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Guillermo Alonso revive la picaresca en “Muestras privadas de afecto”

El nuevo libro del periodista y escritor muestra “la glorificación de un personaje que pasaba por allí”

El escritor y periodista Guillermo Alonso
El escritor y periodista Guillermo AlonsoParipébooks

El periodista y escritor gallego Guillermo Alonso revive la picaresca en su novela “Muestras privadas de afecto”. Alonso, que debutó en la narrativa en 2019 con su primera novela, “Vivan los hombres cabales”, publicada por la editorial niños gratis, es autor también del ensayo “Michael Jackson: música de luz, vida de sombras” (Random House).

El pasado año publicó el relato “La cabeza de los Martínez” en la antología de relatos “Y todos tus días malos acabarán” (Libros Walden). Alonso ejerce la mayor parte de su tiempo como periodista, fue director de la edición digital española de “Vanity Fair” y actualmente es editor web de “Icon”, el suplemento masculino de “El País”.

“En verano de 2019 leí una noticia en la prensa local gallega sobre un tipo (en realidad, era una pareja) que se había quedado dormido en un patito hinchable y había acabado a la deriva en la ría de Pontevedra”, ha explicado el autor. La noticia iba acompañada de una imagen del chico joven, posando con cierto orgullo y cierta vergüenza al lado del enorme pato amarillo.

El autor, que llevaba un tiempo empezando a escribir algunas historias que no iban a ningún lado, pensó que ese era un buen comienzo para una trama: “Trataba de imaginar qué le había pasado a ese chico antes de subirse al pato y qué le pasaría después, y fue así como salió la historia”.

Una luz que nunca se apaga “y que bien podría ser un fantasma” y un patito de goma gigante son los inopinados desencadenantes de una serie de acontecimientos que llevarán a Ramón Mañana, un diletante de provincias atrapado en esa edad incierta entre la juventud y la madurez a embarcarse en un viaje inesperado.

En su odisea navegará por las turbulentas aguas del periodismo gotcha, los “nuevos ricos” madrileños y el lumpenproletariado de la farándula, combinadas en un thriller tragicómico, que podría ser considerado como la picaresca del siglo XXI.

En “Muestras privadas de afecto” (paripébooks), señala el autor, se muestra “la glorificación y fama de un personaje que solo pasaba por allí, de una casualidad del destino, que es algo que verdaderamente me encanta de la televisión”.

En los programas que generalmente se consideran basura y entretenimiento vacuo encuentra Alonso “los más grandes destellos de genialidad de la televisión, e incluso de la narrativa en general”, porque, como él mismo apunta, “la vida real, la existencia pasada por el filtro deforme y cruel de la tele, puede crear los personajes, tramas y escenas más geniales y alocados”.

Ira Levin, Sidney Sheldon, Patricia Cornwell, Joy Fielding, Stephen King son algunos de los referentes literarios del autor, que admira en ellos, “más que su capacidad para crear un lirismo bello y epatante, su capacidad para inventar unas estructuras de hierro, una trama que es puro hueso, esquelético, milimétrico”.