Espacio
Los martemotos captados por InSight han revelado que la superficie de Marte está formada por capas
Es la primera vez que exploramos el interior de otro planeta y parece que nuestro hermano rojo todavía tiene muchas sorpresas que darnos.
Este año iba a haber sido el año de Marte, y a pesar de que algunas misiones y proyectos han tenido que ser aplazados, las que se han abierto camino a pesar de 2020 son más que suficientes como para justificar el título. Este año ha sido el año de Marte. Posiblemente una de las noticias más llamativas sobre nuestro vecino rojo es que, a pesar de parecer haber muerto largo tiempo ha (geológicamente hablando), parece tener suficiente actividad como para que tengan lugar terremotos.
Dejando a un lado las disputas a tenor de si deben ser llamados terremotos o martemotos, podemos decir sin lugar a duda que se trata de uno de los datos más interesantes del año, y se lo debemos al aterrizador InSight. No obstante, esto no ha cogido por sorpresa a los científicos, de hecho, InSight ha sido diseñada teniendo en cuenta precisamente este detalle. Su nombre es un acrónimo de: exploración interior mediante investigaciones sísmicas, geodesia y transporte de calor. La idea era que se aprovechara de la información proporcionada por los temblores de tierra, para que investigara las profundidades de Marte.
¿Qué hay en el centro de Marte?
Cabe señalar el juego de palabras que hay en InSight, que no solo responde a un acrónimo bien traído, sino que puede traducirse por algo así como “visión en profundidad” tratando de mantener el doble sentido del término original. Aunque, a decir verdad, el concepto puede dar a equívoco y que asumamos que su misión era explorar hasta las más indómitas profundidades del planeta. La realidad es que su ambición es más modesta y, en la medida que nuestra tecnología lo permite, pretende revelar las capas más superficiales de Marte.
Bajo la superficie más inmediata, formada por una fina capa de polvo llamado regolito (del cual solo la cobertura ha sido enrojecida por el entorno), debería haber capas con diferentes propiedades mecánicas. A fin de cuentas, Marte es un planeta rocoso, como nosotros. Durante la formación de estos cuerpos planetarios, el material que se ha ido agregando empieza estando incandescente, como un orbe fundido en el que la densidad de sus distintos materiales puede actuar como se espera de ella.
Digamos que los distintos componentes de estos primitivos planetas pueden ordenarse por capas según su densidad, como ocurre cuando ponemos agua y aceite en el mismo vaso, solo que, en este caso, en lugar de formar capas en una columna, las forman en una esfera, haciendo que su centro, el núcleo, contenga los elementos más densos (en nuestro caso hierro con algunas trazas de níquel), y a medida que uno va emergiendo a la superficie, se encuentra capas menos densas.
Aprovechando los martemotos
En nuestro caso, sabemos que el núcleo está rodeado por el manto, buena parte del cual está fundido, dándole unas propiedades mecánicas muy diferentes a las de la corteza, la cobertura más externa de la Tierra, rígida y relativamente fría. El detalle importante es que, cuando erupciona un volcán, o cuando una de las placas que forman la corteza se desplaza rozando a otra, la tierra tiembla. Se producen ondas sísmicas que comprimen y distienden el terreno alternamente, alejándose del punto donde tuvo lugar el evento. Y por suerte para nosotros, estas ondas viajan a velocidades diferentes según el tipo de medio que recorran, curvándose y modificando sus propiedades de tal modo que, observando cómo nos llegan las ondas de un temblor, podemos deducir qué capas ha atravesado cada una, la profundidad de estas, su grosor e incluso su densidad (aunque todo aproximado, claro)
Esto es, a grandes rasgos, lo que InSight ha revelado es que la corteza marciana, la capa más superficial del planeta, está formada por dos o tres capas con propiedades mecánicas claramente diferenciadas. Podríamos decir que una de las grandes diferencias entre nosotros es que, InSight ha estimado que la profundidad de la corteza marciana bajo el aterrizador está entre 20 y 37 kilómetros y estima que, en promedio, no alcanzará los 70 kilómetros de profundidad, haciéndola, posiblemente, ligeramente más gruesa que la terrestre, que en ningún caso alcanza los 60 kilómetros de espesor.
En la Tierra podemos ver una división relativamente parecida, por lo que esta nueva información sobre Marte no solo nos da pistas acerca de cómo se formó nuestro vecino planetario, sino sobre nuestro propio origen y, por extrapolación, acerca de cómo se forman los planetas en general. Las profundidades de Marte nos permiten observar nuestro pasado y, quién sabe, puede que incluso nuestro futuro como pequeño planeta rocoso que somos.
QUE NO TE LA CUELEN:
- En ningún caso se ha dicho o sugerido que la sonda InSight fuera a perforar literalmente las capas marcianas. Obtiene información a través de ondas sísmicas con la cual los expertos pueden construir modelos matemáticos a través de los cuales deducir la información faltante, la estructural.
REFERENCIAS (MLA):
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