Espacio

¿Qué hay tras los retrasos de Artemis I para volver a la Luna?

La NASA aplaza el lanzamiento a noviembre, tres meses después de lo programado

Misión Artemis I en la plataforma de lanzamientoNASA26/09/2022
Misión Artemis I en la plataforma de lanzamientoNASA26/09/2022NASANASA

Cuando hablamos de volver a la Luna la conspiranoia está servida. Estos tiempos modernos nos han acostumbrado a los negacionismos más variopintos y asumimos con inquietante naturalidad que unas pocas personas desconfíen de la existencia de Finlandia, que piensen que las palomas son dispositivos de espionaje o que la Reina de Inglaterra era un lagarto espacial. Sin embargo, hace unas décadas las conspiraciones eran muchas menos y con más carisma. De entre ellas la conspiración lunar se llevaba la palma y, de hecho, todavía cuenta con unos cuantos seguidores que se niegan a creer que alunizáramos en 1969.

La verdad es que lo hicimos, y no solo en aquel año, sino varias veces desde entonces. En concreto hablamos de 6 misiones y 12 astronautas que cuentan con el honor de haber estado sobre la superficie de nuestro satélite. No obstante, los hechos no tienen mucho poder sobre ellos y algunos círculos de internet desconfían sistemáticamente de lo que la NASA tenga que decir. Este es el caldo en el que se han cocido los retrasos de la misión Artemis I, el primer paso de la NASA para llevarnos de vuelta a la Luna. Retrasos que se acumulan desde agosto y que, como pronto, se resolverán en noviembre. Fugas de combustibles e inclemencias meteorológicas que han despertado la desconfianza de algunos negacionistas lunares. ¿Qué ocurre realmente con Artemis I?

Una misión de prueba

Pero, ¿cuál es la verdadera misión de Artemis I? Si todo va bien, un cohete SLS despegará de la rampa 39B del Centro Espacial Kennedy, en Florida entre el 12 y el 27 de noviembre de este año usando el sistema de propulsión más potente del mercado. En su viaje, liberará diez pequeños satélites que orbitarán a nuestro planeta justo antes de que el cohete propulse a la nave Orión hacia la Luna, llevando consigo a tres maniquíes, el comandante Campos, Helga y Zohar. Tendrá que recorrer 380.000 kilómetros en 6 días y, cuando llegue, empezará a orbitar la Luna en sentido contrario al que rota ella, a unos 64 mil kilómetros por encima de la superficie (aunque en sus maniobras llegará a pasar a apenas 100 kilómetros de la superficie) y dará cinco vueltas en torno a ella.

23 días después de abandonar la Tierra, Artemis 1 emprenderá su camino de vuelta a la Tierra y 42 días tras el lanzamiento, ya en octubre, caerá en el océano Pacífico, a unos kilómetros de la costa de California. Los experimentos que lleva la misión son menores y no se espera que cambien nuestra manera de entender la ciencia, pero es que Artemis 1 parece tener otro propósito, después de todo. Es ese primer paso de un viaje de mil millas, el que pondrá en marcha todo para que, en unos años, tengamos, con suerte, nuestra primera estación espacial en torno a otro cuerpo astronómico.

¿Quién se beneficia?

La misión no parece nada de otro mundo o, al menos, nada en torno a lo que valga la pena construir una gran conspiración. Sabemos que la NASA pretende ser sumamente cauta con sus misiones, en parte por las pérdidas económicas y temporales que puede conllevar un error y, por otro lado, porque esta es una misión de prueba a partir de la cual la agencia se planteará enviar seres humanos en esa misma nave. La precaución ha de ser máxima, motivo por el cual, cuando se detectó una fuga de combustible el 29 de agosto, hubo que aplazarla. Lo mismo ocurrió cuando, en septiembre, se encontró una fuga de hidrógeno y, finalmente, el huracán Ian, que atemorizó Florida, fue el tercer motivo de retraso.

Ahora que los expertos han comprobado que el funcionamiento de los dispositivos haya sobrevivido al huracán, solo quedaba fijar una nueva ventana de lanzamiento, donde las condiciones fueran óptimas para facilitar el viaje a la Luna. La próxima oportunidad habría sido en octubre, pero la NASA ha querido aplazarlo hasta noviembre y así dar a sus empleados el tiempo necesario para que resuelvan los problemas personales que les haya ocasionado el huracán. No hay rastro de conspiración en estos retrasos, cada uno de ellos está correctamente justificado y parece difícil imaginar quién se beneficiaría de una farsa así. Artemis I despegará cuando sea seguro que despegue.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Cuando la NASA llegó a la Luna en 1969 teníamos la tecnología para hacerlo, no era algo imposible como algunos negacionistas sugieren. Normalmente, quienes deciden no aceptar la evidencia se centran en supuestos errores de los famosos vídeos de Armstrong y Aldrin. Sin embargo, cada uno de sus argumentos ha sido rebatido hasta la saciedad. La famosa bandera que “ondea a pesar de la falta de aire en la Luna”, se sostiene por una vara metálica, precisamente para evitar que saliera caída en los vídeos. La falta de estrellas en el cielo, por otro lado, se debe al tiempo de exposición de las cámaras, del mismo modo que nuestros teléfonos no captan las constelaciones cuando fotografiamos el cielo nocturno.

REFERENCIAS (MLA):