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Ciencia y sociedad se dan la mano en los premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento
Durante la gala fueron premiados 35 líderes mundiales de investigación científica y creación artística aunando dos ediciones de estos galardones
La ciencia no existe al margen de la sociedad, se imbrica en ella en todas las direcciones y de esa unión se dan los verdaderos cambios. Las ideas científicas, la motivación y la inspiración suele nacer en un contexto, rodeadas de trivialidades (en el mejor sentido de la palabra), nacen para desarrollarse y terminar redundando, una vez más, en ese mismo ambiente humano del que nacieron. Ya sea porque resuelven cuestiones fundamentales o porque encuentra soluciones, la ciencia vertebra nuestra civilización, pero, por desgracia, no es frecuente que las instituciones sean conscientes de este vínculo y, por eso mismo, los premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento suponen un soplo de esperanza en cuanto a la percepción social de la ciencia se refieren.
Cuando se premia la ciencia básica ha de tenerse en cuenta esa curiosidad que nos empuja a buscar respuestas allá donde nunca habíamos llegado y cuando se habla de aplicaciones hemos de preguntarnos por el cambio social que acarrean. Bajo estas premisas, la Fundación BBVA ha galardonado a 35 líderes mundiales de investigación científica y creación artística aunando sus dos últimas ediciones (2020 y 2021) en una misma gala. Las categorías premiadas han cubierto un amplísimo rango de disciplinas, desde la ecología hasta las tecnologías de la comunicación, pasando por la economía, las neurociencias y la historia de la ciencia. Unos premios que en determinadas ocasiones han recibido el denominativo de: antesala a los premios Nobel, en parte por ese espíritu social que comparten y, sobre todo, por haber premiado durante sus 13 ediciones a 15 personalidades que posteriormente terminaron recibiendo un Nobel.
Un acto libre de coronavirus
El acto tuvo lugar la noche del 21 de septiembre en el Palacio Euskalduna de Bilbao, y puede decirse que estuvo absolutamente libre de coronavirus, no solo por las medidas de seguridad tomadas, sino porque entre los temas premiados ninguno estaba directamente relacionado con la pandemia que estamos padeciendo. Una llamada de atención más que necesaria, recordándonos que vivimos inmersos en crisis no solo pandémicas y que es la ciencia la que puede ayudarnos a salir de ellas. Porque, como dijo el catedrático del MIT, Kerry Emanuel, galardonado en la categoría de Cambio Climático por sus avances en predicción de huracanes: “Sin la ciencia básica habríamos tardado una década, en lugar de un año, en desarrollar las vacunas contra la covid que han salvado millones de vidas”. Y es esa previsión, esa anticipación, lo que hemos de alcanzar para el resto de las crisis que nos amenazan.
Durante el último año la ciencia ha aparecido más en medios de comunicación y han aumentado algunas ayudas, pero si buceamos un poco en estos datos veremos que esos aumentos se han centrado en áreas biosanitarias con claras aplicaciones, dejando a un lado (e incluso eclipsando) otras líneas de investigación que abordan problemas igualmente acuciantes. En palabras del investigador Charles Bennett, galardonado en la categoría de Ciencia Básica por sus contribuciones a la criptografía cuántica: “Vadear este peligroso periodo de la historia de la Tierra, en el que el clima y la pandemia se ven impulsados con la misma fuerza por la desinformación y por las causas naturales, exigirá una colaboración sin precedentes entre los científicos naturales y sociales”.
La tercera pata
400.000 euros destinados a cada una de las 8 categorías, una cifra más con la que se presenta una gran responsabilidad, pues la ciencia, básica o aplicada, posee una dimensión ética que no podemos desoír. Tal vez por eso, la mayoría de los premiados han hecho referencia a la cautela con la que hemos de aplicar los nuevos conocimientos científicos para evitar consecuencias indeseadas. Algo que dijo con sus propias palabras la catedrática Isabelle Guyon, premiada en la categoría de Información y Tecnologías de la Comunicación por sus contribuciones al campo del machine learning: “por más que me emocione ver el rápido crecimiento de la investigación y las aplicaciones, junto a las oportunidades también hay inquietudes legítimas sobre el potencial mal uso que puede hacerse de la IA”. La ética es una tercera pata de la investigación científica, aunque no por tercera ocupa el último lugar.
Porque las ciencias son algo más que resultados fríos y aplicaciones mecanizadas. Está hecha por humanos que buscan superar cada una de sus limitaciones y saciar una curiosidad que, para nuestro goce y nuestra desdicha, es insaciable. Carlos Torres Vila, presidente de la Fundación BBVA, aprovechó precisamente para recordar todo esto desde su propia perspectiva, subrayando que: “En el origen de los Premios Fronteras está la convicción de que el conocimiento es la mejor herramienta para entender el mundo y a nosotros mismos, afrontar los grandes desafíos de nuestro tiempo y crear oportunidades para todos”. Frases que nos dejan claro el carácter plural de los galardones, tan atentos a lo aplicado como a lo teórico, apostando no solo por las soluciones a corto plazo, sino por el conocimiento que podría cimentar las soluciones de futuras crisis.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Frente a la visión restrictiva de las ciencias propia de algunos físicos y químicos, los criterios que las definen son mucho más amplios y se centran en una serie de puntos complejos, garantizando el uso de métodos tan rigurosos como sean posibles para alcanzar unos resultados. Las ciencias sociales pueden (y deben) ser ciencias.
REFERENCIAS (MLA):
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