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Retener voto del PSC y conquistar electores de Vox y Cs: lo que dicen las encuestas del PP en Cataluña

La segunda y tercera preferencia de los votantes de los populares son los socialistas y los naranjas

(I-D) El presidente del Partido Popular de Cataluña y candidato a la Generalitat, Alejandro Fernández, el candidato del PP a la Alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
(I-D) El presidente del Partido Popular de Cataluña y candidato a la Generalitat, Alejandro Fernández, el candidato del PP a la Alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.Lorena SopênaEuropa Press

El PP catalán tiene en las elecciones municipales de mayo una oportunidad de oro para revertir la mala tendencia de los últimos años. Desde los exitosos comicios municipales de 2011 (ocho concejales en Barcelona y alcaldías de Badalona y Castelldefels), los populares han atravesado momentos muy complicados, desgastados por los casos de corrupción y por el «procés». Eso, si nada se tuerce, cambiará nuevamente en mayo, donde en el partido creen que pueden llegar a doblar o triplicar el número de concejales en toda Cataluña (actualmente tienen 67).

Las encuestas ya dan señales evidentes de recuperación del PP: el último barómetro de la Generalitat daba a los populares entre 11 y 16 escaños en el Parlament (cuatro veces más que los que tiene ahora). Y, de cara a las elecciones municipales, en la sala de máquinas vaticinan que ese empuje que está teniendo el partido tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo se puede traducir en un gran incremento de ediles porque, en 2019, en muchos municipios se quedaron rondando el 5% de voto (porcentaje mínimo para entrar en un ayuntamiento) y eso les impidió obtener representación. Ahora, con un pequeño incremento de votos, podrían alcanzar ese umbral mínimo para conseguir concejales en muchos consistorios.

El efecto Feijóo en Cataluña está teniendo un impacto tangible, según las encuestas. En este sentido, de las entrañas del último barómetro de la Generalitat se pueden destacar dos datos significativos: la segunda y tercera preferencia de los votantes del PP son Ciudadanos y PSC, lo que puede ser indicativo del perfil de votante más centrado que están consolidando los populares, una fuente de crecimiento electoral; y, un 9% de los votantes del PSC tienen como segunda opción preferida al PP.

Por tanto, hay margen para el trasvase de votos entre PSC y PP, que pueden convertirse en las formaciones de referencia del constitucionalismo en las próximas elecciones municipales. En la sala de máquinas de los populares hacen una lectura matizada de esos datos: consideran que, como el partido está en crecimiento, en lo que hay que fijarse es en «los votantes que tienen como segunda opción al PP». Es decir, principalmente, en Vox y Ciudadanos: un 47% de los votantes de Santiago Abascal tienen como segunda opción preferida al PP, mientras que es un 34% en el caso de los electores naranjas. «Es más fácil que vengan votantes de Vox o Ciudadanos ahora que estamos en crecimiento que no que se vayan votantes del PP a PSC o Ciudadanos», analizan en las filas populares.

Por ello, el objetivo de los populares pasa principalmente por retener al electorado para evitar cualquier fuga al PSC (e intentar arañar votante descontento entre los socialistas por la ley del «solo sí es sí» o por la supresión de la sedición y el abaratamiento de la malversación) y por conquistar a votante de Vox y Ciudadanos, sin perder el centro y apelando al voto útil. Eso es lo que está ocurriendo ya en Barcelona, donde se da por hecho que los populares obtendrán representación mientras que Vox, Ciudadanos y Valents lo tienen muy difícil y, por ello, apelan a concentrar el voto de centroderecha constitucionalista en el PP para que pueda lograr el mayor número de concejales posibles. En la sala de máquinas de los populares creen que pueden acabar cosechando un 10% de ese voto de centroderecha.

En este sentido, en Barcelona hay satisfacción con el candidato elegido, Daniel Sirera, porque está muy en la línea de Feijóo y se antoja muy difícil que pueda caer en los radicalismos y exabruptos de su antecesor, Josep Bou, que tantos quebraderos de cabeza ha generado en el PP. «Es un perfil de candidato que puede concentrar el voto de centroderecha constitucionalista», subrayan los populares.

En el PP tampoco cuentan con que la polarización entre Xavier Trias y Ada Colau pueda pasar factura porque el partido está muy definido como partido constitucionalista. Los dos principales ejes de campaña van a ser la inseguridad de Barcelona y la economía (medidas para aliviar las cargas de la inflación a las familias, facilitar la apertura de negocios o cuidar la imagen de la ciudad).

Además de Barcelona, en el PP también aspiran a que ese incremento del apoyo con la llegada de Feijóo contribuya a reconquistar alcaldías importantes, como Badalona o Castelldefels. En la ciudad de Xavier García Albiol, los populares están acariciando la mayoría absoluta (está a un puñado de votos), lo que permitiría obtener la vara de mando.