Alianzas

Aragonès cambia el reparto: palos a Junts, caricias al PSC

El fin de la política de bloques del "procés" se visualiza en el Parlament tras el pacto presupuestario entre ERC y los socialistas. Los posconvergentes y la CUP se desesperan

Pere Aragonès (ERC) y Salvador Illa (PSC) en el Parlament
Aragonès e Illa celebran en el Parlament el acuerdo de unos Presupuestos "de país"Europa Press

Cambio de papeles en la escena catana. El pacto presupuestario entre Pere Aragonès y Salvador Illa confirma el derribo de la política de bloques imperante desde el «procés» y la consolidación de un nuevo guion con distintos protagonistas: Junts ejerce de fuerte oposición a ERC, mientras que el presidente de la Generalitat y el líder de la oposición y del PSC exhiben cierta sintonía a raíz de su acuerdo económico. Un reparto que ayer se evidenció en el primer pleno del Parlament tras atar las cuentas para 2023.

La sesión de control sirvió para que el Govern –con los distintos consejeros y el presidente republicano a la cabeza– y los diputados socialistas que intervinieron defendieran, cada uno a su manera, lo que bautizaron como un «pacto de país» para definir las inversiones de este año. Los Presupuestos son «de país y no de un gobierno o de un grupo parlamentario concreto», aseguró el propio Aragonès en la Cámara. «El acuerdo permite continuar con las políticas de este Ejecutivo, y este es el camino que seguiremos», añadió.

Un guante que recogió Illa acto seguido, no sin antes apremiar a ERC a ejecutar ya los principales puntos del acuerdo suscrito. Después de «corregir el rumbo» de un mandato que «hasta ahora ha pasado sin pena ni gloria», según radiografió el socialista, ahora «toca comenzar a gobernar sin distracciones, ni electorales ni de ningún otro tipo». Celebro el acuerdo, pero ahora toca hacer, actuar, ejecutar», insistió el líder de la oposición emplazado a Aragonès a «gobernar siguiendo la hoja de ruta que dibujan estos Presupuestos», con «autoexigencia». Eso sí, pese a las exigencias mutuas de cumplimiento, el cambio de tono entre ambos fue evidente y no hubo ni rastro de la tensión de los últimos plenos.

En esta línea de cortejo aparecen los Comunes: el grupo de Jéssica Albiach en el Parlament también reclamó a Aragonès acelerar la ejecución de las cuentas, un proyecto de ley que verá la luz en la Cámara el próximo 10 de marzo. Por tanto, la prórroga de las cuentas de 2022 habrá estado vigente más de dos meses, todo enero y todo febrero de 2023.

La pelea con Junts

La sintonía entre ERC y PSC contrastó con el enfrentamiento abierto que mantienen los republicanos y Junts en el Parament. La ruptura independentista parece definitiva con la aprobación de unas cuentas fuertemente criticadas por los posconvergentes y la CUP, antiguos socios de Aragonès en el arranque de la presente legislatura. Un cisma que se volvió a visualizar cuando el presidente de la Generalitat y el líder parlamentario de Junts, Albert Batet, se enzarzaron en un cruce de reproches sobre los recientes acuerdos y se acusaron mutuamente de apostar por estrategias que no ayudan a avanzar hacia la independencia. «Recuperando el tripartito autonómico con el PSC y los Comunes no se hace la independencia», criticó en primer término el jefe de la bancada posconvergente. Un reproche replicado al instante por Aragonès: «Abandonando el Govern, planteando una cuestión de confianza y aliándose con la oposición que tanto demonizan para votar en contra del Govern en los últimos meses tampoco se construye la independencia, señor Batet» le espetó.