Barcelona retira el último monumento franquista de la ciudad para destruirlo

Adiós al último vestigio franquista de grandes dimensiones de Barcelona. El Monumento a los caídos del Castillo de Montjuïc ha comenzado esta mañana a desmantelarse para ser destruido en buena medida. El Ayuntamiento, sin embargo, conservará la escultura del ángel caído, la única parte de la estructura “con valor artístico”. El consistorio así lo ha decidido después de encargar un informe jurídico sobre la adecuación de la iniciativa a la Ley de Memoria Democrática ratificada en 2022.

Los trabajos se han realizado al mediodía en el foso de Santa Elena. La escultura se trasladará al depósito del MUHBA. Ahora bien, el resto del monumento se destruirá porque, según el Ayuntamiento, carece de valor artístico. El gobierno municipal ya avanzó en marzo que retiraría la escultura e informó de la decisión la Comisión de Arte Público de la Generalitat.

Jordi Rabassa, concejal en funciones de Memoria Democrática, ha explicado que la retirada del monumento era imprescindible y que se ha hecho con "rigor".

El Monumento a los caídos fue creado en 1940 y es obra de los arquitectos Manuel Baldrich, Joaquín de Ros y de Ramis, Josep Soteras y Manuel de Solà y Morales. Consta de tres arcos, un altar y un sepulcro coronado por un obelisco con una cruz, y de una lápida de mármol con una escultura de una figura de bronce tumbada con una corona de laurel en los pies, obra de los hermanos Oslé.

Inicialmente, en el arco del monumento estaba la inscripción “Caídos por Dios y por España, ¡presentes!”. Pero en 1986 el Patronato del Castillo de Montjuïc la cambió por una más genérica para englobar a todos los caídos durante la Guerra Civil en la que ha escrito: “Honor a todas las que dieron su vida por España” . Por otro lado, hace casi ocho años, el Ayuntamiento prohibió la misa que celebraba cada mes de julio en este punto.