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Sexualidad
Una investigación de un graduado del máster de Trabajo Social Sanitario de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha señalado que un 20% de los adolescentes consume pornografía antes de los 10 años, informa la universidad este miércoles en un comunicado.
Se trata de una revisión de 40 artículos científicos publicados entre 2015 y 2024, llevada a cabo por el graduado Mario Ramírez, y revela el "acceso precoz" a la pornografía entre los menores, incluso con casos de menores que se inician antes de los 8 años.
Según el análisis, la media global se sitúa en los 12 años y el autor apunta: "Pensar en un niño que acaba de salir de la infancia enfrentándose a contenidos que no solo no entiende, sino que distorsionan completamente su forma de ver el cuerpo, el deseo y el respeto, me ha hecho preguntarme qué tipo de heridas deja esto".
Su trabajo final de máster (TFM), titulado 'El rostro oculto de la violencia. Revisión sistemática sobre los retos del Trabajo Social Sanitario frente al consumo de pornografía en adolescentes', analiza críticamente la relación entre el consumo de pornografía en adolescentes hombres heterosexuales y la violencia de género, desde la perspectiva del trabajo social sanitario (TSS).
Documenta diferencias significativas en los patrones de consumo entre niños y niñas: "Algunos estudios muestran que casi 1 de cada 4 niños --un 23,3%-- consume pornografía diariamente y que un 44,4% lo hace de forma semanal. En cambio, entre las niñas el consumo diario llega al 4,8% y el semanal ronda el 22%".
Según el análisis, los niños suelen acceder a la pornografía antes, con más frecuencia y de forma mucho más continuada, mientras que las niñas presenta un consumo más esporádico y puntual.
El autor subraya que para muchos niños el consumo de pornografía "forma parte de su día a día, mientras que en el caso de las niñas la experiencia es diferente y está menos normalizada", y que el riesgo principal es que la pornografía se convierta en una fuente de aprendizaje en una etapa en la que están construyendo su identidad.
La investigación identifica que los contenidos más habituales son "profundamente misóginos, cosifican a las mujeres, promueven una visión violenta del sexo y borran el consentimiento, el afecto y la igualdad".
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