Opinión

Pier Paolo

Pier Paolo Pasolini durante el rodaje de «Teorema», una de sus películas más célebres
Pier Paolo Pasolini durante el rodaje de «Teorema», una de sus películas más célebreslarazon

El pasado día 2 de noviembre se cumplieron 45 años de la desaparición cruel e innecesaria de un poeta llamado Pier Paolo Pasolini. Su ausencia sigue siendo tan grande como el enigma sobre quiénes fueron los responsables de su sórdida, cruel e innecesaria muerte en una playa próxima a Roma. Al día siguiente, en su masivo funeral, fue otro italiano, Alberto Moravia, quien le dedicó aquellas palabras que todavía resuenan por su clara mirada, tan vigente hoy como hace casi medio siglo: «Ante todo hemos perdido un poeta y no hay muchos poetas en el mundo. Solo nacen tres o cuatro cada siglo. Cuando este siglo termine, Pasolini estará entre los pocos que contarán como poetas». En estos días se ha celebrado un congreso en Roma sobre los vínculos del poeta con estas tierras. Creo que hace tiempo que se le debe mucho a Pasolini en Cataluña. No, no voy a decir que el Ayuntamiento de Barcelona debería dedicarle una calle porque sé que no la tendrá si aún no la tiene Jaime Gil de Biedma. Pero sí se puede decir que hace mucho tiempo que Cataluña tiene una deuda impagada con el autor de «Teorema». Si lo dudan solamente tienen que ir al archivo de la UAB y consultar los papeles personales de José Agustín Goytisolo. Allí encontrarán las fotografías del paso de Pasolini por la Barcelona de posguerra acompañado de Goytisolo. A Pasolini le debemos la divulgación de los clásicos de la literatura catalana en Italia. Me refiero a Verdaguer, Riba o Carner cuando era difícil encontrar un embajador para estas voces en años oscuros, demasiado oscuros. Lo mismo podemos decir de su compromiso político al atreverse a pasear por el cementerio de Montjuïc en 1967 para poner flores en las tumbas de Ferrer i Guardia, Durruti y Companys en un tiempo en el que hacer eso era peligroso.

Pier Paolo Pasolini ha sido uno de los grandes embajadores de la cultura catalana de todos los tiempos. Ojalá alguien, desde alguna institución, sepa verlo y aplaudirlo como se merece. Ese sería el mejor homenaje que le podríamos ofrecer al poeta en el 45 aniversario de su innecesaria muerte.