Juicio a Buch
Puigdemont justifica por su "patriotismo" que un mosso apartado le protegiera en Bélgica
Admite que el agente le ayudó en su fuga y aprovecha el foco de su declaración para volver a cargar contra el Estado
Por "patriotismo" y "amistad". Así, con estos dos argumentos, ha justificado Carles Puigdemont que un mosso apartado (Lluís Escolà) le ayudara a huir y le protegiera luego en Bélgica. Una explicación que ha ofrecido el expresidente de la Generalitat este viernes en el juicio a Miquel Buch -exconsejero de Interior- por su escolta, la primera vez que el posconvergente testificaba en una vista oral.
"Es una persona de quien soy amigo, una persona que merece toda mi confianza. Lluís Escolà es un patriota que si está en este juicio es porque ha prestado un servicio muy grande al país, y por ninguna otra razón", ha defendido Puigdemont desde Bélgica sobre el papel del agente del cuerpo de los Mossos, que le ayudó a huir el 29 de octubre de 2017 junto a otros agentes. "Cuando salí hacia Bélgica no había ninguna orden de detención", ha salido al paso tras admitir la ayuda de Escolà en su fuga.
La Fiscalía pide seis años de cárcel y 27 de inhabilitación a Buch (Junts) y cuatro años y medio de cárcel y 23 de inhabilitación para el mosso en cuestión, Lluís Escolà, por los delitos de malversación y prevaricación, al considerar que se le nombró asesor para que siguiera ejerciendo, con fondos públicos, de escolta de Puigdemont tras el 155.
"Le he visto sacrificar su vida privada incluso para poderme acompañar en momentos en que las autoridades españolas negligían en su deber de garantizar mi protección", ha abundado Puigdemont, quien también ha aprovechado el foco para apuntar de nuevo hacia el Estado. "Si está en un juicio (Escolà) es únicamente porque es un patriota y ha presentado un servicio cuando el Estado español me ha negado mis derechos como expresidente", ha asegurado sobre la petición de recibir seguridad que el Ministerio del Interior le denegó en 2018 por su situación procesal, huido de la justicia española.
El intendente Toni Rodríguez, anterior jefe de investigación de los Mossos d’Esquadra, fue el primero en declarar ayer como testigo en el juicio al exconsejero de Interior, Miquel Buch, por presuntamente designar a un mosso como escolta de Carles Puigdemont, y puso al acusado contra las cuerdas nada más empezar la sesión. En concreto, Rodríguez confirmó la tesis de la Fiscalía de que el posconvergente fichó a Lluís Escolà, un sargento apartado que ayudó a huir al mismo expresidente de la Generalitat el 29 de octubre de 2017 a Bruselas, como asesor para que le pudiera seguir prestando protección en Waterloo entre 2018 y 2019.
Escolà se mantuvo en el puesto –un cargo de confianza que los consejeros tienen la potestad de nombrar a dedo– hasta marzo de 2019 y en ese tiempo percibió más de 52.000 euros de sueldo de las arcas públicas. El fichaje cumplió todos los requisitos formales y fue legal, admitió el intendente Rodríguez, pero Buch lo aprovechó para que Escolà pudiese seguir protegiendo a Puigdemont en Bélgica pese a haber sido apartado por ayudarle a huir.
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