
Ocio
Así es el barrio de Barcelona con más bares por habitante: terraceo, vermuts y buena vida a pie de calle
Con más de 1.800 locales de restauración, el Eixample es el corazón del terraceo barcelonés: bares modernos, bodegas históricas y una cultura del vermut que no entiende de prisas

En Barcelona, el barrio donde más se vive la calle no es el más turístico ni el más ruidoso. Es el Eixample, el distrito que más bares y restaurantes concentra de toda la ciudad.
Con sus amplias aceras, plazas tranquilas y calles llenas de terrazas, este cuadrado urbano ideado por Ildefons Cerdà se ha convertido en el auténtico epicentro del ocio cotidiano barcelonés.
Y no es de extrañar: es el barrio con más bares por habitante de toda la ciudad.
Según datos del propio Ajuntament de Barcelona, el Eixample cuenta con más de 1.850 locales de restauración registrados, entre bares, cafeterías, restaurantes y bodegas, superando de largo al resto de distritos.
La cifra no sorprende si se pasea por sus calles: en prácticamente cada manzana hay al menos una terraza, una barra tradicional o un bar de diseño donde tomar un café o pedir un vermut.
Un mapa urbano pensado para vivirlo
El Eixample, dividido en Esquerra y Dreta, destaca por su diseño cuadriculado y sus calles anchas, con aceras generosas que favorecen el paseo y el terraceo.
Este entorno urbano invita a detenerse, mirar escaparates, leer el diario en una terraza o quedar con amigos sin necesidad de grandes desplazamientos. Más que un barrio, el Eixample es una forma de vida. Y el bar es su núcleo social.
“Hay calles como Enric Granados, Girona o Parlament que parecen pensadas para ir saltando de terraza en terraza”, explican desde la Associació de Veïns de l’Eixample.
Además, muchas de sus plazas interiores (como la de Letamendi o la de la Universitat) se han convertido en oasis urbanos donde los bares se integran con espacios verdes.
De bodegas con historia a bares de autor
En el Eixample conviven bares centenarios como Bodega Sepúlveda o La Bodega d’en Rafel —donde aún se sirve vermut de grifo en vaso pequeño— con locales de nueva ola como Bobby’s Free o Bar Muy Buenas, donde la coctelería se convierte en arte.
Esa mezcla de tradición y modernidad es una de las claves del éxito del barrio. Hay lugar para la tapa de toda la vida, el brunch de domingo o la copa sofisticada de autor. A cualquier hora, cualquier día.
El arte de no tener prisa
Quizá lo que mejor define al Eixample no es el número de bares, sino la forma en que se disfrutan. Aquí el vermut se alarga, el café se acompaña de lectura y las comidas se transforman en sobremesas.
Aunque los datos de concentración de bares pueden parecer excesivos, lo cierto es que este barrio ha sabido integrar el ocio en su cotidianidad, sin perder su identidad.
En lugar de turismo de paso o fiesta desmedida, lo que impera es una cultura de calle y vecindario, donde el bar es parte del paisaje habitual.
Barcelona vive a ritmo de terraza
En un momento en el que muchas ciudades buscan fórmulas para reactivar la vida urbana, el Eixample barcelonés es un ejemplo de cómo la restauración puede convivir con la vida vecinal. Con la llegada del buen tiempo, sus terrazas se llenan, las plazas se animan y los bares se convierten —una vez más— en el verdadero latido de la ciudad.
✕
Accede a tu cuenta para comentar