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Turismo

La réplica de La Giralda de Sevilla que existe en Cataluña

Tiene una altura de 52 metros, aproximadamente la mitad de la original sevillana, y se considera una de las copias más fidedignas del mundo

La torre, en el pueblo de L'Arboç Ayuntamiento L'Arboç

En el municipio de l'Arboç, en la provincia de Tarragona, se levanta una joya arquitectónica que sorprende a quien la descubre: una réplica fiel de la Giralda de Sevilla, construida en 1908 por iniciativa del vecino Joan Roquer i Marí. Esta construcción, protegida como Bien Cultural de Interés Local, no sólo reproduce fielmente la Giralda a escala 1:2, sino que también acoge réplicas del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada y del Salón de los Embajadores de los Reales Alcázares de Sevilla, creando un conjunto único que combina el esplendor de la arquitectura.

La historia de la Giralda del Arboç está ligada a una narración romántica que combina amor, viajes y pasión por el arte. En 1886, Joan Roquer i Marí, un hijo del Arboç con formación en arquitectura y fotografía, y su esposa, Candelaria Negrevernis, una barcelonesa que heredó una fortuna de una tía, decidieron construir una residencia de verano en su pueblo natal. Tras su viaje de boda por Andalucía, donde quedaron fascinados por los monumentos árabes, quisieron llevar un pedacito de esa magia a su lugar de origen. Así, entre 1877 y 1889, con la ayuda del maestro de obras local Antoni Feliu Tetas, levantaron este singular edificio que se completó definitivamente en 1908, con un coste estimado de 700.000 pesetas de la época.

A pesar de la leyenda popular que atribuye la construcción a emigrantes sevillanos que añoraban su tierra, la realidad es que este proyecto fue fruto de la admiración de Roquer y Negrevernis por la arquitectura califal. Las fotografías tomadas durante su viaje sirvieron como referencia para reproducir con gran fidelidad los detalles de la Giralda original, así como los elementos decorativos del Patio de los Leones y el Salón de los Embajadores.

La Giralda del Arboç, situada en la Avenida Mossèn Jacint Verdaguer, 35, tiene una altura de 52 metros, aproximadamente la mitad de la original sevillana, que alcanza los 94,5 metros. A pesar de la diferencia en tamaño, la réplica se considera una de las más fidedignas del mundo, con una atención meticulosa a los detalles. Los arcos de herradura, los arcos lobulados y los arabescos dominan la decoración, con materiales que imitan a los del original, como láminas de oro en el Salón de los Embajadores, que está cubierto por una cúpula bizantina forrada con 30 kg de papel dorado.