Investigación en salud

Dos estudios confirman que el diagnóstico y tratamiento precoz de la migraña se asocian a una mejor respuesta a la terapia

Ambos trabajos señalan que la administración de fármacos específicos es más eficaz que la de medicamentos inespecíficos a la hora de prevenir los síntomas de esta patología e incluso de reducir la discapacidad y evitar la cronificación

El equipo del Grupos de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIR
El equipo del Grupos de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIRVall d'Hebron

En el abordaje de la migraña existe un gran retraso tanto diagnóstico como en lo que se refiere a la prescripción de fármacos. De hecho, de media, esta patología, que debuta dea los 25 años de edad, no se diagnostica hasta pasados 10 años desde los primeros síntomas, tiempo tras el cual aún puede transcurrir una década más hasta que llega el tratamiento.

Esta es una realidad que tiene lugar, además, en un contexto en el que no se aprueba el tratamiento con fármacos específicos para prevenir la migraña, diseñados expresamente para tratar esta patología, hasta que previamente se ha probado con tres tratamientos inespecíficos y éstos no han dado la respuesta deseada o el paciente sufre migraña al menos 8 días al mes.

Ante esta realidad, se puso en marcha un estudio internacional, liderado por investigadores del Grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), para comprobar si la administración de fármacos de forma temprana mejora la clínica de los pacientes y frena la progresión de la enfermedad.

Precocidad y especificidad

Con dicho objetivo, en el marco de este ensayo clínico de fase IV, en el que participaron 84 centros de 17 países diferentes, se analizó la evolución de 621 pacientes con migraña esporádica, es decir que tenían migraña menos de 15 días al mes, a los cuales se les clasificó en dos grupos: uno de ellos recibía el fármaco erenumab, el cual ha sido diseñado específicamente para el tratamiento de esta patología y se dirige a bloquear la proteína CGRP, que está relacionada con el dolor asociado a la migraña, y el otro, medicaciones inespecíficas para prevenir la migraña como antiepilépticos y antidepresivos.

Según lo observado por los investigadores, aquellos pacientes tratados con erenumab respondían mejor al tratamiento y, de hecho, comprobaron que, en comparación con quienes recibieron fármacos inespecíficos, es hasta 13 veces más probable que éstos tengan una mejor clínica al cabo de un año.

En definitiva, el estudio permite confirmar que "el retraso en el diagnóstico y el tratamiento, empeora el pronóstico terapéutico de los pacientes", lo que indica que "deberíamos tratar la migraña antes porque eso mejora los resultados, especialmente cuando el paciente recibe fármacos específicos", asegura la doctora Patricia Pozo-Rosich, jefa de Sección del Servicio de Neurología y de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron, responsable del grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIR y directora del Migraine Adaptive Brain Center de Vall d’Hebron.

De hecho, gracias a este estudio se ha podido demostrar que el tomar el tratamiento específico de forma temprana evita que los pacientes desarrollen migraña crónica, es decir que tengan más de 15 días de migraña al mes. Así pues, "si hacemos tratamientos tempranos, podemos disminuir la cronificación", por lo que "sería recomendable prescribir tratamientos como primera línea para prevenir" esta patología y "conseguir mejorar la calidad de vida de los pacientes, disminuir la discapacidad y reducir los costes socioeconómicos asociados", indica al respecto la doctora.

El inconveniente es que pese a que los medicamentos específicos para prevenir la migraña, que salieron al mercado en 2019, se han demostrado más eficaces, en España no se prescriben como primera línea de tratamiento, sino que para que el paciente pueda recibirlos ha de haberse sometido a tres tratamientos previos con fármacos inespecíficos o bien ha de sufrir migrañas al menos ocho días al mes.

Más tolerabilidad y adherencia

Al respecto, cabe señalar, además, que, en el marco de este trabajo, en el que, para simular la práctica clínica los neurólogos podían cambiar el tratamiento de los pacientes en caso de considerarlo conveniente, se puso de manifiesto que quienes recibían erenumab mantenían con más frecuencia el tratamiento y esa mayor adherencia se explica por su eficacia y alta tolerabilidad. Como señala la doctora Pozo-Rosich, "cuando no nos tomamos una medicación es porque su posología es complicada, por su falta de eficacia o porque no la toleramos bien", algo que, a juzgar por los resultados del estudio, no sucede en el caso del erenumab.

Sin embargo, cabe señalar que existe un porcentaje de pacientes que no responde al tratamiento con antiCGRP, por lo que en un segundo estudio, liderado por Vall d'Hebron y en el que participaron 35 centros centros de 7 países europeos, se analizaron los factores que influyen en la respuesta a estas terapias en 6 mil personas para identificar qué variables pueden condicionarla.

Se confirman los resultados

En este caso, se trató de un estudio de vida real, que se llevó a cabo con pacientes que no habían respondido al tratamiento previo con fármacos inespecíficos y que, en el momento del estudio, recibían fármacos anti-CGRP, como erenumab, entre otros. Y los resultados del mismo, confirmaron la importancia de iniciar el tratamiento para conseguir mejorar la evolución de la enfermedad, sin esperar a que otros fármacos inespecíficos resulten ineficaces, ya que el hecho de tener menos migrañas al mes o menos discapacidad se revelaron como factores clave que favorecen la respuesta al tratamiento.

También se asoció a una mejor respuesta el tener dolor solo en un lado de la cabeza o no sufrir depresión, aunque como aclara la doctora Pozo-Rosich, "aún no disponemos de biomarcadores de forma estandarizada para predecir quién va a responder o quién no y éstos solo son marcadores clínicos que se asocian a esa respuesta".

En definitiva, tal y como resume la doctora, ambos estudios confirman que "como en otras patologías neurológicas como el ictus o la esclerosis múltiple, el tiempo es cerebro", así que en el manejo de las migrañas "necesitamos acelerar los circuitos asistenciales para ofrecer al paciente el tratamiento adecuado de forma precoz, ya que eso ofrece una mejor respuesta a la terapia".