Ciencia
Una pintura amarilla de origen desconocido
El amarillo de Calcuta fue una pintura muy popular en Europa durante el siglo XIX. Solo tiene un problema: no sabemos cómo se hacía
El tiempo nos pone en nuestro sitio. Muchas cosas que hoy en día damos por supuestas pueden llegar a desaparecer en un futuro y volverse un misterio para historiadores y arqueólogos. Muchos sabemos perfectamente lo que es una disquetera o el juego del buscaminas, y sin embargo, puede que ese conocimiento ya no llegue a nuestros nietos.
De igual manera, ya hay misterios en la historia reciente. Un ejemplo es el de la pintura Amarillo de Calcuta, muy utilizada por pintores y fácil de ver en los museos. El problema es que no sabemos cómo se fabricaba y la receta se ha perdido en el tiempo.
Un amarillo extraño
El Amarillo de Calcuta o Amarillo Indio recibe su nombre por su origen geográfico. Era una pintura muy usada para estatuillas y estampados hindúes desde el siglo XVII, pero su popularidad tomó escala mundial durante el siglo XIX, cuando Europa empezó a importarla dentro de sus fronteras, buscando nuevos tonos de amarillo.
La manera de usar esta pintura era un poco extraña. Se vendía en forma de pelotillas de una especie de pasta maloliente llamada purree, y el pintor debía diluirlas en agua para poder pintar con ellas. Por suerte, el olor de la pintura desaparecía una vez absorbida por el lienzo, siendo una pintura barata y popular para muchos pintores que necesitaran un tono amarillo fuerte.
Podemos encontrar esta pintura especialmente en cuadros holandeses, ya que Holanda era uno de los principales importadores. Johannes Vermeer y Joseph Turner usaban esta pintura para muchos de sus cuadros, e incluso Van Gogh la usó para pintar las estrellas de su Noche Estrellada.
Pero a medida que la pintura alcanzaba más popularidad, muchos pintores empezaron a cuestionarse la procedencia de esta pintura. Habían descubierto que el Marrón Momia que importaban de Oriente estaba realmente hecho con restos de momias humanas, y tenían miedo de que el Amarillo de Calcuta fuera otro caso similar.
Para investigarlo, el Jardín Botánico de Kew contactó con un funcionario en Calcuta, apellidado Mukharji, para pedirle que investigara el origen de esta pintura. En 1883, Mukharji envió una carta con varias muestras de purree, explicando que el Amarillo de Calcuta procedía del suburbio de la actual ciudad de Munger. Allí, un grupo de pastores se encargaba de criar vacas y alimentarlas con hojas de mango, aumentando la impureza de su orina, que tomaba un color amarillento.
Esa orina era recogida y hervida, formando una pasta que se secaba al sol y formaba los purree de pintura amarilla. Con esta explicación, el olor desagradable de los purree era simplemente olor a orina de vaca.
Esta actividad era desagradable incluso para las propias vacas, Las hojas de mango no tienen valor nutricional, por lo que, según la carta del funcionario, las vacas estaban muy delgadas y débiles. Los pastores explotaban a las vacas todo lo posible, y cuando morían conseguían terneros nuevos para continuar con la práctica.
Este descubrimiento provocó que la popularidad del amarillo de Calcuta cayera en picado, llegando a su prohibición a comienzos del siglo XX. Hoy en día el color sigue existiendo, pero se obtiene mediante diferentes tratamientos químicos que no involucran a animales.
Pero hay algo extraño en esta historia. ¿Realmente la carta de Mukharji decía la verdad?
Un animal sagrado
Desde que llegó la carta, muchos historiadores se cuestionan la veracidad de lo descrito por Mukhaji. En la India la vaca es un animal sagrado, y cuesta pensar que unos pastores se encargaran de maltratar así a este animal y salir indemnes.
La historiadora Victoria Finley pensó lo mismo. Mientras se documentaba para escribir un libro sobre el origen de los pigmentos, viajó a la India y visitó Munger, en busca de abuelos o restos de la fabricación de la pintura. Era una ciudad terriblemente pobre, sin rastro de ganadería vacuna y sin ningún pastor o familia encargada de obtener Amarillo de Calcuta. Si allí se fabricaba esta pintura, no había ninguna prueba de ello.
Ese descubrimiento planteo dudas sobre el auténtico origen del amarillo de Calcuta, pero quedaba la última pista: analizar químicamente la pintura, aprovechando los purree que había incluido Mukhaji en su carta.
El análisis químico de los purree mostraba la presencia de euxantona, una molécula de origen vegetal presente en muchas plantas. También incluía trazas de ácido hipúrico, una molécula presente en la orina de los animales. Ambas moléculas se pueden explicar si se considera que realmente el purree procede de la orina de un animal que ha consumido una alta cantidad de vegetales, como las hojas de mango.
La prueba química parece dar la razón a Mukharji y lo que ponía en su carta. Pero si esto es correcto, ¿dónde estaban las vacas explotadas? Puede que fuera un negocio clandestino paralelo al del animal sagrado, y por eso no hay documentación al respecto. Incluso los descendientes de estos pastores no dirían nada, llevados por la vergüenza. Sería el equivalente familiar a admitir que un abuelo era traficante de armas.
Puede que algún día encontremos más pruebas del auténtico origen del Amarillo de Calcuta, pero lo importante es que ya no lo utilizamos. Los nuevos pigmentos amarillos no maltratan a ningún animal. Ahora esta pintura es un pequeño recordatorio de una cara oculta en la historia, que no aparece en ningún documento y que será olvidada en varias generaciones.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Cabe la posibilidad de que el amarillo de Calcuta tuviera varios orígenes. No todos los purree tenían la misma calidad y el mismo tono de amarillo. Aunque se hayan analizado las muestras de la carta, puede que en el comercio holandés los pintores tuvieran otras versiones de esta pintura, de origen vegetal. Lamentablemente, es complicado extraer muestras de esta pintura en los cuadros sin dañarlos, por lo que esta duda permanece en el aire.
REFERENCIAS:
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