
Opinión
El verdadero José Luis
"Su gestión siempre tuvo un aire entre la chapuza y la improvisación, con ese estilo que recuerda más al verdadero José Luis (Torrente) que a un ministro"

Lo de José Luis Ábalos no es nuevo. Su gestión siempre tuvo un aire entre la chapuza y la improvisación, con ese estilo que recuerda más al verdadero José Luis (Torrente) que a un ministro. Como en algunas series, hay veces que el guión se vuelve tan inverosímil que hace perder el hilo al espectador. Pero aquí, cuánto más increíble suena la historia, más atención capta. Lo de ahora es, sencillamente, el colofón de un personaje que, por más que lo intentó, nunca supo llevar corbata.
Jéssica, examiga-acompañante-trabajadora de empresa pública - extodo -, ha declarado en el Supremo quién pagaba el piso en el que vivía, cómo fue su contrato con la empresa pública. Vamos, qué pintaba en todo esto. Y lo ha hecho con la suficiente claridad como para que nadie en el PSOE - ni en España - pueda seguir fingiendo sorpresa. No nos olvidemos que Ábalos ha sido ministro (¡ministro!), mano derecha del presidente, fontanero mayor del reino, confidente en las noches de Moncloa, aunque ahora lo miren como a ese pariente incómodo que ha salido mal con todos los cuñados y llega a la fiesta familiar cuando nadie lo ha invitado.
Administrar el poder como quien maneja un chiringuito playero siempre ha sido marca de la casa. El caso Koldo, las maletas de Delcy o los contratos exprés de mascarillas son solo una pieza más en el mosaico de escándalos que han jalonado la carrera de José Luis.
A estas alturas, en algún despacho de Ferraz, alguien debe de estar cruzando los dedos para que la Justicia se canse pronto de esta serie y pase a la siguiente. Porque en este país, al final, siempre acaba apareciendo una nueva temporada. Y las segundas partes, nunca fueron buenas
✕
Accede a tu cuenta para comentar