Coronavirus

Paseo por la fase 1 de la desescalda: Tarragona reabre a medio gas

Vuelven los comercios, los bares y las misas entre el miedo a un rebrote y a las incertidumbres económicas

Apertura de tiendas y terrazas de bares en fase uno
En Tarragona, el 50% de los bares han vuelto hoy a abrir sus puertasJesús DigesAgencia EFE

Tarragona y buena parte de la provincia se ha convertido desde hoy en una de las zonas que ha promocionado a la fase 1. Es decir, ha podido recuperar una parte de la vida que el coranvirus se llevó. Y, a medio gas, lo ha aprovechado. La mitad de los bares han reabierto y el 30% de los comercios. Lo cierto es que la pandemia ha inoculado un grado considerable de miedo en la sociedad. De ahí, por ejemplo, el bajo porcentaje del comercio y la incertidumbre de si serán capaces de cubrir gastos. Por ahora, al menos.

La ciudadanía, sin embargo, ha reaccionado y la plaza Corsini, uno de los lugares por excelencia de “terraceo” en la ciudad amanecía con dos bares abiertos que los trabajadores de Correos y de un mercado cercano han hecho suyo. “No sabes lo mucho que echaba de menos el cafecito de la mañana en el bar. Y más con el día que hace”, señala Ramon, el empleado de una pescadería cercana. En total, los bares habían dispuesto una docena de mesas. Todas ocupadas.

La sensación de que no es un lunes cualquiera, sin embargo, se nota. Tarragona presenta la imagen más parecida a la vida pre-coronavirus de los últimos dos meses. Rafa, por ejemplo, propietario de una heladería explica que se ha emocionado con la respuesta de la gente: “Abrí con miedo al qué pasará. Pero la respuesta de los vecinos ha sido espectacular. Me han quitado todas las dudas”.

Nuria, que vive en un pueblecito, se ha acercado a la ciudad para hacer compras. “Lo que más llama la atención son los comercios abiertos. La papelería, la ferretería, etcétera. Y la sensación de tranquilidad, no de normalidad como antes de la pandemia. Como de término medio”, señala. A medida que pasaba la mañana, las calles e iban llenando de gente mientras se formaban colas en las entradas de algunos comercios. Esas colas respetuosas y pacientes, a metro y medio de distancia unos de otros, que se han convertido en una forma cotidiana de resistencia al coronavirus. “A mi me han llamado la atención por no respetar la cola”, apunta Albert. “Pero me gusta que no se hayan relajado las precauciones. Fíjate, todo el mundo lleva mascarilla”. “Quizás, más que gente lo que se nota es un aumento de tráfico”, añade.

Desde hoy, las iglesias situadas en la fase 1 también pueden volver a celebrar la eucaristía con fieles, casi dos meses después. En la parroquia de Sant Pau de Tarragona una treintena de personas han asistido a la misa de las ocho y media de la mañana. En la entrada del templo un cartel indica que el aforo está limitado a 100 personas -un tercio del total-, y hay un panel informativo con las recomendaciones de seguridad establecidas y gel hidroalcohólico a disposición de los fieles. “Es un día feliz porque podemos reencontrarnos, pero espero que no vengan todos de golpe. La gente debe ser prudente y las cosas se deben hacer poco a poco”, ha explicado a ACN el cura, Joan Cañas.