Un mito que pervive

¿Quién es el santo milagroso de Barcelona?

La leyenda de Francesc Canals pervive en el cementerio de Poblenou

La única fotografía conocida de Francesc Canals i Ambrós
La única fotografía conocida de Francesc Canals i AmbrósLa Razón

En 1879 abrieron en Barcelona los primeros grandes almacenes que se convirtieron en un símbolo de modernidad. Estaban situado en el corazón de las Ramblas, a poca distancia de la iglesia de Belén, y pronto consiguió que numerosos clientes se acercaran a ellos, tanto por la calidad de sus productos como por sus rebajas.

Fueron mucho los empleados que tuvo El Siglo a lo largo de su historia. Sin embargo, hay uno que ha pasado a la historia y no precisamente por su trabajo en aquellos almacenes. Se llamaba Francesc Canals i Ambrós y si hoy es recordado e, incluso, venerado es porque se le considera un santo. De él se sabe poco, muy poco, un puñado de datos que nos ayudan a trazar su retrato recordando que nació en 1877 en Barcelona, en la plaza de la Llana. Igualmente se sabe que su padre era ciego y era el responsable de un negocio de alfombras. Como era habitual en aquella época para muchos jóvenes, con solamente 14 años empezó a ganarse la vida formando parte de El Siglo. La leyenda cuenta que el joven compartía su sueldo con los más necesitados, con aquellos que lo pasaban peor en las caras de Barcelona. A ello se le sumaba, en aquel tiempo, que empezó a correr el rumor de que nuestro protagonista tenía la propiedad de sanar a aquel que estuviera enfermo. Para ello únicamente debía poner sus manos ante el que lo pasara mal. Igualmente se rumoreaba que tenía la capacidad de predecir la fecha de la muerte de quien se lo pidiera. Por este motivo le persiguió la fama de predecir el futuro, incluso el suyo porque -como siempre sin que se pueda probar- la leyenda afirma que el joven acertó sobre el momento de su fallecimiento.

Este tuvo lugar el 27 de julio de 1899. Francesc Canals contaba con 22 años en el momento de su muerte, probablemente por tuberculosis. El muchacho descansa hoy en el viejo cementerio de Poblenou. Muy poco después del fallecimiento comenzó un culto profano y popular hacia el joven convirtiéndose en el “Santet”. La tumba de Francesc Canals i Ambrós se convirtió en lugar de peregrinación, algo que empezaron las que fueron sus compañeras en El Siglo, además de las floristas de las Ramblas que tanto transitó. En 1908, como consecuencia del gran número de personas que acercaban al lugar donde reposaba Francesc, el Ayuntamiento de Barcelona decidió trasladar los restos a otro nicho, que fuera más accesible, además de instalar un vidrio frente a la tumba y que es donde actualmente muchos ciudadanos dejan sus peticiones de milagro. La Iglesia nunca lo ha reconocido como santo, pero para buena parte de Barcelona es el “Santet”.