Trata de blancas

De Paraguay a la esclavitud sexual

La Policía Nacional detiene a 10 personas de una red de explotación de mujeres

Campaña de la Policía Nacional
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La Policía Nacional ha liberado a cinco mujeres y ha detenido a 10 personas de una presunta organización criminal dedicada a la explotación sexual en pisos de citas de Tarragona, según han informado este lunes en un comunicado.

Las víctimas eran captadas en Paraguay con falsas ofertas de empleo para trabajar en España en el cuidado de personas mayores, y una vez en la península, “para pagar la deuda contraída con la organización, eran prostituidas en pisos de citas y también estaban obligadas a consumir y vender sustancias estupefacientes a clientes”.

La investigación se inició cuando los agentes recibieron informaciones sobre esta presunta organización criminal, y comprobaron que el entramado estaba dirigido por una mujer que residía en Amposta (Tarragona).

Dicha organización tenía colaboradores en Paraguay, que solían ser familiares de la principal responsable, encargados de seleccionar y captar mujeres “en situaciones de gran desvalimiento y vulnerabilidad”, y junto con una agencia de viajes, trasladaban a las mujeres en avión hasta España con escala previa en Francia.

Los agentes realizaron cuatro entradas y registros en pisos de citas de Amposta y en dos pisos prostíbulos de L’Aldea (Tarragona), e intervinieron 8.605 euros en efectivo, 19 gramos de cocaína,dos balanzas de precisión y sustancia de corte, seis teléfonos móviles, un ordenador portátil y diversa documentación relevante para la investigación.

La Policía Nacional detenido de 10 personas relacionadas con la presunta organización criminal, y la responsable de la supuesta banda y dos integrantes más han ingresado en prisión.

Otra historia parecida sucedió recientemente en Cataluña, relacionada con la prostitución. Un hombre, que ya fue arrestado, extorsionaba usuarios de páginas de contactos sexuales a quien pedía diversas cantidades de dinero bajo la amenaza de hacer público que eran usuarios de prostitución. Para evitar que la policía detectara su actividad delictiva suplantaba la identidad de algunas de las mujeres a las que explotaba y de esta manera utilizaba tarjetas de crédito y líneas telefónicas contratadas a su nombre.

Agentes de los Mossos d’Esquadra de la División de Investigación Criminal (DIC) de Barcelona detuvieron el 3 de agosto un hombre, de nacionalidad española y 38 años, como presunto autor de los delitos de agresión sexual y amenazas. La investigación policial de la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos se inició a principios de enero de 2021. Una chica que sufría una situación económica precaria como consecuencia de los efectos de la covid-19 conoció a un hombre que le ofreció mantener relaciones sexuales a cambio de una contraprestación económica.

Este hombre proporcionó su teléfono a una conocida suya que, unos días después, la llamó y le ofreció dedicarse a la prostitución, a lo que accedió debido a su situación de necesidad. Al cabo de un tiempo y dado que en el piso donde trabajaba había poco trabajo una compañera suya le propuso la posibilidad de trabajar como prostituta con un hombre que gestionaba un chat de mensajería instantánea donde se ofrecía llevar a cabo esta actividad.

La víctima contactó y habló durante unos días. El hombre le pidió acceso a su documento de identidad y que le enviara fotos sin ropa, por las que le hizo unos pagos a través de la aplicación Bizum. Posteriormente y con la excusa de satisfacer una de las diversas parafilias que tenía este hombre la citó en un hotel con el supuesto objetivo de hacerle unas fotografías de carácter sexual. Ella accedió pero una vez en la habitación se dio cuenta de que no tenía ninguna intención de hacerle fotografías y entonces la agredió sexualmente. A partir de este hecho delictivo los investigadores comenzaron a trabajar para identificar al agresor sexual.

Los agentes han acreditado que el arrestado buscaba chicas que se ofrecían laboralmente para hacer tareas domésticas del hogar u otros trabajos a través de portales de anuncios en internet y que estaban en una situación económica precaria. Entonces las captaba para ejercer la prostitución y las explotaba sexualmente.

Por otra parte, también extorsionaba a usuarios de servicios sexuales que llamaban a varios teléfonos de las chicas que él controlaba. Los reclamaba diversas cantidades de dinero bajo la amenaza de que si no pagaban difundiría a sus contactos que eran usuarios de prostitución. Las pesquisas policiales han sido muy complejas ya que el arrestado tomaba muchas medidas de autoprotección, consciente de las actividades delictivas que llevaba a cabo. Suplantaba la identidad de algunas de las chicas que tenía bajo su control y obtenía tarjetas de crédito, contrataba líneas telefónicas y abría cuentas corrientes a su nombre. De esta manera su identidad quedaba protegida y dificultaba una eventual acción investigadora de la policía.