Cataluña

La CUP avisa a la Generalitat a 72 horas de los presupuestos: “Estamos más cerca del ‘no’ que del ‘sí'”

El Govern tiene previsto aprobar el proyecto de las cuentas el martes, aunque sigue sin contar con el apoyo de los anticapitalistas

El conseller de Economía, Jaume Giró, precedido por el president de la Generalitat de Catalunya Pere Aragonès y el vicepresidente Jordi Puigneró
El conseller de Economía, Jaume Giró, precedido por el president de la Generalitat de Catalunya Pere Aragonès y el vicepresidente Jordi PuigneróQuique GarciaAgencia EFE

Los presupuestos de la Generalitat se antojan como un nuevo culebrón, aunque menos tenso que en otras ocasiones porque el propio Govern tiene distintas alternativas para aprobarlos y parece muy difícil que pueda expirar una legislatura que acaba de empezar. La primera opción es la CUP, pero los anticapitalistas siguen muy lejos de darle su apoyo. “Estamos más cerca del ‘no’ que del ‘sí'”, ha expresado este sábado la diputada de la CUP Eulàlia Reguant en “Catalunya Rádio”, a tan solo 72 horas de que el Govern apruebe el proyecto de presupuestos en su reunión del martes.

Tras esta aprobación, llegará el inicio de la tramitación en el Parlament, donde se tienen que votar primero las enmiendas a la totalidad y, después, se debe hacer la votación final de los números. Los cuperos ya han avisado que están descontentos por cómo se están desarrollando hasta ahora las negociaciones y, a partir de este domingo, activarán a las bases para consultar a la militancia qué hacer en la primera votación (si presentan una enmienda a la totalidad o no). Ahora bien, los anticapitalistas no tiran la toalla: “No renunciamos y seguimos pensando que lo necesario para el país es que haya un sí”, ha dicho Reguant.

El núcleo de las diferencias se halla, sobre todo, en la aplicación del acuerdo de investidura en los presupuestos. En este sentido, hay dos cuestiones que destacan por encima del resto, que es la política habitacional y la política sanitaria. Así, los cuperos piden incrementar la partida para vivienda hasta los 1.000 millones de euros anuales para poder ampliar el parque público (que ahora está en el 2% en Cataluña, muy por debajo de la media de la mayoría de países europeos, como Francia (16%), Alemania (4%) o Italia (3,5%)). También reclaman iniciar el proceso de desprivatización de la sanidad pública mediante la internalización del teléfono de emergencias (061), que acaba el contrato de concesión en junio.

No obstante, más allá de cuestiones como esas dos que puedan incluirse en los presupuestos, tampoco comparten otras que están produciéndose en este arranque de legislatura. Como que el Govern, en materia policial, haya votado en contra de una moratoria de las balas de foam que usan los Mossos d’Esquadra para contener en determinados momentos los desórdenes públicos, o, en materia económica, siga apostando por “macroproyectos” como los Juegos Olímpicos de Invierno (los cuperos apuestan por desterrar este tipo de iniciativa y abogan por una reindustrialización).

En todo caso, a diferencia de la fase dura del “procés”, la CUP se muestra ahora mucho menos desafiante con el Govern (llegó a lanzar a la “papelera de la historia” a Artur Mas y forzó la celebración del referéndum ilegal del 1-O) y reconoce que aspira a reconducir las cosas. “Nosotros no tenemos ningún plan B y hay que reforzar la mayoría del acuerdo de investidura, que es hacer un giro de políticas a la izquierda. El objetivo es que esto se consolide y avance”, ha dicho Reguant, que ha advertido que la militancia es ahora “escéptica” con el Govern y eso puede acabar decantando la consulta hacia el “no” a los presupuestos.

También es cierto que si falla ahora la CUP, están los Comunes o el PSC ofreciendo su apoyo. Ambas formaciones quieren cuota de protagonismo y están predispuestos a negociar las cuentas y salvar al Govern de la quema.