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Drogas

Menos marihuana que nunca: el consumo de cannabis entre jóvenes cae un 44% en Cataluña

El consumo entre adolescentes catalanes se reduce un en veinte años, aunque la sustancia es hoy más potente

La moda de los "atracones de porros" perjudica seriamente el cerebro de los más jóvenes

Cataluña encabeza las estadísticas nacionales en la reducción del consumo de cannabis entre adolescentes. Según el último informe del Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), el porcentaje de jóvenes de entre 14 y 18 años que admiten haber fumadoporros en el último mes ha caído del 30% en 2004 al 17% en la actualidad. Esto supone una reducción del 44%, una cifra que no alcanza ninguna otra comunidad autónoma.

El estudio, que se basa en la encuesta Estudes sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias, revela que la tendencia a la baja se ha mantenido durante las dos últimas décadas, con altibajos puntuales, pero sin cambios de dirección.

Una droga más potente y adictiva

Pese a la buena noticia de la reducción del consumo de cannabis, los expertos advierten de un riesgo añadido: el cannabis actual es mucho más potente que el de hace veinte años. Joan Ramon Villalbí, delegado del Gobierno para el PNSD, afirma que el nivel de THC, la molécula psicoactiva responsable de sus efectos, es ahora entre tres y cuatro veces superior, fruto de un proceso de selección genética de las plantas.

Esta mayor concentración aumenta la capacidad adictiva y la probabilidad de desencadenar problemas de salud mental como ansiedad, depresión o incluso brotes psicóticos. El psicólogo clínico Xavier Roca, de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital de Sant Pau, confirma que “cada vez más personas piden ayuda para dejar el cannabis, tanto por sus efectos físicos como por los psicológicos”.

Prevención y cambio de hábitos en las drogas

Luisa Conejos, subdirectora general de Adicciones del Departament de Salut, explica que la caída del consumo adolescente se debe en gran parte a un aumento de la percepción del riesgo. “Hace veinte años solo un 40-50% de los jóvenes veían el cannabis como algo peligroso; hoy esa cifra supera el 80%”, señala. Según Conejos, esta evolución es fruto de campañas preventivas en centros educativos y medios de comunicación.

Sin embargo, advierte de que las adicciones no han desaparecido, sino que han cambiado de forma. A pesar de la reducción del consumo de cannabis adolescentes canalizan sus conductas adictivas hacia el uso excesivo de pantallas, videojuegos o redes sociales.

El problema de la banalización de los porros

Tanto Roca como Villalbí coinciden en que uno de los retos pendientes es combatir la banalización del cannabis. Ferias, tiendas especializadas y la legalización en algunos países envían mensajes contradictorios, especialmente a los jóvenes. “La idea de que no pasa nada si consumes cannabis es peligrosa”, advierte Roca.

A ello se suma la irrupción de los cannabinoides sintéticos, compuestos fabricados en laboratorio con efectos psicoactivos, que pueden incorporarse a distintos productos y cuyo impacto sobre la salud es todavía más incierto.

Cataluña, por encima de la media europea

Aunque el consumo adolescente ha caído notablemente, Cataluña sigue por encima de la media europea en consumo de cannabis, tanto en jóvenes como en adultos. El PNSD recuerda que esta sustancia es la droga ilegal más consumida en el mundo occidental y la segunda causa de ingreso en programas de tratamiento, solo por detrás de la cocaína.

Los expertos insisten en que la prevención debe ir acompañada de un acceso rápido a recursos de deshabituación para quienes ya han desarrollado dependencia. Casos como el de Samara, una mujer que llegó a fumar 25 porros al día y que hoy sigue tratamiento, evidencian que la adicción al cannabis puede ser tan destructiva como cualquier otra droga.

En conclusión, Cataluña puede presumir de liderar la reducción del consumo de cannabis entre adolescentes, pero los retos que plantea una droga cada vez más potente, normalizada y con derivados sintéticos obligan a no bajar la guardia.