y personajes que allí se encuentran, hasta una réplica de la Catedral de Burgos.

Horario

Todos los días excepto uno en las fiestas del pueblo, el 25 de diciembre y el 1 y 6 de enero.

INVIERNO

De lunes a viernes - 11:00 a 15:00 / 16:00 a 19:00

Sábado, domingo y festivos - 11:00 a 15:00 / 17:00 a 19:00

VERANO

De lunes a viernes 11:00 a 15:00 / 16:00 a 21:00

Sábado, domingo y festivos - 11:00 a 15:00 / 17:00 a 21:00

Para completar la visita al “Territorio Artlanza” el visitante puede recorrer Quintanilla del Agua, que se encuentra situada en el curso medio del río Arlanza y en el valle que lleva el mismo nombre. Junto con Lerma, Covarrubias y Santo Domingo de Silos, forma parte del conjunto de las villas más turísticasde la comarca del Arlanza.

Con una población de unos 400 habitantes, es uno de los pueblos más habitados de la comarca. Como elementos arquitectónicos históricos, Quintanilla del Agua posee escasos edificios, pues la Guerra de Independecia del siglo XIX dejó casi destrozada por completo la población. La iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, del siglo XI, queda como muestra, restaurada en el siglo XIX. No obstante, sí posee varios elementos que dejan muestra del paso de diferentes civilizaciones por la Villa Bauta.

A las afueras de Quintanilla, se encuentra una casa y una ermita en ruinas, pertenecientes al despoblado San Pedro la Villa. Este municipio, se unió a Quintanilla del Agua y la última casa estuvo ocupada hasta mediados del siglo XX. A escasos metros de esta casa, se encuentra una fuente restaurada en el 2021, de la Edad Media.

Evidencias del paso de la civilización romana por estas tierras se pueden encontrar en la aparición de herramientas, monedas y sigilata romana en los campos de labor próximos a este despoblado y una estela funeraria, esta última encontrada en el puente que lleva a los sotos. Asimismo, ha aparecido cerca del citado pueblo, cerámica campaniforme, lo que evidencia asentamientos prehistóricos en el término llamado "Paulejas".

Respecto a los edificos históricos que restan en la Villa Bauta, junto a la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, cuya primera construcción data de los siglos XI-XII de estilo románico y que posee en su interior el retablo Barroco del siglo XVII que no desapareció tras la quema de la Villa, y una pila bautismal del siglo XI.

En el núcleo urbano, se encuentra le ermita de la Inmaculada Concepción, que ha sido reconstruída para ofrecer un servicio más amplio que el religioso; así, este edificio acoge exposiciones de todo tipo, desde artísticas hasta gastronómicas. El retablo de este edificio ha sido pintado al fresco por Susana Velasco, que ha representado dos ángeles sosteniendo la corona a la Virgen, y a ambos lados el pueblo de Quintanilla.

Además, uno de los hechos que convierten a Quintanilla del Agua en una población singular es, sin duda, su valioso patrimonio enológico, pues en la zona norte del pueblo, se encuentra el término conocido como San Roque, donde se ubican cientos de bodegas excavadas en la tierra, lagares y merenderos, que dan muestra del rico patrimonio vitivinícola que ha reinado durante siglos en la Villa y que, aún hoy, se sigue demostrando otoño tras otoño.