Precampaña

Junts recupera a Puigdemont para su pugna con ERC de cara al 23J

El partido recrudece el discurso y apela a la confrontación antes de que el veredicto sobre su inmunidad irrumpa en campaña

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante la manifestación para conmemorar el quinto aniversario del 1-O
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante la manifestación para conmemorar el quinto aniversario del 1-OLorena SopênaEuropa Press

Junts vuelve a jugar la carta de la confrontación ante las inminentes elecciones generales. Y lo hace invocando a su principal líder, Carles Puigdemont

–pendiente esta semana que viene de la resolución de la Justicia europea sobre su inmunidad– y defendiendo los postulados más radicales del partido de la mano de Míriam Nogueras, persona de su más estricta confianza que el expresidente de la Generalitat ha colocado como cabeza de cartel en Barcelona.

Tras ser designada oficialmente, Nogueras ha sido la encargada de recrudecer el discurso y ya ha planteado los comicios como una suerte de plebiscito «entre el Reino de España y Cataluña» para empezar a fijar el relato. Un mensaje que busca volver a agitar el desafío, llamar a la movilización independentista y marcar perfil ante ERC. De hecho, Junts endurece la batalla contra los republicanos después de haber quedado por delante suyo en los comicios municipales del 28-M, una victoria parcial –el PSC fue primero en Cataluña– que los posconvergentes buscan repetir ahora.

Y, en este contexto, Nogueras y el núcleo duro de Puigdemont ya hablan de no investir a Pedro Sánchez tras el 23-J si los votos independentistas son claves. «No hay nada de lo que se había acordado», aseguran en Junts sobre los pactos entre PSOE y Esquerra en el Congreso. Un posicionamiento duro y contrario a cualquier acuerdo que hay que enmarcar en la competición interna entre los partidos independentistas en las urnas. Por contra, ERC defiende acordar con Junts el precio a una hipotética investidura de Pedro Sánchez, una postura que el círculo de Puigdemont rechaza con el objetivo de marcar distancias con los republicanos pese a saludar que Aragonès rectifique su posición.

Además, hay que tener en cuenta dos coincidencias en el calendario que Junts trata de usar a su favor ante el 23-J. Esta semana ha empezado en la Audiencia de Barcelona el juicio al exconsejero de Interior, Miquel Buch, por presuntamente designar a un agente de los Mossos como cargo de confianza para que escoltara al expresidente en su fuga en 2017 tras la aplicación del artículo 155.

Y el viernes tuvo lugar la declaración del mismo Puigdemont como testigo por videoconferencia desde Waterloo, una circunstancia que Junts aprovechará para intentar movilizar de nuevo al independentismo. De hecho, es la primera vez que el expresidente de la Generalitat interviene en en un juicio del «procés» desde 2017, y lo hizo apelando al «patriotismo» y cargando contra el Estado en varias ocasiones. Un mensaje que abonó el secretario general de Junts, Jordi Turull, cuando dijo coincidiendo con el inicio de la vista oral que el de Buch «es un nuevo caso de persecución del independentismo».

La Fiscalía pide condenar al extitular de Interior a seis años de prisión y 27 de inhabilitación por los presuntos delitos de malversación y prevaricación al pagar con dinero público el sueldo de un asesor –un mosso apartado del cuerpo– que ejerció de escolta de Puigdemont, extremo que confirmó un sargento del cuerpo el miércoles.

En este puzle, cabe destacar también que la importante sentencia del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) sobre la inmunidad parlamentaria de Puigdemont –además de Comín y Ponsatí, los tres eurodiputados– se hará pública este próximo miércoles, 5 de julio a las 9:30 horas de la mañana, a las puertas de los comicios generales y en vísperas del arranque oficial de la campaña. Por tanto, Junts vuelve a recurrir a su líder antes del carrusel de noticias que se esperan en las próximas semanas y busca situar al expresidente de la Generalitat en el centro de la campaña con su relato. Y lo hace tras las municipales y también después de recuperar el cargo de la presidencia del Parlament con Anna Erra.