El Booket Fest vuelve con literatura para todos

El Booket Fest ha regresado a Barcelona en la segunda edición de un certamen que, a las puertas de las vacaciones de verano, quiere ser una celebración de la lectura, sobre todo del libro de bolsillo, ese formato que se convierte en imprescindible compañero de muchos lectores en la playa o la piscina. El evento, organizado por el sello Booket de la división editorial del Grupo Planeta, permite que lectores y escritores puedan encontrarse por un bien común: la lectura.

En esta segunda entrega del festival los autores invitados fueron Andrea Longarela, Manel Loureiro y Alina Not. También se esperaba contar con la presencia de Carme Chaparro, pero la mala meteorología de ayer no le permitió desplazarse hasta la capital catalana desde Madrid y participar en el acto que se celebró por la tarde en la Antigua Fábrica Damn.

Los autores presentes en Barcelona hablaron previamente en un encuentro con la Prensa de un evento que, en palabras de Manel Loureiro, «me conecta con el Manel adolescente al que le encantaba leer, en ese momento cuando descubrías la oferta infinita de libros, pero el dinero finito. Por eso las ediciones en bolsillo eran tu puerta de entrada a aquellos libros que querías leer. Tengo en mi biblioteca unos 4.000 ejemplares. Los más antiguos son de bolsillo».

El papel que tienen estos libros es extraordinario y no se acaba nunca, según remarcaron los escritores invitados. En este sentido, Alina Not comentó que «nos sigue gustando leer en papel. Siempre, allí donde estés, hay una pequeña librería que tiene un libro con el que poder pasar un buen rato y por ese precio económico que te da el bolsillo».

También ayuda a que aparezcan nuevos amantes de la letra impresa, especialmente estos creadores que suelen tener muchos seguidores jóvenes. Porque, como dijo Andrea Longarela, «cada uno lee lo que le gusta. Es un público muy joven el que tenemos nosotros. Los lectores de doce años son los que el día de mañana serán unos lectores potenciales».

Los tres protagonistas del Booket Fest han visto como buena parte de su producción literaria ha dado el salto al bolsillo. Los escritores reconocieron que no tienen la tentación de cambiar nada de lo escrito cuando se les brinda la posibilidad de entrar en un sello como Booket, con la excepción de alguna errata.

Muchos de los que ayer se acercaron hasta la Antigua Fábrica Damn también han sabido por primera vez de estos autores gracias a los consejos y recomendaciones que hacen algunos desde redes sociales. «La prescripción de libros ha cambiado. Antes era vertical, pero, de repente, se ha horizontalizado. Hay gente con capacidad de transmitir lo que sienten con esos libros», dijo Loureiro.