Sociedad

Los floristas catalanes denuncian intrusismo en Sant Jordi y exigen a la Generalitat una regulación urgente

La proliferación de paradas no profesionales durante la festividad ha llevado al límite al gremio de floristas, que reclama protección a un oficio tradicional que paga impuestos todo el año

GRAFCAT3014. BARCELONA, 17/04/2024.- Un mayorista de flores trabaja en Mercabarna-Flor este miércoles, cuando el Gremio de Mayoristas de Mercabarna-Flor ha explicado que los catalanes regalarán 7 millones de rosas durante la celebración de Sant Jordi, un 20% más que el pasado año y la cifra más elevada desde la pandemia, aunque sólo el 2 % de las flores proceden de cultivadores españoles, en su gran mayoría de Valencia y de la comarca del Maresme (Barcelona). EFE/Quique García
Los catalanes regalarán 7 millones de rosas por Sant Jordi, un 20% más que el pasado añoQuique GarcíaAgencia EFE

La celebración de Sant Jordi es uno de los días más emblemáticos y festivos de Cataluña, pero para los profesionales del sector floral, también se ha convertido en una jornada de preocupación.

Los floristas catalanes han enviado una carta al president de la Generalitat, Salvador Illa, en la que denuncian un grave problema de intrusismo durante esta festividad y reclaman medidas urgentes para proteger su actividadeconómica y artesanal.

En el escrito, al que ha tenido acceso La Razón, el colectivo pide a la Generalitat que se regule la venta de flores, especialmente de rosas, durante Sant Jordi. “La floristería es un oficio tradicional, artesano y esencial para el tejido comercial y social del país”, señalan los firmantes. Sin embargo, denuncian que su actividad se ve cada vez más “asfixiada por una competencia desleal que pone en riesgo la viabilidad de muchos negocios”.

“Pagamos impuestos todo el año, mientras otros venden sin licencia solo un día”

Uno de los puntos que más preocupa al gremio es la “presencia creciente de paraditas de flores gestionadas por asociaciones, entidades, escuelas, grupos particulares e incluso partidos políticos” que aparecen solo durante el 23 de abril para vender o regalar rosas sin ningún tipo de control legal. “Nosotros pagamos salarios, seguros, IVA, IAE y todos los impuestos establecidos por la normativa vigente”, recalcan los floristas.

Según denuncian, en municipios como Camprodon llevan más de cinco años señalando esta situación sin haber recibido respuesta efectiva por parte de las administraciones.

En el caso de Barcelona, critican que se permite la instalación de puestos a particulares, lo que “agrava aún más el desequilibrio” y resta competitividad a quienes ejercen la floristería como medio de vida.

Las escuelas y entidades, en el foco del debate

En la carta, el sector también se refiere a las escuelas y entidades sociales que venden o regalan rosas con fines educativos o solidarios. Aunque reconocen las buenas intenciones de estas iniciativas, alertan de que también pueden contribuir al problema si no se respetan las normativas.

“Pueden estar adquiriendo rosas al mercado mayorista —teóricamente restringido a profesionales con licencia— y posteriormente distribuyéndolas sin cumplir la legalidad, ni valorar el impacto que esto supone para el comercio profesional”, subrayan.

Las peticiones concretas de los floristas a la Generalitat

Los floristas exigen a la Generalitat cinco medidas clave:

  • Una regulación clara y específica para la venta de rosas en Sant Jordi, permitiendo licencia solo a quienes cumplan con las obligaciones fiscales y legales.
  • Limitación de licencias a entidades no comerciales, con un máximo por municipio, ubicaciones diferenciadas y un límite de rosas a vender o regalar.
  • Prohibición de compra en mercados mayoristaspor parte de personaso colectivos sin licencia o sin estar dados de alta como profesionales.
  • Creación de un registro público de paradas autorizadas, accesible a ciudadanos y floristas.
  • Fomento de convenios con floristas localespara entidades que quieran regalar rosas con fines educativos o simbólicos, en lugar de competir con ellos.

Un oficio en riesgo que pide “valentía política”

La carta finaliza con un mensaje claro al president de la Generalitat: “Confiamos en su sensibilidad y responsabilidad institucional para proteger un sector que forma parte de la cultura, la economía y la belleza de nuestras calles”.

Además, el colectivo adjunta documentación registrada ante notario como prueba del problema, junto con un listado de floristerías adheridas.

Los floristas recuerdan que su actividad no se limita a un solo día del año. “Damos servicio constante a la población, generamos empleo, pagamos impuestos y mantenemos viva una tradición con siglos de historia”, concluyen.

Mientras tanto, el gremio espera una respuesta política firme que evite que este Sant Jordi vuelva a convertirse en una jornada de pérdidas económicas para los profesionales del ramo.