Un autor imprescindible

El periodista que quiso contarlo todo

Un libro recoge algunas de las últimas crónicas escritas por el cronista barcelonés Francisco Madrid en el exilio

Una imagen del periodista Francisco Madrid
Una imagen del periodista Francisco MadridLa Razón

El nombre de Francisco Madrid es sinónimo de una de las mejores cosas que le han pasado al periodismo catalán de todos los tiempos. Escribió de todo y para todos, algo que le generó en ocasiones no pocos problemas, como cuando estuvo a punto de acabar fusilado por un grupo de anarquistas. Fue un gran reportero, como demostró en un título ya clásico, «Sangre en Atarazanas», además de en sus muchas y diversas crónicas y entrevistas.

Renacimiento, en su ya mítica Biblioteca del Exilio, ha recogido algunos de los mejores trabajos periodísticos de Francisco Madrid en «Salvador Dalí. Entre anécdotas y sombras y otros artículos», todo ello bajo el cuidado del investigador Jorge Domingo Cuadriello.Son más de cuarenta textos escritos por el periodista durante su exilio en Buenos Aires para se publicados en el diario «Alerta» de la capital cubana. Aparecieron entre 1949 y 1952, año de la muerte de este cronista.

Nacido en Barcelona el 24 de febrero de 1900, Francisco Madrid dio pronto muestra de su talento a publicar con solo 16 años una breve novela titulada «Una aventura del juglar». La firma del periodista pasó por varias publicaciones de la capital catalana, como «La Publicidad», «El Día Gráfico», «Mirador», «La Lucha» o «L’Esquella de la Torratxa», además de ser corresponsal del rotativo madrileño «El Sol». Tras una temporada en París, volvió a Barcelona para dedicarse al periodismo de investigación, indagando en los bajos fondos de la ciudad. De esos reportaje surgió «Sangre en Atarazanas», que viene a ser nuestro «A sangre fría» antes de que existiera Capote literariamente.

Colaborador de la Generalitat de Companys, decidió instalarse en Buenos Aires tras la Guerra Civil. Allí alternó su trabajo periodístico, con la dramaturgia –colaborando con Alejandro Casona–, la traducción, guionista para el cine y la redacción de biografías, como las que dedicó a Valle-Inclán y Unamuno.

El libro de Renacimiento es una buen vehículo para conocer el buen oficio de quien fue un maestro en lo suyo. Precisamente la crónica que da título al volumen nos evoca a un Dalí en la cima de su éxito en Estados Unidos y provocador ante quien le pregunta. «Picasso destruye, yo construyo. Él y yo representamos los dos polos de la anarquía española», dice el pintor en la crónica de Francisco Madrid. El periodista también recogió que el ampurdanés quería rodar una película con Ana Magnani en España: «Ella será la única actriz, y todos los demás personajes, gitanos auténticos. Y el argumento es una mujer que se enamora de una carretilla. De pronto la carretilla –que es uno de los símbolos que suelo emplear en mi pintura– empieza a vivir... Y no quiero decir más», dijo Dalí.

El periodista ano vacila a la hora de meterse en temas que sabe polémicos. Es el caso del debate sobre el origen de Cristóbal Colón. En uno de sus reportajes analiza la posibilidad de que el navegante fuera el catalán Joan Colom, con antecesores judíos, uno de ellos, Andreu Colom, fue quemado por la Inquisición en Tarragona en 1479. Pero Francisco Madrid descarta la teoría catalana.

Interesantes son también las piezas que dedicó a Eugeni d’Ors. Una de ella se centra en su paso por Argentina, algo que le sirve al periodista para asegurar con sentido común que en Xènius «lo que ha seguido cambiando son sus ideas. O mejor dicho, ha mantenido ese ritmo de abandonar unas ideas después de otras. Ha sido fiel a lo que defendía en ese momento. O lo que le defendía defender. Ha sido fiel a sus infidelidades».

Uno de los reportajes más llamativos que podemos encontrar en esta obra es el que se centra en el paso de Giacomo Casanova por Barcelona. El aventurero veneciano pasó algo más de sesenta días en la ciudad, de los que 43 fueron entre rejas. «La prisión del veneciano se relaciona con el amor, los celos, la trampa y el duelo, que son los cuatro puntos cardinales de su vida», escribe el periodista.

Francisco Madrid era un todoterreno que no se ponía límite alguno. Por ello, tal y como surge en «Salvador Dalí. Entre anécdotas y sombras y otros artículos», escribió sobre temas tan dispares como el diario de Anne Frank, la posibilidad de que William Shakespeare fuera un espía, la dignidad final del presidente de la Segunda República Niceto Alcalá Zamora o sobre los integrantes de la familia Baroja. Es decir, fue un cronista total, alguien que vivió para contarlo todo. Su oficio de periodista es ahora uno de esos libros que merece la pena leer, especialmente si se ama el oficio.

Uno de los más extensos reportajes de Francisco Madrid, dentro del libro editado por Renacimiento, tiene como protagonista a Manuel de Falla. El periodista emplea una técnica para dibujar un perfil del gran compositor: selecciona de manera muy cuidada una serie de anécdotas que ayudan a conocer mejor al autor de «El amor brujo». Una de ellas nos recrea la visita que Douglas Fairbanks jr. realizó al músico. «Me envía mi padre –¿ya sabe usted quién es, no?– para que le pregunte cuánto cobraría usted por componer una partitura muy española, muy fuerte y muy dramática para la película que se rodará sobre “Don Juan”». Falla declinó el ofrecimiento que debía materializarse en dos meses. Fairbanks trató de convencerlo prometiéndole dinero y fama. Falla dijo que no porque «creen que la música se compra y se paga como una mercancía... Claro, el muchacho no tiene experiencia».