23-J

La paradoja de Colau: la defensa de un referéndum en contra de su propio electorado

La base electoral de los comunes es la que menor preocupación muestra por las relaciones España-Cataluña

La alcaldesa en funciones de Barcelona, Ada Colau, presidió este miércoles el último pleno de su mandato, conocido popularmente como 'el pleno de la lágrima'.
La alcaldesa en funciones de Barcelona, Ada Colau, presidió este miércoles el último pleno de su mandato, conocido popularmente como 'el pleno de la lágrima'.Andreu DalmauAgencia EFE

La relación del «procés» con Ada Colau a lo largo de los últimos ocho años ha sido muy peculiar por la ambigüedad: en unos momentos, ha actuado como un apoyo determinante al independentismo (como durante el 1-O, cuando llegó a un acuerdo con Carles Puigdemont para poner el Ayuntamiento a su disposición) mientras que, en otros, se ha mostrado muy crítica y eso le ha convertido en víctima del acoso y los insultos del separatismo.

En todo caso, lo que está claro es que en los últimos tiempos su partido (los Comunes) ha desterrado el «procés» porque no le beneficiaba electoralmente y prefería hablar de asuntos de carácter económico y social. Sin embargo, ahora ha sido su partido quien ha introducido en campaña el referéndum pese a que tiene la base de votantes menos interesada por el «procés»: según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CIS catalán), tan solo un 11,7% de los votantes morados están preocupados por las relaciones entre España y Cataluña. De hecho, tan solo un 3,4% considera las relaciones España-Cataluña como el problema más importante actualmente.

Un dato que contrasta con el 18,7% de ERC o el 15,2% del PSC mientras que entre los del PP sube hasta el 24,2%. Los electores de JxCat y Vox son los que mayor preocupación muestran: entre los votantes del partido de Carles Puigdemont, hay un 33,7% de preocupación por las relaciones entre Cataluña y España y, entre los de Vox, se dispara al 35,5%.

A pesar del desinterés por el «procés» que muestran los votantes del partido de Colau, liderado por Aina Vidal para las elecciones del 23 de julio, sí es cierto que tiene una amplia base favorable al derecho a decidir: de hecho, a la pregunta sobre si están de acuerdo o en desacuerdo con que «los catalanes tienen el derecho a decidir su futuro como país votando en un referéndum», más del 90% está muy de acuerdo o bastante de acuerdo.

Si bien, el rechazo a la independencia entre los votantes de los comunes es muy mayoritario. Según el mismo estudio demoscópico, casi el 60% (más del 58,4%) está en contra de que Cataluña se convierta en un Estado independiente. Tan solo un 27,3% sí está a favor.

El partido de Colau, a través de Vidal, puso el jueves el referéndum en el centro del tablero político al asegurar que irá incluido en el programa electoral de Sumar. «En el referéndum estamos donde hemos estado siempre. Cataluña debe votar su futuro. Formará parte de nuestro programa electoral», afirmó la cabeza de lista por Barcelona. Sí es cierto que ya en las elecciones generales de 2019 incorporaron el derecho de autodeterminación, aunque en un contexto totalmente diferente al actual: con la resaca del «procés» todavía llameando y en el marco de un espacio liderado por Pablo Iglesias, muy afín al independentismo, ya que Yolanda Díaz sí parece mucho más alejada de la retórica soberanista y prefiere dejar la autodeterminación en un segundo plano.

En este sentido, el programa de los comunes de 2019, a nivel territorial, fijaba como «horizonte la transformación de España en un Estado Plurinacional» y aspiraba al «reconocimiento de Cataluña como nación y de su derecho a la autodeterminación».

Lo cierto es que el último pronunciamiento más ruidoso sobre el «procés» del partido liderado por Ada Colau lo hizo, precisamente, la propia exalcaldesa a finales de enero, cuando se mostró rotundamente en contra de la independencia de Cataluña. «Ahora tengo muy claro que votaría que no», señaló. La alcaldesa argumentó que votaría que «no» en un hipotético referéndum porque le parece «irreal» y porque quiere «menos fronteras, porque no habría un reconocimiento internacional, no es viable a corto plazo, y porque estos planteamientos de maximalismos hacen que no se avance en otras cosas».

Año y medio antes, en septiembre de 2021, había ido más allá y había cargado contra el propio referéndum, que lo veía «irreal» a corto plazo y espetó, en una entrevista en «TV3»: «La gente no está para tonterías». Con esas palabras, parecía que Colau se iba desenganchando del «procés» e, internamente, en el espacio de los comunes se han hecho muchos esfuerzos para deshinchar el desafío independentista, pero eso parecen haber quedado atrás.