Curiosidades

El vertiginoso mirador que "vuela" sobre la obra civil emblema del franquismo

Una visita a este lugar desde el que se ve Portugal es una experiencia única y memorable para cualquier amante de la naturaleza

Mirador del Fraile en Aldeadávila de la Ribera, con la presa emblema de Franco al fondo
Mirador del Fraile en Aldeadávila de la Ribera, con la presa emblema de Franco al fondoJcylLa Razón

En la provincia de Salamanca, al noroeste de la localidad salmantina de Vitigudino, en pleno Parque Natural de Las Arribes del Duero, se encuentra uno de esos municipios con encanto a orillas del gran río Duero que nos une con Portugal.

Un lugar paradisiaco que alberga algunas joyas naturales que cautivan a quienes las conocen y, sobre todo, se aventuran a descubrirlas, por cuanto dan cierto vértigo.

Se trata de Aldeadávila de la Ribera, una zona espectacular en lo paisajístico, pero con una gran historia detrás y vinculada al mundo árabe y del medievo, y otra más reciente con la España de Franco como protagonista.

El propio nombre del pueblo "Aldea Dauila" proviene del árabe, mientas que algunas de las calles de este pueblo como "La Cilla», «Remoria», «Atalaya», «Peñas», o «el Mimbrero» vienen de la Edad Media. También son habituales en la zona las leyendas árabes, con las doncellas, las vírgenes, las fortalezas y las riquezas, como protagonistas.

Entre estos tesoros que hay que ver y disfrutar alguna vez en la vida si no se padece de vértigo a las alturas se encuentra el Mirador del Fraile, un balcón que ofrece una panorámica espectacular del paisaje que define el Parque Natural de las Arribes del Duero. Se encuentra sobre un acantilado que domina el cañón del río Duero y ofrece unas vistas panorámicas espectaculares del paisaje natural circundante.

Se trata de una pasarela en voladizo de casi 13 metros de longitud, que ha convertido el observatorio conocido como ‘La silla del Fraile’ en una plataforma de acero accesible para el visitante con una pequeña pendiente del 6 por ciento que ‘vuela’ sobre el paisaje y la fauna de Arribes, y que permite tener unas vistas impresionantes del cañón del Río Duero y de la Presa de Aldeadávila, propiedad de Iberdrola.

El final de la pasarela ofrece una abertura cubierta de rejilla de acero, desde donde contemplar los casi 100 metros de profundidad de los cañones del Duero salmantinos.

El mirador del Fraile cuenta con dos aparcamientos de gran capacidad desde los que se accede hasta esta infraestructura a través de un carril peatonal.

Para llegar a este paradisiaco lugar tras dejar el coche aparcado hay que dar un pequeño paseo por el asfalto de la carretera de algo menos de un kilómetro pero cuesta abajo.

Además, antes de llegar al Mirador del Fraile, han habilitado un pequeño espacio como observatorio para ir abriendo boca que permite disfrutar de una primera vista hacia el río Duero y el propio Mirador, desde donde se puede contemplar, entre otras muchas cosas de vértigo, el encajonamiento del río Duero antes de llegar a la Presa de Aldeadávila, además del vuelo de alimoches, buitres, el águila real, el azor o la cigüeña negra, entre otros, dado que el territorio conserva poblaciones de aves rupícolas que anidan en su cortados y paredes.

Una visita a este lugar es una experiencia única y memorable para cualquier amante de la naturaleza y de las vistas panorámicas espectaculares. Un deleite para los ojos y un cúmulo de sensaciones casi indescriptibles. Contemplar las paredes de granito desde el Mirador del Fraile es sumergirse en la historia natural de la región. Estas paredes no solo sirven como refugio para las aves, sino que también narran el paso del tiempo mientras caen majestuosamente sobre el río Duero. Esta visión, tanto desde el lado español como desde el portugués, ofrece una comprensión completa de la geología única que da forma a este entorno excepcional.

Desde la apertura de esta infraestructura, en la Semana Santa de 2022, ya son miles de personas las han podido disfrutar de una de las vistas más espectaculares de Arribes del Duero.

Un embalse de cine

Además, desde el mirador se avista la Presa de Aldeadávila, también conocida como Salto de Aldeadávila, una obra de ingeniería hidroeléctrica construida en el curso medio del río Duero, a 7 km de la localidad de Aldeadávila de la Ribera, que constituye la obra de ingeniería hidroeléctrica más importante de España a nivel de potencia instalada y producción de electricidad.

La pared de la presa posee una altura de 139.50 m., es de tipo arco gravedad y está construida a base de hormigón. Dispone de un aliviadero de superficie con ocho compuertas de segmento de 14 metros por 8.30 metros.

Una obra civil que fue emblema y bandera de la España de Franco que siempre dedicó mucho esfuerzo y dinero en materia energética para abastecer a los ciudadanos y empresas de la época, y dar un impulso un país como España que trataba de asomar la cabeza a nivel internacional.

La central nuclear de Zorita o las más de medio millar de presas y pantanos que se construyeron dan fe de esta apuesta de Francisco Franco. Centrales energéticas que siguen en activo más de medio siglo después, como es el caso de la presa salmantina de Aldeadávila, frontera natural con Portugal y situada en las espectaculares Arribes del Duero.

Pero lo que dio fama mundial a esta impresionante obra de ingeniería de Aldeadávila para orgullo de Franco y la España de la Dictadura fue, sin duda, su presencia como escenario de algunas escenas de la mítica película Doctor Zhivago, uno de los mayores éxitos de la historia en el mundo del celuloide así como de las más taquilleras en los cines. Entre ellas, una cuando la presa está desembalsando agua y vertiendo chorros de agua por su superficie.

Pero no se terminó aquí la aventura cinematográfica del Salto de Aldeadávila en el séptimo arte, puesto que aparece también en todo su esplendor en una de las películas cumbre del cine español. La Cabina, de Antonio Mercero, estrenada en 1972, durante el tardofranquismo, con José Luis López Vázquez como protagonista.

La presa de Aldeadávila es escenario y protagonista del desfile de Fely Campo
La presa de Aldeadávila es escenario y protagonista del desfile de Fely CampoDavid Arranz www.davidarranz.com

La tercera de las apariciones estelares en el séptimo arte del Salto de Agua de Aldeadávila es en la sexta entrega de Terminator; destino final, James Cameron no lo dudó a la hora de elegir este lugar para esta impresionante superproducción que se estrenó hace dos años.

En 2016, el embalse fue protagonista de una campaña publicitaria de la empresa japonesa Fujitsu en el que mostraba la libertad de trabajar con su nuevo modelo de ordenador portátil de hace cinco años. Y más reciente, la serie 30 monedas, de Álex de la Iglesia, también ha tenido a esta central como escenario.

Pero el Mirador del Fraile no es el único que hay de este tipo en la zona, e la que hay otros balcones o miradores notables, como el Mirador de Picón de Felipe, Mirador Puerta de Rupurupay, Picón de la Mariota, Rupitín, Lastrón, o el Mirador de Iberdrola sobre la presa, que ofrece una experiencia visual única desde la que se puede admirar el paisaje vertiginoso que caracteriza esta área, con el río Duero serpentenando a través del cañón y creando un escenario visual impresionante.

Y ya de paso, el visitante, llegado a este punto no puede dejar escapar la oportunidad de conocer el entorno y, sobre todo, acercarse al Poblado del Salto de Aldeadávila, la Verde o Santa Marina, donde el senderista o el conductor puede disfrutar de rincones increíbles y unas panorámicas sin igual.

O también en la propia Aldeadávila de la Ribera, desde sus calles medievales hasta sus edificios más emblemáticos como el Palacio del Marqués de Caballero, del siglo XVIII, la ermita de Nuestra Señora de las Huertas, la del Santo Cristo del Humilladero o la de San Sebastián.